Un par de tuits de Tinelli pudieron más que 100 marchas de familiares contra la impunidad, generando 30 allanamientos en un día y un detenido al que liberaron después de un careo. Salta se tinellizó por dos días y el conductor y el gobierno montaron una obra para demostrar eficacia y solidaridad. (Daniel Medina)

Todo lo que toca adquiere, de manera inmediata, un aire extraño, cuando no falso. Las peleas de los participantes de sus shows parecen guionadas con habilidad: el odio y las lágrimas duran mientras dan rating y se disipan, raudas, apenas dejan de resultar interesantes para los televidentes. Ni siquiera una reacción tan personal y auténtica como la risa es real: la producción hace casting de “reidores”, tipos que tienen como función indicar al espectador cuándo debe reírse y que, sobre todo, tratan de hacer parecer graciosos momentos del programa que en realidad no despiertan ni una sonrisa piadosa.

La mentira es parte de la naturaleza del programa televisivo. La vuelta de tuerca de Marcelo Tinelli es haber extendido los límites de esa puesta degradando lo real: alcanza con que llegue a un lugar para que todo se convierta en escenario: las cámaras están siempre para seguirlo y todos los que lo rodean se vuelven en actores secundarios de una trama ignorada.

Gomazo Súbete

La función empezó el martes, a las 7 am. El conductor televisivo realizó un par de tuits sugestivos: “José María tiene 20 años y fue salvajemente atacado por hinchas de River dsp del amistoso en Salta. Hoy lucha por su vida y está grave”, dijo en uno. El otro fue leído como una crítica directa al gobierno de Salta: “Hoy me voy a poner en contacto con el gobernador Urtubey para que esto no quede impune. José María estamos con vos”.

Los funcionarios provinciales aprendieron mucho de la televisión. Aprendieron, por ejemplo, que una acción sólo es buena si hay allí una cámara para retratarla. Por eso los funcionarios no debaten ni argumentan: se sacan fotos. La imagen lo es todo y para ello alcanza con visitar la página de facebook del primer mandatario provincial: tinellizado, siempre tiene una cámara cerca, que busca el mejor plano que lo retrate.  Y la intervención en tuiter del conductor televisivo sólo brindó la oportunidad al Ministerio de Seguridad de montar otra puesta en escena: la de su eficacia.

Citamos a Clarín: “Antes de que la policía diera con el presunto culpable, Tinelli, quien desde el primer momento se mostró solidario y preocupado por la recuperación del hincha de San Lorenzo, había escrito: ‘Recién terminé de hablar con el Gobernador de Salta, Urtubey. Me dice que mañana puede haber novedades importantes en la investigación’. ‘Otra vez el agradecimiento a Urtubey por ponerse al frente del tema e intentar encontrar al culpable rápidamente’”. Uno casi puede imaginarse al gobernador salteño, en una sala, prestando atención a los operativos, casi como el presidente Obama hizo el día en que las fuerzas norteamericanas detuvieron a Osama Bin Laden.

Tinelli después tuiteó: “Anoche en Salta se hicieron 30 allanamientos y quedo detenido el principal sospechoso de esta brutal agresión. Es un menor de 17 años”. Treinta allanamientos en un día. Un par de tuits de Tinelli pudieron más que 100 marchas de familiares contra la impunidad.

Después siguió la farsa y Marcelo Tinelli llegó a Salta, para visitar al hincha; aunque su principal objetivo parece haber sido limpiar a la policía salteña (y a los funcionarios) del estigma de la inutilidad, algo a lo que los polis no ayudaron mucho: justo ese día hubo dos robos en pleno microcentro, en un caso frente a la plaza 9 de Julio robaron un televisor de una confitería, y las cámaras de seguridad no captaron el momento pues no andan.

A las 9:10, Tinelli arribó en un vuelo privado. El viaje era “sorpresivo”, aunque allí estaban las cámaras de televisión para registrar la nueva versión de los hechos: “no es cierto que el Gobierno de Salta detuvo al sospechoso porque yo llamé. Yo me comuniqué con Juan Manuel Urtubey después de enterarme que se iban a realizar allanamientos y que estaban tras los pasos del agresor, quien iba a ser detenido en esas horas” (sic).

Citamos de un medio gubernamental: “Yo al llamado lo hice porque me llamaron a mí para decirme que estaban a punto de detenerlo. Pasa que por ahí es más fácil para algunos medios decir que gracias a mi llamado se detuvo a una persona. Es una tergiversación mal hecha de algunos medios.” El título utilizado por este portal informativo gubernamental fue: “Para algunos medios es más fácil decir que gracias a mi llamado se detuvo a una persona.” Otro medio, sin la más mínima sutileza: “Marcelo Tinelli: ‘Quiero agradecerle profundamente al Gobierno de la Provincia que atendió en todo momento esta causa”.

Fue un pacto perfecto: Tinelli se mostró solidario (hay fotos que lo muestran en la habitación del hincha herido) y además ganó espacio en los medios antes de la nueva temporada de su programa. Urtubey sacó aún más provecho: higienizó la imagen de ineficacia y tuvo algunas menciones en medios nacionales, justo en la semana en que funcionarios vinculados a la Casa Rosada lo descartaron como candidato a presidente.

