La auditoría sobre Pichanal revela la pésima administración de los números. Fallas, faltantes, irresponsabilidades y cifras que no cierran. La gestión de Julio Jalit, el hombre fuerte de Urtubey en Orán, parece más que improvisada.
El informe financiero y de legalidad realizado sobre el período 2010 de la Municipalidad de Pichanal fue publicado el 29 de octubre pasado pero se entregó hace dos años. Posee 58 páginas donde se revela el pésimo manejo de los números que se realizan en los dominios del intendente Julio Jalit. Fallas, faltantes, irresponsabilidades y cifras que no cierran.
Para empezar, el Municipio no tiene organigrama. Es decir que no están definidas las responsabilidades ni la línea de autoridad. Tampoco cuenta con un Manual de Misiones y Funciones ni uno de Procedimientos Administrativos. Las ordenanzas se registran mal, fuera de término o directamente no están disponibles. Algunos papeles corresponden a ejercicios anteriores o posteriores pero figuran dentro del ejercicio 2010. Puro desorden.
Como venga: la auditoría presenta numerosas observaciones donde va detallando las irregularidades detectadas. Una de las primeras asegura que las Resoluciones de Intendencia no describen el destino de las erogaciones, ni cuentan con la documentación respaldatoria necesaria para individualizar los gastos. Más fácil: no se sabe adónde se va la plata.
Las órdenes de pago relevadas por los auditores muestran que se realizaron pagos sin autorización previa. Tampoco presentan la documentación respaldatoria.
Cobrá dos veces, que está todo bien: el informe muestra que el procurador del municipio cobró honorarios por haber actuado como apoderado en un juicio, algo que va contra la Ley de Arancelamiento Profesional Nº 5.412, que dice: “Cuando los profesionales estuviesen contratados por sus patrocinados o representados mediante remuneración periódica, no podrán cobrar de éstos retribución adicional alguna, sin perjuicio de la acción directa contra la parte contraria condenada en costas”.
Empleados de más: el Presupuesto 2010 aseguraba que el Gasto en Personal sería de $3.428.240,59. Sin embargo, se ejecutó por $3.789.017,23. La diferencia fue registrada como modificación presupuestaria. Del informe se desprende que el Municipio gasta un 34,66 % de esa cifra en personal contratado. Respecto al número de empleados, éstos representan un 54,09 %, frente a un 33.63% que corresponde a Personal de Planta Permanente.
El Art. 6 de la Ordenanza Nº 24/09, correspondiente al Presupuesto 2010 del Municipio, fija que el total de cargos transitorios y/o contratados para ese Ejercicio es 58. Pero, según la información obtenida por la Auditoría, la cantidad de contratados fue 119, superando en un 105 % la cifra autorizada.
¿Quién controla? El sistema contable instrumentado por el Municipio muestra diversas faltas. No se encuentra integrado en las distintas áreas, lo que denota una falla de control interno e impide elaborar Informes Financieros que permitan optimizar la toma de decisiones y cumplir con la normativa aplicable. El Departamento de Rentas Municipal no cuenta con un sistema adecuado de seguridad para la restricción al acceso de los padrones de Contribuyentes que impida la adulteración o eliminación de la información expuesta en los mismos. El Municipio no efectúa la registración de las erogaciones y los recursos respetando las distintas etapas del gasto.
Cheques vencidos: el Municipio realizó habitualmente pagos de anticipos para diversos gastos. Esto es, según el informe, contrario a las prácticas sanas de la administración pública. En esta etapa de la auditoria se detectó que en marzo de 2010 se emitieron cheques con fecha de vencimiento anterior al de su emisión.
¿Para qué era esto? Los auditores verificaron la existencia de órdenes de pago emitidas con una finalidad distinta a la que correspondía, algo que vulnera el Art.19º de la Ley de Contabilidad.
Fondos sin destino: la Municipalidad efectuó pagos por casi $60.000 sin contar con comprobante respaldatorio válido. Los comprobantes referidos a pagos de servicios de proveedores fueron elaborados por la propia municipalidad y se trata de recibos comunes que infringen normas de facturación de la AFIP y DGR. El proveedor no presentó la respectiva factura, remito, o comprobante que demuestre la efectiva prestación de los servicios o provisión de bienes. Tampoco se efectuaron retenciones aproximadamente por $186.064,97.
No pagues lo que no te corresponde: cuatro órdenes de pago dan cuenta del pago a favor de “Cr. Berardo y otro”, sin convenio previo, por honorarios por comisiones de cobranzas efectuadas por la suma total de $55.229,18. Un gasto por honorarios por cobro extrajudicial de importes adeudados en concepto de Actividades Varias. Según aclaran los auditores, esta cancelación no le correspondía al Municipio.
Vendiendo humo: el Municipio presentó para la auditoría dos planillas denominadas “Ejecutado Recursos Año 2010” y “Ejecución de Gastos Año 2010”. Allí muestran que la suma de los valores originales más las modificaciones incorporadas durante el año coinciden exactamente con los valores efectivamente ejecutados. “La situación descripta es inverosímil, porque resulta imposible calcular con tal exactitud que no existan saldos a favor ni en contra en ninguna de las partidas al cierre del ejercicio. Lo antedicho desvirtúa la esencia del sistema presupuestario”, aseguran los auditores.
Vos metele: las adquisiciones de bienes y las contrataciones de servicios no se efectuaron conforme a la Ley de Contrataciones de la Provincia. No consta la elección y justificación de la modalidad de las contrataciones, ni demás formalidades. Además, el análisis de los antecedentes vinculados a las compras y contrataciones llevadas a cabo por el Municipio, pone en evidencia que el procedimiento habitual es la Compra Directa, sin tener en cuenta las condiciones y los requisitos establecidos en la misma ley.
El único Municipio que te paga dos veces: el informe demuestra que se incurrió en desdoblamientos durante algunas contrataciones. Evidencia que en la misma fecha se efectuaron adquisiciones parciales simultáneas de elementos pertenecientes a un mismo rubro y para un mismo servicio.
No les da la nafta: en el Municipio de Pichanal no existe ningún sistema de control del gasto de combustible, ni se ha dictado reglamentación alguna para establecer, previo al gasto, el circuito para efectuarlo, por lo que no fue posible para los auditores determinar cuáles vehículos lo utilizan, las personas autorizadas para ello, ni pudieron verificar que efectivamente sea usado en actividades relacionadas con los objetivos que cumple la Municipalidad.
El gasto en combustible presupuestado para el Ejercicio 2010 fue de $873.000 sobre un total de gastos de Consumo de $2.183.783,41, lo que representaba un 39,97 %. Sin embargo, la Ejecución Presupuestaria indica que el consumo real fue de $1.219.256,13, sobre un total de Gastos de Bienes de Consumo de $2.134.455,92, que representan el 57,12%.
Nos compramos a nosotros mismos: el Municipio compró mercaderías al Supermercado J&C por un monto de $186.932,28, y a la Farmacia Rivadavia por $21.936,36. Se realizaron sin seguir las disposiciones y procedimientos establecidos en la Ley de Contrataciones de la Provincia. Se descubrió que el nombre comercial de ambos negocios corresponde a una Sociedad de Hecho con CUIT Nº 30-67314050-1, integrada por un funcionario municipal. Esta situación contraría las disposiciones de la Constitución Provincial.