En estas tierras de Dios, no es vivo el que quiere sino el que puede…
Lo que aprendió “Mariu” Vidal, quien se creyó la más viva cuando decidió espiar tanto a lejanos como a cercanos. Unos a otros. Y terminó siendo una lista de gente que llegó a los 46.000. Esa fue la cantidad de pedidos realizados a la empresa Nosis desde distintas dependencias policiales de la provincia de Buenos Aires.
Lo primero que salió a la luz fue la denuncia contra el titular de Asuntos Internos, Guillermo Berra, y su esposa, María Rosario Sardiña, por algo así como 1200 casos entre dirigentes políticos, intendentes como Espinoza, Mussi y Mario Ishii, y organismos clave de dos poderes del Estado, como la Suprema Corte bonaerense y ambas cámaras legislativas de la Provincia.
Pero en las últimas horas, se pudo saber que el universo de espiados era mucho más grande. Según informó la empresa Nosis, firma especializada en información financiera, los objetivos del presunto espionaje montado por María Eugenia Vidal eran 46.000 personas.
En la lista aparecen personas y organismos que hasta el momento no figuraban en la investigación que lleva adelante la Justicia bonaerense.
Resultó que desde el Ministerio de Seguridad, encabezado por Cristian Ritondo, se solicitó una habilitación indiscriminada de informes Nosis y Veraz, para tres dependencias: Asuntos Internos (que ya estaba espiando), Narcotráfico e Inteligencia Criminal. Desde Asuntos Internos se realizó el pedido por 1200 informes que habrían recaído sobre investigaciones patrimoniales de familiares de policías escudriñados por supuestos enriquecimientos ilícitos. Narcotráfico habría utilizado en sus investigaciones unos 2000 informes. El resto de los miles de pedidos se habrían realizado desde la división de Inteligencia Criminal, por ejemplo, al ex gobernador bonaerense Daniel Scioli.
Ahora la Justicia no tendría solo a Guillermo Berra como principal sospechoso, sino que los indicios ahora darían un giro hacia el ex ministro Ritondo, más cercano a la angelical ex gobernadora, quien habría solicitado a Berra seguir al círculo de Ritondo, creando una gran interna entre ambos que terminó con el resultado inesperado de esta causa.
Mientras todo esto pasaba en la provincia de Buenos Aires, el entonces presidente Mauricio Macri realizaba un “seguimiento” a través de la Agencia Federal de Investigaciones, a dirigentes políticos, sindicales y empresariales, entre los cuales estaba Ella. Churo, no?