El catálogo escolar con el que la alcaldesa capitalina, Titi Romero, abrió el año de sesiones en el Concejo Deliberante y el marco que graficó este evento dispararon dudas y previsiones funestas, respecto a su gestión. La vacuidad conceptual, junto a la falta de adelantos concretos de gestión, compitieron este domingo con huecos indisimulables en el auditorio, como el del senador nacional Juan Carlos Romero y su cónyuge, Bettina Marcuzzi. Más conocidos como Los padres de la criatura política.
Un compendio de lugares comunes al estilo de “la acción de la mujer en la vida pública no es necesaria sino fundamental”-claro! Desde 1947 en adelante-, entremezclado con falta de precisiones sobre lo que hará su administración, se sucedieron en la media mañana de este domingo, en el edificio del Balneario Carlos Xamena. Nunca tan reforzado en seguridad, pese a la ausencia del Gobernador Sáenz, la de su coordinador político Bernardo Racedo Aragón (a la espera de una intervención quirúrgica, en Estados Unidos) y hasta de público en los alrededores.
Jefa comunal, sonrisas a granel, en su mayoría forzadas, pensando en los paradestinatarios que pese a no haber estado en este acto, al repasar fotos podrían suponer un trámite que marchó sobre ruedas. Este tipo de mensajes ante el legislativo comunal suele ser una instancia que certifique lo recibido de la gestión anterior y genere líneas de acción a futuro. Dos bochazos que algunos ediles no dudaron en mostrar, ni bien cerró Titi R su alocución.

Cuento a tener presente

“El entierro prematuro” es un relato gótico de Edgar Allan Poe en el que planteó, desde el punto de vista del erróneo difunto, las peripecias que una sepultura generan en una persona afectada por la catalepsia. Al igual que en el mencionado relato de 1844, en política es recomendable tener presente no certificar “decesos” por anticipado o de manera definitiva. Mucho menos cuando se está al inicio de un trayecto que tiene por delante más de tres cuartos.
Sin embargo, el ajuste en la puntería debe acompañar tal revitalización como para que el accionar sea avizorado con la posibilidad cierta de transitar una mejoría. Por ello, cabe preguntarse a qué viene mencionar “políticas transversales que busquen el empoderamiento real de las mujeres salteñas, su independencia económica y su seguridad”. Ni siquiera en la suposición que esto propende a que si “una mujer avanza ningún hombre retrocede. Sino al contrario, hay una familia, una comunidad que se pone de pie” (¿?).
En la misma línea, aquella supuesta meta de lograr “una ciudad amigable con todas las comunidades: diversidad cultural, diversidad espiritual y diversidad funcional”. Y en un plano paradojal, el anuncio sobre reducción en la cantidad de funcionarios y gastos como movilidad y teléfonos. Al parecer, reemplazados por Mesas Vecinales y Mini Gabinetes (reunión de funcionarios con niños) de las que salieron definiciones “trascendentales”: canal de guarda del Barrio San Lucas; puente peatonal de V° Asunción; reparación del puente de Santa Lucía, y rotondas en las avenidas Roberto Romero y Mariano Moreno, con semáforos e iluminación.
Es innegable que la cercanía aparente para el inicio del ciclo lectivo, los desvelos de madre por a instrucción de sus hijos, y tantas cosas más deben estar presentes en la agenda salteña de estas horas. Aunque es necesario, y exigible, que un gobernante se sobreponga a esta temática cotidiana, más bien de diálogo vecinal y defina alguna idea concreta para llevar adelante en su gestión.