Los votos obtenidos en los grandes centros urbanos del país como Mendoza, Santa Fe, Córdoba, la ciudad y la provincia de Buenos Aires explican el triunfo electoral del nuevo presidente Mauricio Macri. (Gonzalo Teruel)

Sus detractores porfían que para festejar seguro brindó con champagne helado aunque bien pudo hacerlo con fernet o vino para homenajear y agradecer a los muchos votantes que lo acompañaron este domingo en Córdoba y Mendoza. Del centro del país salieron, en efecto, la mayor parte de los más de 12,8 millones de votos del nuevo presidente de los argentinos: Mauricio Macri.

En las primarias del 9 de agosto Macri obtuvo 5.523.413 de votos que sumados a los de sus competidores en la interna de Cambiemos (Ernesto Sanz de la Unión Cívica Radical y Lilita Carrió de la Coalición Cívica) totalizaron 6.791.278 o 30,12% y en las generales del 25 de octubre elevó ese caudal a 8.601.131 o el 34,15%. Como en aquellas votaciones, buena parte de este triunfo del porteño sobre el bonaerense Daniel Scioli se explica en las voluntades reunidas en Capital Federal, Mendoza, Córdoba, Santa Fe y provincia de Buenos Aires.

En el territorio que gobierna hace 8 años la progresión fue 897.660 votos o el 48% en agosto, 1.001.379 o el 50% en octubre, y 1.254.319 o el 64% ahora; En Mendoza fue 363.589 o el 36% en agosto, 443.913 o el 40% en octubre, y 623.480 o el 57% en el ballotage; En Córdoba fue 678.186 o el 35% en agosto, 1.155.333 o el 53% en octubre, y 1.539.833 y un impactante más del 71% este domingo; y en Santa Fe 533.398 votos o casi el 32% en agosto, 712.100 o el 35% en octubre, y ahora 1.131.946 o el 55%.

Por su enorme incidencia (casi el 40%) en el padrón total, los resultados de provincia de Buenos Aires completan la explicación al triunfo del opositor Macri sobre el oficialista Scioli. En las primarias el triunfo fue para el Frente para la Victoria por más de 10%: 3.418.176 votos o el 39,69% a 2.510.298 o el 29,15% de Cambiemos, en las generales la diferencia fue menor: 3.563.089 votos o el 37,28% a 3.134.779 o el 32,80%. El triunfo, ahora, de nuevo fue para Scioli pero por muy escaso margen sobre Macri: 4.801.396 o el 51,14% a 4.587.784 o el 48,86%.

“En agosto nos sacaron alrededor de 1,5 millones de votos que casi no pudimos achicar en las generales pero ahora sí y sólo fueron 700 mil votos en todo el norte del país”, señalaron desde el comando de campaña del Frente Cambiemos para cerrar la matemática electoral que confirma al jefe de Gobierno de Buenos Aires como nuevo presidente de la Nación.

Con locales particularidades, Tucumán y Jujuy son también ejemplos de esa modificación en la preferencia de los electores argentinos. En la “tacita de plata” la de fórmula Daniel Scioli y Carlos Zanini sumó 157.209 o el 42%, 152.345 o el 37%, y 183.413 votos o casi el 47% respectivamente; y la de Mauricio Macri y Gabriela Michetti 86.266 o el 23%, 69.882 o el 17%, y 207.768 votos y más del 53%. En el “jardín de la república” el oficialismo reunió 501.039 o el 57%, 456.053 o el 48%, y 562.344 votos o el 58% mientras que la oposición pasó de 175.049 o el 20% a 251.299 o más del 26% y 397.520 votos o el 41% respectivamente.

En Salta, en tanto, las votaciones siempre fueron a favor de Scioli: 273.686 o el 44% a 125.544 o el 20% en agosto, 292.699 o casi el 41% a 146.875 o el 20% en octubre, y 373.800 votos o el 54% a 314.944 votos o el 45% en noviembre. En la Ciudad de Salta, en cambio, Macri ganó el ballotage por 172.449 votos y el 54,27% a 145.286 y el 45,73% de Scioli.

Frente a tantos números y porcentajes, un primer y superficial análisis permite inferir que el triunfo de Macri se sustanció en el centro del país que con enormes resultados en Córdoba, Capital Federal y Buenos Aires le permitió contrarrestar las derrotas (algunas realmente abultadas) en el NOA, el NEA, y la Patagonia. El voto a Cambiemos se originó, en buena medida, en grandes conglomerados urbanos con fuerte presencia de sectores medios históricamente críticos del peronismo y (en muchos casos) vinculados a economías de base agrícola o ganadera a los que el kirchnerismo nunca pudo conquistar.