Tras algunas semanas en las que la crisis del COVID-19 hegemonizó la atención mediática, una nueva muerte en el paraje La Curvita puso de la relieve la otra pandemia que azota al chaco salteño.
La emergencia sociosanitaria en el norte provincial sigue vigente, aunque la atención hoy esté concentrada en las acciones para mitigar los efectos del coronavirus. Pese a los trabajos de los gobiernos provincial, nacional, municipales, del sector privado y las ONG’s; un niño de 18 meses falleció en la madrugada de ayer en el hospital de Santa Victoria Este. La causa de la muerte quedó asentada como «sepsis deshidratación».
El niño llegó en estado grave al hospital y tuvo que ser reanimado por un paro cardiorepsiratorio, luego sufrió una infección generalizada. Según indicaron desde el ministerio de Desarrollo Social, el niño había recibido asistencia sanitaria y había sido sometido a los controles nutricionales correspondientes. Allí se constató que tenía bajo peso, pero que no corría riesgo de vida.
Con esta nueva muerte, el norte provincial suma once o doce defunciones, según se considere (o no) el caso de un niño de Tartagal, cuya causa de muerte fue asentada oficialmente como «broncoaspiración». Desde el gobierno anunciaron que continúa la entrega de módulos alimentarios en los parajes, en algunos casos por vía aérea.