Efecto Matrix

El “efecto de extrañamiento”, de las obras de Bertolt Brecht, tenía como objetivo impedir que los espectadores se compenetraran por completo con la historia que veían en el escenario. El que estaba en la butaca no podía olvidar que estaba ante algo falso, porque siempre había marcas que mostraban las texturas de la ficción: a veces, incluso, los actores rompían la cuarta pared y se dirigían al público. El “efecto de extrañamiento” rompe la ilusión que acaba en catarsis y obligar así al espectador a ser consciente de estar viendo una obra de teatro de manera que debe reflexionar sobre lo  que estaba viendo. También Jean Luc Godard, un director de cine brechtiano, desnudó en una frase la simulación del cine: “No es sangre, es rojo”.

Tinelli hace el movimiento contrario: expande los dominios de lo falso por fuera de la televisión o directamente hace que todo pueda ser televisible. Como consecuencia, la realidad ha dejado de ser creíble: todo genera sospechas, incluso las más loables acciones semejan esconder intereses ocultos de los protagonistas. Por eso ahora nadie sabe muy bien qué intereses ocultos y negociaciones hubo en los últimos hechos; pero sí está claro que uno analiza los acontecimientos y dichos y hay cosas que no cierran.

Lo principal que no cierra es el detenido: Rosalía Alibertti, la tía del menor acusado de agredir al hincha de San Lorenzo, dijo que “a la hora del partido entre River y San Lorenzo (disputado el 29 de enero en el estadio Padre Martearena), mi sobrino estaba con sus padres en la agencia de viajes que tienen en el centro”, dijo a El Tribuno. Como esta es una batalla mediática la mujer buscó micrófonos donde decir su verdad: “El día de la agresión mi sobrino no fue a la cancha, una porque no es hincha de San Lorenzo ni de River, es hincha de Boca, y otra porque esa noche, él salió del gimnasio y se dirigió a la agencia que tiene mi cuñado… Ayer (por el miércoles) a la mañana llegó la Policía, entraron a la casa dijeron que tenían una orden para un allanamiento y revolvieron todo, dejaron un desastre la casa de mi hermana en Villa Palacios y dijeron que se lo tenían que llevar. Mi sobrino tiene 17 años, nunca estuvo en una celda, está aterrorizado”, manifestó a El Nuevo diario.

La historia posee un final típico de aquellos escenarios en donde la mayoría de los ciudadanos pueden ser convertidos por el gobierno en perejiles: la liberación de la víctima luego de haber servido por dos días para simular la inoperancia crónica.

Ideas del norte

El gobierno siempre tuvo una muy buena relación con la productora de Marcelo Tinelli, Ideas del sur. Además de declarar por decreto de Interés cultural el programa “Soñando por Cantar”, no le cobraron el alquiler del Estadio Delmi para un mega evento.

A través del decreto N° 1740/12 del día 10/05/2012 el gobierno provincial declaró de interés provincial al programa televisivo «Soñando por cantar». Se argumentó, entre los considerandos, que “el mencionado Certamen de Canto, tiene formato federal ya que recorre todas las provincias argentinas buscando nuevos talentos, sin interesar la condición social y profesional de los participantes, situaciones éstas, que permiten apreciar lo inclusivo del mismo…Que es propósito del Poder Ejecutivo alentar este tipo de eventos”. Firmaron aquel decreto Samson y Urtubey.

Sin embargo, una auditoría realizada sobre el estadio Delmi prueba que Ideas del sur sí tuvo beneficios económicos del gobierno provincial. El informe, además de hacer hincapié en el mal estado edilicio, criticó que se alquilara el lugar estableciendo montos arbitrarios. Incluso, los precios establecidos para alquilar los estadios sugieren que el administrador lo hace según la cara del cliente. Por las tarifas se puede saber que al encargado le cae mejor La virgen del Cerro, que los evangelistas, aunque le resultan más gordos los Testigos de Jehová: para un encuentro evangélico en octubre cobraron $9.850 de alquiler, a María Livia le hicieron una factura por $ 3.120 y a los Testigos Jehová por $ 16.000.

De la auditoría se desprende que en realidad la favorita del Administrador no fue María Livia ni La Virgen del cerro, sino la productora de Marcelo Tinelli. El 9 de Marzo “Cantando por un sueño” se realizó en el estadio Delmi, desde donde se transmitió a todo el país y fue cedido de manera totalmente gratuita por el gobierno. El productor ejecutivo de Ideas del Sur Pablo “Chato” Prada habla bellezas aquella vez del trato recibido en Salta: “una ciudad muy bella, muy limpia y con buena gente. Estamos muy contentos”, dijo. Le faltó decir: “y muy barata”. No se entiende por qué el gobierno provincial no le cobró ni un peso a Ideas del Sur, empresa que según la revista Fortuna generó el año pasado un movimiento cercano a los u$s 1.300 millones.

Si Tinelli, con un par de tuis pudo más que todas las marchas contra la impunidad, cómo no va a tener más privilegios que María Livia y todos los religiosos juntos.