Mientras a nivel nacional, se intenta blandir la bandera de los Derechos Humanos y darle un barniz progresista, la semana pasada dos concejales K votaron a favor de darle una mención honorífica a una persona denunciada por delitos de lesa humanidad. El desastroso elenco kirchnerista local genera incertidumbre sobre el futuro del Frente de Todos.
Desde nuestra página web fuimos los primeros en alertar que el Concejo Deliberante de Salta había premiado a un genocida, miembro de grupo de tareas del ingenio Ledesma.
Juan de la Cruz Kairuz, ex técnico del Club Atlético Ledesma y señalado como uno de los hombres de la seguridad privada de la empresa de la familia Blaquier, fue distinguido en el cuerpo deliberativo comunal y los concejales kirchneristas no se percataron del repudiable homenaje.
“No he estado con la rapidez porque fue el último proyecto en tratarse sobre tablas”, fue la excusa del concejal de La Campora Fernando Ruarte.
“No he estado con la rapidez” viene a ser algo así como “no me subía agua al tanque” o «me colgau». Algo similar dijo la edil ultra K Laura Garcia.
Quizá el problema no sea solo la falta de ritmo o la escasa ayuda de sus asesores. Quizá el principal problema es que el Frente de Todos no tiene política y no se sabe hacia donde va.
Algunos sectores ven que simplemente se ha convertido, en Salta, en un rejunte de oportunistas y figuritas decorativas. Por ejemplo, el sello Memoria y Movilización. Allí se encuentran dos parejitas que cada vez enojan más a las bases: David Leiva y Mariana Reyes; Martín Avila y Jackelin Cobos.
Las mujeres se acomodaron en cargos ejecutivos en la Municipalidad y la Provincia, los señores reciben una abultada renta; en tanto el cantante de cumbia, ex candidato a intendente estaría siendo fogoneado como futuro candidato por un tal “Juampi”, que según dicen sabe mucho de medios.
Leiva, cabe recordar, estuvo a punto de ser candidato en la interna del saencismo. ¿Quieren otro ejemplo? Para qué mencionar la camaleónica trayectoria de José Vilariño, cuando se puede recordar a Sergio Leavy: hizo campaña con el pañuelo verde, y votó en contra del proyecto en 2018. Y descaradamente ya anunció que volverá a votar en contra ahora, en el Senado. Qué sapo que deben tragar los simpatizantes del FdT!
Ameri quizá ahora extraña el sueldo. Pero debe estar más tranquilo; ante este panorama, no era tan bueno tener que callar sobre las maniobras de esta runfla que carece absolutamente de una línea política.