El periodista francés Jean Charles Chatard entregó a la justicia gala la carta anónima sobre el doble crimen de San Lorenzo. La misiva alerta de que los verdaderos asesinos de las turistas francesas siguen libres.

La comunicación de Chatard fue remitida a la jueza Sabina Khéris, encargada de la instrucción de la causa judicial abierta en Francia por el crimen de Cassandre Bouvier y Houria Moumni. El escrito alerta que los verdaderos asesinos de las jóvenes francesas se encuentran en libertad y que no han sido requeridos por la justicia argentina.

El escrito, de dos folios y fechado en la ciudad corsa de Bastia el pasado día jueves 26 de enero de 2017, ha sido acompañado de una copia de la carta anónima que Jean-Michel Bouvier -padre de Cassandre- recibió en abril de 2014, durante la celebración del juicio penal que concluyó a comienzos de junio de aquel año con la condena de uno solo de los tres acusados. La carta -confirma Chatard- ha sido obtenida por él de forma legal, luego de fotografiarla en presencia del destinatario y después de obtener su conformidad.

Reproducimos a continuación el texto completo:

Señora Juez,

Después de varios años de investigación y la publicación de un libro de 354 páginas titulado «Francesas, autopsia de un doble asesinato» afirmo sin la menor duda que ciertas personas que han participado de manera presunta en los homicidios de Houria Moumni y Cassandre Bouvier no han sido requeridas ni inquietadas por la justicia. Son por lo menos tres individuos; dos hombres y una mujer cuyos perfiles genéticos usted conoce (en el expediente de instrucción) desde octubre de 2011. Curiosamente, estas tres personas jamás han sido interpeladas por los servicios franceses o los argentinos, y sus identidades se encuentran de este modo sustraídas a las investigaciones. En tal caso, los mismos delincuentes, al ser conscientes de que son portadores de una posible impunidad, podrían, quién sabe, repetir este acto…

Le recuerdo que los dos ADN masculinos en cuestión han sido detectados sobre una mancha blanca en los pantalones de Cassandre Bouvier (visible con el crimescopio) y que el ADN femenino queda en evidencia sobre dos hisopados tomados en las zonas anales y vaginales de la misma víctima. Detectar un ADN femenino de una persona desconocida en la zona anal de una mujer joven que en la época de los hechos estaba en pareja con un hombre -usted estará de acuerdo, Señora juez- no es un hecho común…

Sacar todo a la luz sobre estos dos crímenes horribles significa desde luego hacer justicia a las familias de ambas víctimas. Teniendo en cuenta, de una parte, que las dos últimas condenas a perpetuidad decididas por los tribunales argentinos todavía no han sido pronunciadas a título definitivo, y que por otra parte, existen siempre estos dos hombres y esta mujer, presuntos culpables, completamente desconocidos para la justicia, quizá pudiera usted diligenciar un complemento de información judicial de la búsqueda genética sobre la tela y los algodones concernidos para intentar elaborar los retratos robots (ADN) de cada una de estas tres personas. Salta es una ciudad de provincia en la que todo el mundo se conoce. A partir de esta constatación, puedo afirmarle que si estos tres retratos robots son difundidos en la prensa argentina, y si estos, efectivamente, están relacionados con individuos originarios de la región, no le llevará mucho tiempo a la policía local para poner un nombre a sus rostros.

Por otro lado, Señora Juez, aunque no fui destinatario, le envío la copia de una carta anónima que ha sido recibida durante el juicio, a finales de abril del 2014, por el señor Jean-Michel Bouvier, padre de Cassandre Bouvier. Se trata en este caso de un manuscrito redactado en idioma español por una mujer que aporta elementos radicalmente contradictorios con la versión oficial retenida por la justicia argentina.

Esta misiva, sepa que pude obtenerla luego de fotografiarla en Salta en presencia exclusiva de su destinatario. Después de un año, el señor Jean-Michel Bouvier me afirmó de frente que jamás se había atrevido a entregarla a la justicia francesa o a la argentina. Tomo nota. ¿Por qué motivo? Lo ignoro. En este tipo de circunstancia, a diferencia de encontrar una sola vez entre toda la población mundial a dos individuos que tienen el mismo marcador genético, hay solamente una posibilidad de cada dos de poder descubrir la verdad. Si se tratase de una «falsificación», sinónimo de manipulación. Y en este caso, su instigador merecería ser interpelado e incluido ante el tribunal por denuncia calumniosa. Si se tratase de una información verdadera, y allí, la reapertura de las investigaciones parece inevitable. No siendo fiscal ni juez, pero simplemente periodista, tomé la responsabilidad, Señora Juez, de publicar esta carta en mayo 2015 en mi libro, tomando las precauciones de pixelar los nombres citados para respetar el sacrosanto principio de la presunción de inocencia.

Después de la salida de mi obra, en lugar de verificar lo bien fundado o la inexactitud de las informaciones inscritas en esta carta, las autoridades judiciales de Salta se conformaron con mantener un perfil bajo, evitando profundizar en el tema.

A partir del momento en que el Ministerio Público de Salta consideró que era deseable no investigar el contenido de esta carta anónima, tomé la iniciativa personal de rastrear al soplón con el fin de ver todo más claro. Tomando en consideración ciertas informaciones disponibles en esta carta, le informo que me fue posible localizar en algunas semanas a la autora de la misiva. No siendo un profesional de la justicia, no me hallo en situación de afirmar a un magistrado instructor si la testigo es o no creíble. No obstante, a medida que avanzaban mis conversaciones con esta mujer, adquirí la convicción de que su discurso fue bastante fluido y sin contradicción aparente.

En agosto de 2016, después de la publicación de una entrevista concedida a la revista VSD, el programa de televisión «66 minutos» de la cadena nacional M6 deseó abordar el tema del doble asesinato de Cassandre y Houria a través de las investigaciónes desarrolladas en mi libro. Mientras que realizaba imágenes en la isla de Córcega para un documental pedido por France Télévision, la cadena deseó que estuviese rápidamente en Argentina para participar en el rodaje. En el curso de éste, me hallé en situación de convencer al soplón de testimoniar delante de la cámara Tony Comiti Producciones. Nuestra entrevista duró 45 minutos. En su transcurso, mi interlocutora, llevada por una voluntad firme de que se haga justicia en este asunto terrible, se mostró a la vez convincente y perspicaz. Usted encontrará adjunto un link que le permitirá visualizar este reportaje de 26 minutos difundido el 06 de noviembre del 2016 en la cadena de televisión M6.

Señora Juez, le tranquilizo sobre el hecho de que mi combate personal no es dictado por una voluntad encarnizada de perjudicar a personalidades específicas en la Argentina. Tocado en lo más hondo de mi alma, tengo la convicción de que aún estamos lejos de hacer justicia en este asunto y de que quienes participaron en las violaciones y asesinatos de mis dos compatriotas permanecen en libertad y son capaces de volver a cometer el mismo acto.

Aunque dispongo del derecho que garantiza el secreto de mis fuentes, estoy a disposición de la justicia francesa para profundizar en todo tipo de información que ayude a echar luz sobre este asunto.

Ruego a Su Señoría, acepte la expresión de mis sinceros sentimientos.