Los medios internacionales destacaron el triunfo de Mauricio Macri pero remarcaron que era el resultado esperado por todos después de las elecciones generales de octubre. Muchos hicieron foco en el fin del kirchnerismo y en el regreso de la derecha liberal.

Los resultados del balotaje estuvieron mucho más temprano que los de las elecciones generales del mes pasado, por lo que los medios de todo el mundo pudieron realizar una cobertura más amplia. Todos hicieron foco en el cambio de era, el final del kirchnerismo y el comienzo de un nuevo momento político para nuestro país.

“Terminó era Kirchnerista: gana Macri”, titulaba el domingo por la noche el diario mexicano Reforma. “El candidato presidencial opositor se convertirá en Presidente de Argentina”, explicaba el periódico. Ampliaba la información asegurando que Daniel Scioli había reconocido la derrota.

“El liberal Mauricio Macri (Cambiemos) será el nuevo presidente de Argentina, según el conteo del 63% de los votos. Se ha impuesto en las urnas al peronista Daniel Scioli (Frente para la Victoria) por 53,5% a 46,5% en una jornada tranquila. Parecía como si todo estuviera ya decidido desde la primera vuelta, donde se produjo el vuelco real. Macri se convirtió entonces en favorito y no se ha bajado de ese pedestal. La única duda era qué distancia lograba con su rival, un dato importante para saber con qué fuerza arrancará su Gobierno en una situación económica delicada”, informaba el diario español El País.

Otro diario español, El Mundo, aseguraba: “En fábricas, ministerios y universidades se ha advertido hasta la saciedad del ‘peligro’ de volver a la década del 90, los años de ‘pizza y champán’ del menemismo, cuando el país vivió en una engañosa burbuja que al estallar años más tarde, ya con otro Gobierno, dejó una enorme mancha de sangre y un país al borde del precipicio. En esa década de neoliberalismo sin freno, de la que casi todo el país reniega hoy pero que una gran mayoría respaldó en su momento, nacieron políticamente tanto Scioli como Macri bajo la bendición de un presidente peronista a quien hoy nadie se atreve a citar por su nombre en Argentina para espantar el mal fario. Con su nuevo perfil de candidato a batir, Macri ha llegado a la segunda vuelta con la estrategia del ganador: poca confrontación y un discurso teñido de ‘esperanzas y alegrías’, bálsamo de Fierabrás del centroderecha argentino para resolver los problemas del país”.

La agencia francesa AFP aseguraba cerca de la medianoche que el “conservador” Mauricio Macri triunfaba sobre el “moderado” Daniel Scioli y describía al nuevo mandatario como “paladín de la libre empresa”.

La inglesa BBC expresaba: “El triunfo de Macri pone fin a 12 años de gobiernos de izquierda en el país iniciados con el primer gobierno de Néstor Kirchner que se inició en mayo de 2003, que fueron seguidos por los dos mandatos de su esposa, la actual presidente Cristina Fernández de Kirchner”. Consideraba la victoria de Macri como “histórica”.

También en Inglaterra, el diario The Guardian mostraba el triunfo de Macri, relacionándolo con su presente como Jefe de Gobierno de Buenos Aires y su pasado como presidente de Boca Juniors. Y aseguraba: “Las consecuencias del cambio pueden ser enormes. Macri prometió introducir políticas proempresariales, reducir la inflación, acordar con los acreedores internacionales y mover la política internacional de Argentina lejos de Venezuela e Irán y más cerca de Estados Unidos. Indicó que adoptará una postura menos confrontativa con Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas”.

El Financial Times titulaba que el ascenso de la centro derecha marcaba el inicio de una nueva era. Por su parte, el otro medio económico importante, el Wall Street Journal, informaba sobre el triunfo de Macri, a quien describía como “el conservador alcalde de Buenos Aires”.

El paulista Folha de Sao Paulo titulaba anoche “Macri vence en la elección en Argentina y pone fin a 12 años de kirchnerismo”. El diario brasileño hablaba de las dificultades que tendrá el nuevo presidente a partir del 10 de diciembre y señalaba a su minoría en el Congreso como uno de sus mayores desafíos.