De las airadas advertencias por un supuesto riesgo que correría la libertad de expresión, el affaire COVID-19 en Las Lajitas tuvo como epílogo algo así como una travesura de adolescentes. Si bien lejos de esta franja etaria, un comunicador de esta “tierra verde” admitió tácitamente durante el fin de semana largo su aporte en el caldo en que se coció una “fake new”, pidió disculpas en la Fiscalía Penal y regresó a su domicilio.
El relato del caso fue una incógnita hasta la misma noche de este martes, luego que el Ministerio Público Fiscal confirmase lo consignado en el párrafo anterior (con el agregado que en la delegación anteña se le informó sobre la vigencia, y ahora más en resaltador por la pandemia, del artículo que pena la “intimidación pública), luego de recordar al comunicador y dos empleadas del Hospital lajiteño que la elaboración y divulgación de información falsa incurre en este tipo de conductas penadas por la ley.
Desde el MPF especificaron a este miércoles a nuestro medio que “Leiva nunca estuvo detenido ni demorado”, dijeron fuentes de este organismo. Por lo cual, la inferencia más cercana a lo que parece haber sido este suceso del fin de semana largo en Las Lajitas fue que hubo falsa alarma en todo sentido por un caso de coronavirus, mientras los exhortos a un supuesto recorte a la libertad de prensa quedaron solamente como un juego que se fue de senda.
Luego de la información oficial provista por la Procuración General de la Provincia, algunos colegas de esta región sudeste conjeturaron que posiblemente al comunicador –quien terminó retractándose de aquella “fake new” respecto al COVID-19- la situación lo desbordó. Por lo cual, habrá que dejar en Papelera de reciclaje aquellos cánticos relativos a la libertad de pensamiento o de prensa. Lo que acá no tiene nada que ver.