La presidenta de la Fundación Volviendo a Casa repudió las declaraciones vertidas por Ana Pérez  Declercq quien reivindicó la prostitución y la nombró como “trabajo sexual” y consideró que el mismo debe ser regulado por el Estado.

Ana Pérez Declercq es Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires, Magíster en Salud Pública por la Universidad Nacional de Salta y Doctora en Sociedad y Cultura por la Universidad de Barcelona.  Desde el año pasado integra el Directorio del Observatorio de Violencia contra las Mujeres designada por la Universidad Nacional de Salta luego de la intempestiva partida (huída?) de María Eugenia Burgos.

Además de su “trayectoria” académica Declercq es militante k y se presenta como la intelectual progre del Observatorio. En ese sentido el domingo último emitió algunas declaraciones sobre la prostitución que no cayeron bien a otras organizaciones que batallan día a día contra las redes de trata y la desaparición de mujeres y niñas. En palabras llanas que quizás a  Declercq no les gusten porque es intelectual, las organizaciones que las criticaron son las que pisan el barrio, las que mueven cielo y tierra para buscar cuando una menor desaparece.

 

Las declaraciones de la directora del organismo oficial las realizó en la nota del día 8 de Marzo publicada en El Tribuno: “Abolir o regular la prostitución, un debate que se renueva”. Allí sostiene  «El trabajo sexual debe estar protegido por el Estado y parte de las consideraciones negativas que se tienen, como negarlo o penalizarlo están vinculadas con la hipocresía de la sociedad. Es un trabajo que en la actualidad se ejerce, se consume el servicio y las personas tienen derecho, si quieren ejercer ese trabajo con su cuerpo, a poder hacerlo de una forma digna, con acceso a la salud, a la jubilación».

“Teniendo en cuenta la violencia que las mujeres a nivel mundial sufren, expreso mi repudio a Ana Pérez Declercq, directora del Observatorio de Violencia Contra las Mujeres (OVcM), en un momento en que tanto a nivel internacional como a nivel nacional se lanzan campañas para proteger los derechos de las mujeres y lograr erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus formas plantearse si hay que regularizar la prostitución no hace más que atrasar lo que con tanto esfuerzo y lucha logró construirse e incluso cuando la ley lo dice que promoción y facilitación de la prostitución es Trata de personas”, sostuvo en un comunicado Isabel Soria, presidenta de la Fundación Volviendo a casa.
“El sistema prostibulario provee de mujeres objeto, a disposición de la demanda varonil. Dicho sistema es organizado, lucrativo, de explotación sexual que organiza la disponibilidad de ciertos seres humanos, mujeres mayoritariamente, de cualquier edad, para su uso sexual por otro sector de la sociedad, mayoritariamente varones (prostituyentes). SIN PROSTITUYENTES NO HAY PROSTITUCIÓN, SIN PROSTITUCIÓN NO HAY TRATA.
Tratados internacionales como la CEDAW (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Convención de Belém do Pará) suscriptos por el Estado argentino imponen a nuestro país el deber de implementar políticas públicas para eliminar la violencia y la discriminación contra la mujer.
Sabemos que existe trata de personas porque hay prostitución. En los casos de trata con fines de explotación sexual el prostíbulo es el lugar de destino por excelencia de las víctimas. En Argentina los prostíbulos están prohibidos, pero es bien sabido que existen whiskerías, privados, club nocturnos, entre otros, donde se ejerce la prostitución y donde por ende hay víctimas de trata”, agregó Soria.
Declercq en sus declaraciones dijo todo lo contrario, señaló que de “regularse” la prostitución se terminaría la trata de personas.

Soria le respondió: “La prostitución conduce a la trata de personas, la nueva esclavitud del siglo XXI, una esclavitud entendida en el sentido en que la mujer que es sometida a esta condición no puede disponer de un plan de vida propio.
Dentro del circuito de la prostitución el mayor porcentaje de mujeres que ingresan al circuito lo hacen como una manera de sobrevivir y no como una forma de vida. No tuvieron acceso a la educación, a la vivienda, a la comida, y la gran mayoría pertenece a sectores muy vulnerables de nuestra sociedad.
Digamos basta al reglamentarismo. No hay otra palabra que pronunciar. Terminemos con esto. Dejemos de mirar para otro lado: a las mujeres víctimas de trata, producto del sistema prostibulario no se las tragó la tierra: son las desaparecidas de las democracias y el Estado tiene responsabilidad de encontrarlas a todas y una vez encontradas devolverles la dignidad que les fue arrebatada. Para terminar con estos males de la sociedad actual necesitamos SENSIBILIZACIÓN y PREVENCIÓN especialmente a las directoras de dicho Observatorio”, sostuvo.