La posición de la iglesia católica contra el proyecto de legalización del aborto provocó apostasías colectivas con la participación de muchxs fieles. ¿Qué puntos piden los sacerdotes considerar antes de debatir la separación de Iglesia y Estado? (Lilith)

En la semana se realizó una apostasía colectiva en nuestra ciudad. El adjetivo «colectiva» busca más bien ser carácter simbólico o político según lo que los propios apóstatas declaran en sus escritos, pero también constituye una forma de acompañamiento puesto que según mencionaron algunxs de los que intentaron realizar el trámite burocrático para renunciar a la iglesia católica, ante varios intentos, desde el Arzobispado de Salta se negaron a recibir individualmente sus apostasías.

Ante la apostasía colectiva realizada esta semana, desde la iglesia salteña decidieron atender a sus exfieles y recibirlos uno por uno preguntándoles qué los motivaba a realizar tal acción. Uno de los requisitos obligatorios es presentar el certificado de bautismo obtenido en la misma iglesia donde se realizó la ceremonia.

Raúl Frega

“Pañuelos que cambiaron de color pero no de virulencia, nos empujan a discusiones sin previo debate ni bases sólidas. Más allá de que considero que Argentina ya tiene asegurada la separación Iglesia – Estado, es válido pensar algunos puntos en torno a la cuestión”. Estas palabras cargadas de arrogancia pertenecen al presbítero Raúl Frega, “párroco del Espíritu Santo” (Río Cuarto), asesor de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la diócesis de Villa de la Concepción, quien esta semana publicó un texto en donde fija los puntos que la iglesia católica considera necesarios plantear antes del debate de la separación de la iglesia y el Estado. Porque según señalaron “no todo es lo mismo en este tema”.

El cura Frega, de 39 años, estimó necesario “definir qué significa separar estos ámbitos, sus consecuencias y qué sustenta tal demanda” y detalló:

  • “Si por separación Iglesia – Estado se entiende cesar con los aportes que realiza el Estado a obispos, seminaristas o parroquias de frontera, considero que el asunto puede ser tratado”.
  • “Si por separación Iglesia – Estado se pretende concluir todo trabajo colaborativo entre las estructuras e instituciones de la Iglesia y los diversos organismos del Estado, estamos ante un problema más complejo”.
  • “Si por separación Iglesia – Estado se quiere encerrar la fe y sus implicancias en el ámbito de lo privado quitando toda influencia social y cultural se puede caer en la supresión de actos amparados por la libertad religiosa”.

Según consignó en su escrito, el cura entiende que esta separación en relación a los aportes que realiza el Estado a obispos, seminaristas o parroquias es necesario porque les permitiría a la Iglesia sentirse más libre para expresar sus posturas y críticas al sistema político de gobierno y evitaría que la administración de turno pretenda “domesticar a la Iglesia usando los recursos con un fin casi extorsivo”.

Luego del rechazo a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la más tradicional institución antiderechos, entabló negociaciones con el Gobierno nacional para renunciar gradualmente al subsidio que reciben los obispos por parte del Estado, pero negocian un “nuevo sistema de sostenimiento”, según confirmó la Conferencia Episcopal Argentina. “Se acordó seguir profundizando dichas alternativas y estudiar propuestas, con el fin de ir resignando de manera gradual, las asignaciones que reciben los obispos de parte del Estado Nacional”, afirma el comunicado.

Luego del rechazo a la Ley de IVE, la Iglesia entabló negociaciones para renunciar gradualmente al subsidio que reciben los obispos por parte del Estado, pero negocian un “nuevo sistema de sostenimiento”, según confirmó la Conferencia Episcopal Argentina.

En la actualidad los hombres de la iglesia engrosan bastante bien sus bolsillos: un obispo diocesano cobra $46.800 mensuales; un obispo auxiliar, $40.950; un obispo emérito, $40.950; y los administradores apostólicos y diocesanos perciben $46.800 -igual que los obispos diocesanos-.

Fuera de las universidades

Mientras se realizaba una asamblea interclaustro en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba, estudiantes bajaron la imagen de la virgen María que se encontraba en la entrada del edificio de esa casa de estudios.  Según algunxs testigos, un grupo de estudiantes iba a romper la estatua como un modo de expresar su postura de que el Estado debe separarse completamente de la iglesia católica.

En el soporte de metal donde se hallaba la caja con la imagen mariana quedaron colgados un pañuelo verde y otro anaranjado. La estatua, dijeron lxs testigos, fue llevada a una comisaría para protegerla, en tanto que los estudiantes que sacaron la imagen de la Facultad de Derecho fueron denunciados por el decano.

De igual manera la imagen de una virgen de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan, fue retirada luego de momentos de tensión, porque militantes «antiderechos», resistían la decisión, lloraban y rezaban e intentaban impedirlo. Se decidió sacarla en la tarde, durante la marcha en defensa de la educación universitaria. En la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza ocurrió lo mismo y estudiantes retiraron la imagen que se encontraba en el ingreso al centro educativo.