Una PYME argentina está a punto de exportar el primer avión de fabricación nacional después de 42 años. La venta debió concretarse en marzo, pero por el aislamiento preventivo obligatorio, no pudieron cumplir con las horas de vuelo exigidas por ley para realizar la transferencia. Críticas a la ANAC y reflexiones sobre la industria nacional. Por Nicolás Bignante

Carlos Antonietti nació en Roque Sáenz Peña (Chaco), fue piloto de la Fuerza Aérea Argentina y veterano de la Guerra de Malvinas. En 2005, junto a otro piloto retirado y un ingeniero aeronáutico dieron vida a Proyecto Petrel, la única fábrica de aviones livianos del país que se encuentra activa al día de hoy, sin financiamiento estatal. Tras varios años de fabricar aviones de instrucción para aeroclubes y escuelas de vuelo, la oportunidad de exportar sus creaciones fuera del país se tornó una realidad. Aunque las negociaciones comenzaron en 2018, la primera entrega de un total de ocho aviones Petrel que tenían como destino a Colombia, estuvo prevista para marzo de este año. Pero llegó la pandemia global.
La fabricación de las aeronaves en la planta de Mercedes (Buenos Aires) se encuentra paralizada, no obstante lo que más preocupa a Antonietti y a los demás integrantes del proyecto es la falta de respuestas por parte de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Esto se debe a que, para poder concretar las ventas al exterior, los aviones deben estar certificados y contar con una cantidad determinada de horas de vuelo.
El proceso, de por sí, suele ser largo y engorroso; pero en el contexto actual, es directamente imposible. Los vuelos están vedados en todo el territorio nacional, a excepción de los sanitarios y aquellos enmarcados en la categoría «Trabajo aéreo». Desde Proyecto Petrel vienen pujando para que los vuelos de instrucción sean considerados como tal. De concretarse la venta a Colombia, sería la primera vez que la Argentina exporta una aeronave de fabricación nacional en 42 años. La última exportación de un avión civil nacional la hizo «Aerovuelos» a fines de los 70’s.
En diálogo con Cuarto Poder, el presidente de Proyecto Petrel Carlos Antonietti, hizo un recorrido por la historia de la PYME, brindó un panorama de la industria y criticó el papel de la ANAC.
-¿Cómo está atravesando Proyecto Petrel y la industria aeronáutica en general esta cuarentena?
Estamos muy preocupados, con muchísima bronca e impotencia. La verdad, la que nos está fundiendo, aparte del Covid-19 y todo lo sanitario, es la ANAC; la repartición pública que todos los argentinos pagamos para que cobren sueldos y fomenten la aviación civil con seguridad.
Le hemos enviado dos notas a la presidente y ni responden. Como uno de los grandes problemas del Covid-19 es la transmisión por el aire, un avión como el nuestro donde van piloto y copiloto al lado, puede provocar un contagio en el aire. Entonces nosotros propusimos una separación translúcida con una ventana amplia en el medio, corrediza, cosa que si hay una emergencia, el instructor pueda meter mano del lado del piloto y tenga acceso a todos los comandos. Puede que haya algo mejor, pero al menos que nos lo digan. Todos los países del mundo, desde hace al menos una semana, están volando.

La fabricación de las aeronaves en la planta de Mercedes (Buenos Aires) se encuentra paralizada, no obstante lo que más preocupa a Antonietti y a los demás integrantes del proyecto es la falta de respuestas por parte de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).

