El reciente acto de vandalismo perpetrado contra el monumento «Paso a la inmortalidad del General Martín Miguel de Güemes» en la Quebrada de la Horqueta ha dejado a la comunidad sumida en la consternación. Manos anónimas, desprovistas de respeto por la historia y la memoria colectiva, destrozaron y saquearon esta obra inaugurada hace poco, un proyecto que buscaba rendir homenaje a uno de los grandes héroes nacionales.

El ministro de Cultura, Tristán Bauer, habia encabezado el 17 de junio pasado, la inauguración de este monumento en un acto que contó con la participación de funcionarios del gobierno provincial. Un proyecto realizado en colaboración con las autoridades locales, destinado a honrar la figura del general gaucho, Martín Miguel de Güemes. Sin embargo, la realidad actual nos presenta un escenario triste y desalentador.

El vandalismo no solo atenta contra las esculturas, sino contra la memoria de un hombre excepcional y el reconocimiento que merece en la historia de Argentina. La obra, a cargo del escultor José Serrudo y el maestro fundidor Hugo Quispe, representaba la reinterpretación en bronce del famoso cuadro «La Muerte de Güemes» de Antonio Alice. Una obra que, con rigor histórico, ilustraba los últimos momentos de la vida del general.

Las medidas del conjunto escultórico son:

  • Relieve izquierdo 3,00 mts de ancho x 1,80 mts de altura.
  • Relieve derecho: 3,00 mts de ancho x 1,80 mts de altura.
  • Escultura Central: esta composición está integrada por tres figuras humanas en escala real. Dos de pie y la tercera que representa a Güemes en el catre. El grupo estaba anclado al suelo, mediante hierro y dado de hormigón. Se respetü las facciones de rostros, vestimenta y agrupaciones de los personajes siguiendo la gráfica descripta basada en la reinterpretación de la pintura de Alice.

La ubicación estratégica del monumento en la Quebrada de la Horqueta, rodeado por el impresionante paisaje natural, buscaba involucrar a los espectadores en la escena y hacerlos parte de la historia. La obra, con una estructura interna de hierro y una durabilidad excepcional, fue pensada como un testimonio tangible de la importancia de Güemes en la gesta independentista.

El ataque no solo daña el patrimonio cultural, sino que también socava el esfuerzo conjunto de artistas y autoridades para rendir homenaje a figuras fundamentales de nuestra historia. La escultura, además de ser una pieza artística, representa un testimonio visual de los acontecimientos históricos, un recordatorio de los sacrificios y la lucha por la libertad.

Este acto vandálico también nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar y proteger nuestro patrimonio advertida por los propios vecinos del lugar. La historia, tallada en esculturas y monumentos, no solo pertenece al pasado, sino que también configura nuestra identidad presente. La tradición que precede al aniversario de la muerte de Güemes, ahora se ve ensombrecida por la falta de respeto hacia la memoria del general.

En un momento en que la sociedad enfrenta diversos desafíos, la preservación de nuestra historia y valores se vuelve esencial. Actos como el vandalismo contra el monumento de Güemes son una llamada de atención sobre la necesidad de educar y fomentar el respeto por nuestro legado cultural. La historia, representada en monumentos, no solo es responsabilidad de las autoridades, sino de toda la sociedad que debe comprometerse en su protección y transmisión a las generaciones futuras.