El retorno de la periodista Natalia Nieto a la FM en la que dio sus primeros pasos.
Tarareando por lo bajo el viejo tango y feliz, así se lo vio al empresario periodístico Mario Ernesto Peña, quien recientemente ha recuperado al alma mater de su radio. Hablamos nada más y nada menos que de la periodista Natalia Nieto, cuya voz se escuchará nuevamente en la FM Aries. Lo cierto es que el empresario, luego del alejamiento traumático de Nieto de la emisora de calle Córdoba, intento reemplazarla con un sin número de colegas hombres y mujeres, que (sin desmerecer) no lograron para el gusto de Peña, estar a la altura de la ya ausente periodista.
La colega, por su parte, tomó nuevos rumbos que la hicieron desembarcar finalmente en la radio de la competencia, de propiedad del enemigo más acérrimo de Peña: el diminuto diputado nacional PRO Martín Grande, donde llevó adelante exitosamente su programa El Acople. Todo parecía ir por los canales normales para el afuera, y se la veía a la periodista contenida en su nueva emisora, hasta que con el paso del tiempo, se hicieron públicos una serie de desacuerdos y maltratos de parte del legislador nacional que pusieron a Nieto y su programa en modo huida.
Como no hay mal que por bien no venga, la capacidad de la colega fue tenida en cuenta por el presidente de la Corte de Justicia de Salta y Nieto se convirtió en asesora de prensa de la presidencia, a cargo de Guillermo Catalano, en donde se desempeña actualmente. La periodista sin embargo no cesó en su inquietud por que su producto “El Acople Informativo”, no perdiera vigencia y logró un espacio, esta vez a través de Canal 10.
Lo que viene a sellar con un broche de oro esta buena nueva es el retorno de Natalia Nieto a la FM que la vio crecer. Por ahora, a la par de su labor en la justicia, su presencia, dicen, será mediante la transmisión en dúplex de su programa televisivo. Y es por eso que el pasado jueves alrededor de las 21 se los vio a Peña y Nieto como si no hubiese pasado el tiempo, conversando animadamente en la confitería de un centro comercial de zona norte. La felicidad que reflejaba el rostro del empresario periodístico era comparable a la del pirata, que recupera el tesoro perdido. Sin dudas, una buena noticia para el periodismo afectado por tanta crisis.