-¿Cuántos años tiene la empresa y cómo se inició?
Esta empresa está registrada desde 2005, pero se empezó a trabajar en el diseño del avión en el 2003. Se empezó a pagar sueldos de técnicos e ingenieros y en 2008 se certificó el avión. Fueron cinco años de trabajo con fondos privados, sin subsidios de ningún tipo. A partir de ahí, nuevamente ANAC con decisiones muy discutibles, emitió distintas resoluciones que favorecieron a los aviones importados, antes que a los nacionales.
A nosotros nos pusieron un montón de requisitos y a los importados los autorizaban directamente, con el argumento de que estaban certificados en Europa. Lamentablemente, nuestras propias autoridades nos perjudicaron.
La empresa subsistió con muchos altibajos, más bajos que altos. En realidad estamos vivos porque nos apasiona lo que hacemos. Si algún político alguna vez entiende lo competitivos que somos a nivel internacional, nos van a ayudar. No perdemos la esperanza.
-¿Hay actividades aéreas que estén funcionando durante el aislamiento?
Está habilitado todo lo que sea trabajo aéreo y vuelos sanitarios. Pero los vuelos de instrucción (hay 18 aviones en el país volando en aeroclubes y escuelas de vuelo) también son trabajo aéreo. Sin embargo, a ninguno de nosotros nos dejan volar. Tenemos un avión parado hace ocho meses y va a estar parado más de un año. La verdad que es un crimen.
-¿Necesitan cumplir con determinada cantidad de horas de vuelo para vender?
Nosotros tenemos que hacer los vuelos de producción. Vienen los inspectores de la ANAC, inspeccionan el avión, realizan toda la documentación y salimos a volar para hacer las pruebas. Hacemos 10 horas de vuelo en la fábrica. Después recién se lo entregamos al cliente. Pero tenemos que volar.
Aparte una fábrica como la nuestra que es una PYME, fabrica repuestos que vendemos a nuestros clientes que compraron aviones. ¿A quién le vamos a vender si no podemos volar?
-¿Y el trabajo de fabricación en la planta pudo continuar?
No, porque hoy iniciamos el trámite. Hay que hacerlo ante el municipio, ellos lo elevan a la provincia, la provincia lo eleva a Nación y, si lo aprueban, recién podemos empezar a trabajar. Tenemos por lo menos para dos semanas más sin trabajar.
-¿Cuánto cuesta producir un avión en Argentina?
En algún momento nos cobraron el 49,5% de impuestos para importar el motor y los instrumentos. Hicimos un lindo lío y logramos que eso cambiara. Actualmente pagamos un 13% de impuestos si es para un cliente de una escuela de vuelo o aeroclub. Pero si fuera un particular pagamos un 46,5% de impuesto. ¿Sabés cuánto paga un avión importado de similares características? un 15%. Pero logramos algo. Nuestros principales clientes son las escuelas de vuelo y los aeroclubes. Para ellos estamos en un 13%, que es lo mismo que pagan los importados.
-¿Cuál es la función de los aviones de Proyecto Petrel?
Originariamente fueron pensados como aviones de instrucción, después le hicimos una serie de modificaciones y hoy es un avión multi-propósito que puede cumplir varias funciones: De aerovigilancia, de seguridad, de aeroaplicación, de fotografía aérea, etc.
Actualmente estamos en el proceso de certificación de ese avión nuevo que hemos diseñado. La ANAC demoró tres meses en venir a inspeccionarlo y ahora, entre vacaciones y pandemia, hace cinco meses que el avión está parado. Y como no se va a volar hasta septiembre por lo menos, los inspectores que son de córdoba no van a venir hasta octubre.
-¿Cuántas personas trabajan en Proyecto Petrel?
Habitualmente somos 12, cuando hay más trabajo llegamos a 18. Aparte, un 70% del avión se fabrica en Argentina con la ayuda de otras PYMES que son proveedoras de partes aeronáuticas, y que también tienen empleados. Tenemos 32 proveedores en el país.
Nosotros armamos todo el avión, soldamos, pintamos, calibramos y hacemos el ensamble final. Montamos todo y se hacen los vuelos. Si nosotros cerramos, unas 32 PYMES se van a ver afectadas también.
Somos muy chiquitos, no tenemos espalda financiera. Estar cerrados dos meses nos mata. Este mes no tenemos para pagar los sueldos, pero la gente conoce la situación. Hablamos con nuestros empleados y por suerte nos dijeron ‘aguantamos Carlos, no te preocupes'».
-¿Pudieron acceder a la «Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción», el programa del gobierno nacional para cubrir hasta el 50% de los sueldos del sector privado durante la pandemia?
Si, pero igual no te alcanza. No podés vivir con la mitad. Aparte todo subió mucho. Yo voy al supermercado, así que nadie me la cuenta.