En medio de una separación ruidosa, una de las noticias de este lunes posiblemente haya sido el hallazgo del programa «Lanata Sin Filtro». Este envío que va por Radio Mitre, le apuntó al actual presidente del club San Lorenzo, Marcelo Tinelli, por algunos audios de pinchaduras que revelaron algunas conversaciones con el que en vida fuera Julio Grondona.

Las escuchas, recogidas durante el período del 14 de mayo y el 12 de junio del 2013, dejan en evidencia a Marcelo Tinelli y a Julio Grondona, casualmente cuando San Lorenzo de Almagro se consagra campeón del entonces «Torneo Inicial». Este lunes por la tarde, el propio titular del club “carasucia” depositó su confianza en que “ya estará trabajando algún fiscal de oficio en investigar quien entregó este material privado, o que debería haberse destruido, para que se difunda en un medio”.

El conductor televisivo resumió desde su cuenta en Twitter que “jamás hice algo ilegal”, por lo cuál se ofreció “a disposición absoluta de la justicia”, en caso que sea citado a declarar, aunque si esto no sucede advirtió que será “querellante” contra el mencionado programa radial y el magistrado que filtró dichas pinchaduras.

De acuerdo al relato ofrecido en esta audición, el material apuntaba a desentramar maniobras espurias en la designación de árbitros a dedo de acuerdo a la conveniencia del interlocutor, como el cambio de horarios de los partidos para cumplirle los deseos a la afición azulgrana. Las escuchas en cuestión se llevaron adelante en el juzgado del ex magistrado Norberto Oyarbide, quien tenía la causa bajo su poder y mandó a intervenir el teléfono de «El Padrino» de fútbol argentino en el marco de una investigación que además develó que se utilizó una «cueva» financiera para lavar dinero del pase de varios jugadores.

Pero de acuerdo a los dichos de Tinelli este asunto parece ir para largo tiempo por delante. Desde un punto de vista equidistante, el abogado Gregorio Dalbón apuntó que “es una escucha privada, ilegal, y futbolística. Estéril ya que no hay delito. Es un claro daño a la privacidad. Destino: La extorsión”.