El ministro de Salud colocó a su sobrina en el Materno Infantil a principios de año. Y desde hace varios cargos públicos que beneficia a Hidro Construcciones, que originalmente era propiedad de la madre de Fernando Alesanco, exdirector del IPV y actual director ejecutivo del IPSS. (Nicolás Bignante)
En el universo de la función pública ciertos nombres y cargos suelen reiventarse, mutar, transformarse, refuncionalizarse e ir de un rincón del estado a otro sin padecer el desamparo del poder. Sea cual fuere el motivo por el que se alejan de un cargo en concreto, encontrarán cobijo en otras áreas de la administración, aunque para ello haya que desestimar los principios de idoneidad y mérito. En ocasiones, estos históricos apadrinados del poder llevan de un lado a otro del Estado, viejas mañas y embrollos personales que, al entrar en contacto con los jaleos de las altas jerarquías del poder, se naturalizan y reafirman. Hablamos de una cadena de padrinazgos que se ejerce en diferentes niveles y que involucra desde familiares y amigos, hasta empresas contratistas cercanas con un importante número de contrataciones.
De ese selecto grupo de apadrinados, el actual ministro de Salud Pública, Roque Mascarello, personifica con justicia el arquetipo del funcionario eternamente abrigado por el poder. De alfil de Juan Romero a secretario de Obras Públicas y de Gobierno de Miguel Ángel Isa en la intendencia, de Director de Aguas del Norte al Gabinete de Juan Urtubey. Aunque su actual cargo resulta coincidente con su condición de médico cirujano, el motivo de su desembarco en el área tiene poco que ver con su faceta técnica, más bien se explica desde aspectos políticos.
En su larga trayectoria a través de los escalafones del Estado, el ministro tuvo siempre rienda libre para las licitaciones y los nombramientos. El caso de Aguas del Norte es paradigmático, ya que al tratarse de una empresa estatal, los pliegos, contrataciones y concursos públicos no pasan por la secretaría de procedimiento de contrataciones de la provincia. Desde allí, el ministro supo posicionar de manera privilegiada a Hidro Construcciones SRL como una de las entidades empresariales de su preferencia. Los vecinos de la zona Oeste, precisamente de Villa Asunción, todavía padecen las consecuencias de los chanchullos que, tanto Aguas del Norte como Hidro Construcciones, dejaron en el lugar.
Hidro y no terapia
En 2013, la empresa privada consiguió que el municipio le adjudicara la pavimentación de tres cuadras de la barriada; Mascarello, por entonces, era Secretario de Gobierno municipal. Los vecinos cuestionaron fuertemente el «ahorro» de material que la empresa demostró durante la ejecución de la obra que, sumado al problema crónico de la falta de agua en la zona y a las intervenciones posteriores de Aguas del Norte para tratar de subsanarlo, trajeron más problemas que soluciones.
Los vecinos de Villa Asunción todavía padecen las consecuencias de los chanchullos que, tanto Aguas del Norte como Hidro Construcciones, dejaron en el lugar.
Indagar en los documentos societarios de Hidro Construcciones SRL permite tener un panorama más esclarecido de las relaciones político-empresariales que rigen buena parte del devenir provincial y municipal. Constituida el 6 de octubre de 2010, la empresa preferida de Mascarello tiene como objeto social, dedicarse a: construcciones de infraestructuras, obras civiles, hidráulicas y viales, y agropecuaria y forestal. En detalle, las actividades van desde: la construcción, reforma y reparación de edificios residenciales, hasta la construcción de obras de infraestructura para transporte.
Según consta en el acta de constitución societaria, la firma se creó ocho años atrás entre las socias: Claudia Elena Nazar y Mirta Estela Tóffoli de Alesanco. Esta última es nada menos que la madre del ex presidente del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), Fernando Alesanco —quien tuvo que renunciar en 2014, envuelto en el escándalo por la adjudicación fraudulenta de viviendas en Lomas de Medeiros— y que actualmente es uno de los directores ejecutivos del Instituto Provincial de la Salud (IPSS).
Al igual que otros funcionarios provinciales y vecinos de alta alcurnia, Mirta Estela Tóffoli también figuraba entre las beneficiarias en una nómina de «casos especiales» del IPV por la que Alesanco fue separado de su cargo. Su hermano Maximiliano, quien además se desempeñaba como psicólogo en el ministerio de Derechos Humanos, también figuraba como uno de los adjudicatarios. La progenitora de Alesanco renunció al «beneficio» luego del escándalo, y también cedió la gerencia de Hidro Construcciones SRL a otro socio: Ricardo Lorenzo Elías. Pero las contrataciones y adjudicaciones de obras de la empresa con el estado —sobre todo en los ámbitos en los que se desempeñó Mascarello— no cesaron.
La naturaleza de los trabajos de Hidro Construcciones SRL mutó en consonancia con las idas y vueltas de Mascarello por los rincones de la función pública. De realizar tareas de bacheo, cordón cuneta, pavimentación y cercados perimetrales, la empresa comenzó a trabajar en la ampliación de puestos sanitarios y de hospitales. Entre las últimas licitaciones, se pueden mencionar: la construcción del puesto sanitario de El Vencido —El Quebrachal— por un monto de $1.949.331,96 y la refacción de baños del hospital de Alto la Sierra por 1.705.397,55. Ambas contrataciones en agosto de 2017 con apenas 7 días de diferencia entre una y otra.
Primero la salud
Como si el pecado de la obviedad no existiera, en marzo del año pasado Fernando Adrián Alesanco Tóffoli fue designado en el directorio del IPSS, bajo la órbita del ministerio que preside Mascarello. De cualquier manera, el expresidente del IPV no había quedado desamparado, ya que desde 2015 cumplía funciones en la Comisión Provincial de Regulación de Transporte, desempeñándose como director, en reemplazo de Víctor Manuel Collado.
Como Fernando Alesanco, otras personas allegadas a Roque Mascarello tuvieron la misma fortuna, en este caso de su familia: Su cuñada, Alejandra Malozzi, fue designada en cargo político N°1 de la cartera de Salud en 2016. Su hijo, Federico Mascarello Rangeón, se desempeña en el equipo de informática del ministerio y su exesposa, Griselda Rangeón, preside el área de Epidemiología.
Entre los trabajadores de la Salud pública crece el desencanto con la conducción de la cartera. Mientras las empresas amigas embolsillan fondos provenientes del erario público, los profesionales y trabajadores del sector padecen las deficiencias edilicias y la falta de recursos. De cualquier manera, el universo de designaciones y contrataciones a dedo en la administración provincial no se acaba en la figura de Mascarello, pero que el ex funcionario romerista le hace un buen homenaje, está fuera de discusión.