Los medios nacionales ya bucean en la implosión interna que produciría en el PJ una eventual derrota de Scioli y concluyen lo obvio: los pocos sobrevivientes entre los que se incluye a Urtubey pelearán por un nuevo liderazgo.

“Con cualquier resultado en las urnas, ya hay una camada que pasa a retiro, con el titular del partido a la cabeza”, precisa el diario La Nación en referencia al gobernador jujeño Eduardo Fellner que preside el partido. La última gran batalla por conservar el poder en la Casa Rosada llega después de un año con sabor a desguace que incluyó la pérdida de la provincia de Buenos Aires: cuna y bastión del peronismo, un tercio de los votos del país y en donde María Eugenia Vidal gobernará con 65 comunas de color propio, mientras que, en un fuerte retroceso, 55 quedaron para el Frente para la Victoria, del total de 135.

En el interior del país, la tormenta tuvo un daño menor. Por eso, los gobernadores que quedaron en pie sienten que en caso de ganar Mauricio Macri, ellos adquirirán un peso específico mayor, con la jefatura bonaerense vacante. Allí se anotan Juan Manuel Urtubey (Salta), Jorge Capitanich (Chaco) y dirigentes con buen desempeño en las urnas, como Omar Perotti (Santa Fe)

Hasta diciembre, el dispositivo oficialista se nutría de 18 provincias, entre justicialistas y aliadas, para contabilizar 14 en la nueva era. No perdieron cualquier comarca. En Jujuy fue abatido Fellner, después de 32 años de gobiernos peronistas ininterrumpidos. Mendoza volvió a manos opositoras, por el acuerdo entre Pro, UCR y Frente Renovador, en su primer experimento como alianza antikirchnerista. Y, con peso determinante, Buenos Aires pasó a ser pieza clave del armado de Macri.

En el medio, quedan fluctuando otras tribus peronistas no alineadas con el Frente para la Victoria. Están los Rodríguez Saá, al mando de San Luis; Juan Schiaretti, en Córdoba; Carlos Verna, que retomó el poder en La Pampa, y Mario Das Neves, otro mandatario peleado con Cristina que volvió a controlar Chubut. Sin la Presidenta como jefa única e indiscutible, esos grupos podrían realinearse.