Mabel Bianco médica feminista pasó por Salta y habló sobre partos domiciliarios, salud, aborto y demás problemáticas de los derechos femeninos. Historia e ideas de una de las mujeres que utilizó el término femicidio a fines de los 80. (Andrea Sztychmasjter)

Con casi nula participación de legisladores hombres presentes, en el marco de la adhesión a los “16 Días de Acciones Mundiales contra la Violencia de Género”, la Cámara de Diputados organizó una jornada de la que participó la doctora Mabel Bianco, histórica médica feminista presidenta de FEIM.

Ante una sala colmada de mujeres de diferentes ámbitos, el presidente de la cámara de diputados Manuel Santiago Godoy, uno de los pocos legisladores presentes junto a Lucas Godoy y Ramón Villa, aprovechó la ocasión para reivindicar el trabajo del Observatorio de Violencia contra las mujeres “El observatorio fue idea de nosotros los legisladores y creemos que es algo muy bueno”, señaló y especificó que a partir del primer informe presentado por el organismo “es necesario que identifiquemos responsabilidades, el poder ejecutivo deberá invertir en presupuesto y el judicial en hacer lo que creo no está haciendo”, agregó.

El diputado Lucas Godoy, durante la charla, se quedó a un costado prestando especial atención a lo expuesto, mientras que Ramón Villa aprovechó el momento para regalarle a Bianco dos yiscas tejidas por mujeres originarias del norte provincial.

La charla

Corría el año 1988, en Mar del Plata, el famoso boxeador  Carlos Monzón asesinaba a su expareja, la actriz y modelo Alicia Muñiz. Por entonces, la palabra femicidio no era tema de agenda, por el contrario, en los años 80 se hablaba de “crímenes pasionales”.

El proceso informativo desencadenado a partir de ese asesinato constituye un hito en la visibilidad mediática de la violencia hacia las mujeres en Argentina, y esto se debió no sola a la noticiabilidad en si misma del caso, que tenía a un campeón mundial como protagonista, sino también a la incansable lucha feminista de la que Mabel Bianco participó. Las activistas fueron pioneras al enmarcar el caso como “femicidio”; concepto que tardaría cerca de dos décadas en ser apropiado por las organizaciones de mujeres latinoamericanas y más tiempo aún, por el discurso de periodistas.

Mabel Bianco al comenzar su charla en Salta se refirió a este caso para señalar por un lado el rol importante que poseen los medios en los tratamientos de las problemáticas de las mujeres, y por otro para  manifestar que “los valores culturales no se cambian solo con leyes”, y se refirió a la aceptación y apoyo que el femicida Monzón poseía en aquel entonces.

“Alain Delon lo fue a visitar a la cárcel, muchos decían que a Monzón había que sacarlo. Y resulta que con las mujeres nos enteramos que salía de la cárcel y le iba a enseñar boxeo a niños. ¿Este es el ejemplo que damos?”, mencionó.

Por eso Mabel hizo hincapié en la importancia de la educación para deconstruir estereotipos, no solo en la escuela, sino también en las familias y en la propia justicia. “Todos tenemos un enano machista hasta las propias mujeres, debemos trabajar día a día contra eso. Por eso el papel de la escuela es tan importante, porque junto con las familias y los medios son los principales reproductores de la diferenciación de los roles que propician la desigualdad”, señaló y criticó fuertemente las figuras de reinas y princesas que aún hoy se siguen reproduciendo “Acabemos con esto de la princesita, que debe estar siempre hermosa para los otros”, mencionó y agregó la importancia que tiene la escuela no solo en enseñar genitalidad a los alumnos sino también sexualidad y trabajar sobre la idealización del amor para prevenir noviazgos violentos.

En su charla se refirió además a la división sexual del trabajo y al trabajo no pago que realizan día a día las mujeres en sus casas. Mencionó que es responsabilidad de los gobiernos trabajar en esto y apuntar a mermar las desigualdades en las oportunidades de las mujeres. “En los medios de comunicación hasta hace poco a las periodistas no las dejaban ni firmar sus notas”, ejemplificó.

“Yo no soy especialista en mujeres, soy especialista en derechos humanos de las mujeres, que es el derecho fundamental para vivir una vida sin violencias de ningún  tipo”, señaló la doctora y se refirió a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención de Belém do Pará, que fue la base para elaborar la ley nacional 26.485.

Aclaró que recién en 1996 la OMS reconoció la violencia contra las mujeres como un problema de salud pública. Mencionó el rol del trabajo articulado intra e intercultural que se debe realizar. “Todos las formas de violencia son un problema de salud pública y requieren atención integral, psicofísica, social, legal y cultural”.

“En nuestro país tenemos leyes muy buenas, pero el tema aquí es como se implementan, y en eso tenemos aún mucho por recorrer”, mencionó la médica y se refirió a la importancia del acompañamiento cuando la mujer decide hacer la denuncia. Criticó que exista mediación en casos de violencia de género, a las medidas cautelares y botones antipáticos que han demostrado no ser suficientemente eficaces “La mujer no puede vivir todo el tiempo con un policía parado en la puerta”, manifestó. Señaló que aún existe un camino por recorrer en sanciones a los violentos, un ejemplo de ello es la implementación de tobilleras.

Además exhortó a todas a no quedarse calladas: “Algo que necesitamos en temas de violencia, es hablar”, señaló. “No nos quedemos calladas”.

Mujeres participando

Durante la charla en el recinto, las mujeres presentes tuvieron la oportunidad de contar sus experiencias en los diferentes ámbitos en donde se desarrollan. Una abogada presente señaló la importancia de una reforma en el código penal que ponga estrictas sanciones a los agresores. Las mujeres presentes se refirieron a la ruta crítica que atraviesan las víctimas de violencia y la urgencia de un rediseño de los circuitos judiciales.

Una gerontóloga se refirió a la violencia que vivencian los adultos mayores. Una investigadora se refirió a la práctica del chineo, término con el que se designa las violaciones en banda de criollos sobre niñas y mujeres de comunidades originarias. Práctica que aún hoy se percibe como “ancestral” y continúa silenciada. Una dirigente barrial relató que con otras mujeres armaron una red de comunicación: “Nosotras nos convertimos en el botón antipánico humano y estamos ahí acompañándonos entre nosotras”, señaló y comentó como a través del arte ayudan a empoderar a mujeres.

Al terminar la participación una mujer criticó la falta de presencia masculina en la charla. “El observatorio realizó sus informes, ahora ¿Qué hacemos con las estadísticas?” Se preguntó y alentó a la participación política de las mujeres “no siempre podemos ser políticamente correctas porque los hombres siguen ocupando los lugares de decisión”.

Además reivindicaron la lucha de Alika Kinan protagonista del primer proceso en el que una víctima de trata querella a sus proxenetas y al Estado, y de la activista salteña Lohana Berkins.