Los resultados de ayer confirmaron el desbande de los votos ganados hace dos años por la principal fuerza de izquierda en Salta. Del Plá sumó 42.200 mil votos (6,65%) y quedó último entre los candidatos a diputados nacionales por Salta. (G.T.)

Fue bueno mientras duró. Aunque no lo harán, eso es lo que con una mueca en sus rostros deberían comentar por estas horas aciagas en el Partido Obrero. Es que hace apenas 2 años tocaban el cielo con las manos y gritaban desde Salta que la izquierda podía ser una alternativa real para la política de Argentina. Habían sacado montones de votos en las elecciones provinciales y también en las nacionales: tenían 9 concejales capitalinos, 4 diputados y hasta una senadora provincial y un diputado nacional dispuesto a gritar las consignas de Marx, Lenin y Trotsky en el Congreso. Y todo lo habían ganado con esforzada militancia y lucha popular.

Pero ahora, vaya paradoja, justo en octubre, la historia es bien distinta. El resultado de las elecciones nacionales del domingo último confirmó el desbande de esos votos y la inevitable pérdida de peso específico en la política provincial y nacional. Claudio Del Plá sumó 42.200 mil votos o el 6,65% del electorado (bastante más que en las primarias del pasado agosto cuando juntó 26.049 y el 4,46%) y quedó último entre los candidatos a diputados nacionales por Salta.

Este resultado es el corolario de una seguidilla de cachetazos electorales sufridos a lo largo del año. En las primarias provinciales de abril y como candidato a gobernador, Del Plá reunió 45 mil votos y más del 7% del padrón pero bajó a 41 mil votos y el 6% en las generales de mayo, mientras que en agosto y ya como candidato a diputado sumó 24 mil votos y poco más del 4% que ahora y sin ninguna expectativa real apenas pudo mejorar. La indisimulable debacle es dramática si esos números son puestos de cara a los de las elecciones legislativas de 2013. Entonces, Pablo López superó los 119 mil votos y casi llegó al 20% del electorado para conseguir una histórica banca en el Congreso de la Nación.

“Casi nada queda de la sorprendente elección que el PO protagonizó en 2013 cuando los resultados catapultaron a Pablo López al Congreso y los números originaron una expresión inédita: ‘Salta, la trotska’. Jornadas que ahora se parecen a un episodio de esos que la dialéctica marxista denomina acontecimiento: suceso menor que por no estar inscripto en la trama de la historia cuyo sentido inexorable es la revolución, se convierte en insignificante y destinado a evaporarse. A horas de los resultados de las PASO 2015, los números exponen una situación que debe explicarse en términos políticos”, analizó sin piedad Cuarto Poder en su edición posterior a la votación.

Esa explicación “en términos políticos” aún no fue ofrecida desde la conducción obrera y confirma que, tal vez, sea esa incapacidad de realizar un análisis autocrítico lo que condenó a la izquierda salteña a este doloroso fracaso. “Me parece que no tenemos que hacer ninguna autocrítica, ya que nuestra política no falló. Nosotros mantenemos nuestro programa” dijo, por ejemplo, la senadora Gabriela Cerrano a FM Dinamo tras las primarias y sepultó (al igual que Del Plá) cualquier posibilidad de reconocer errores y modificar la estrategia política y electoral. De agosto a octubre poco podía modificarse y, entonces, los fundamentos del inocultable retroceso trotskista deben buscarse en los meses y años que van de aquellas elecciones ganadas por López y estas perdidas por Del Plá.

En ningún momento (pese a tener robusta presencia legislativa y, sobre todo, deliberativa) el PO pudo imponer temas en la agenda pública y sus muy válidas consignas y propuestas siguieron siendo lejanas a la gente de carne y hueso. La picardía de los hombres del peronismo fue demasiado para el voluntarismo de los trotskos que no supieron utilizar esos espacios ganados con enorme sacrificio para modificar un ápice la realidad de los salteños.

Un mínimo consuelo

Días antes de las históricas elecciones de 2013 que consagrarían al Partido Obrero y a poco de iniciar una entrevista radial, de excelente humor Claudio Del Plá anticipó que “tenía una muy buena explicación” para el triunfo que se acercaba porque reconoció que “en el PO siempre tenemos una buena explicación”. “Teníamos una explicación cuando sacábamos el 1% de los votos, cómo no la vamos a tener ahora que vamos a sacar el 20%” rió el ya histórico dirigente obrero.

La explicación para esta mala performance electoral ya puede anticiparse y no será novedosa: la historia no es lineal y se construye con avances y retrocesos como el de este 2015 en el que el perverso régimen político engañó con cantos de sirena al sufriente pueblo argentino para demorar (nunca detener) la marcha de los trabajadores. Pero Del Plá y los suyos igual se mostrarán optimistas y convencidos que más temprano que tarde la izquierda llegará a la conciencia de los explotados y tomará el poder. Mientras tanto, dirán que no fue tan grave el retroceso y que, por ejemplo, en Capital mantuvieron un buen caudal de votos que ya están fidelizados. No están equivocados: el PO reunió en el principal distrito electoral de la provincia unos nada despreciables 28.500 mil votos o casi el 10% que cualquier agrupación política distinta al peronismo desearía tener.

Nada, poquito, mucho

Nada: el candidato a presidente del FIT, Nicolás del Caño, apenas sacó 11 mil votos en Salta. Poquito: el candidato a diputado, Claudio Del Plá. Reunió 28.500 votos. Mucho (para una fuerza de izquierda): el candidato a parlamentario del Mercosur, Pablo López, obtuvo 30.700 votos. Este detalle numérico advierte que, en Salta, la figura relevante del PO es el pelilargo.