Otra vez, palos para nuestras comunidades originarias en Cachi. El operativo estuvo comandado por un patrón de estancia. Una de las víctimas mostró algunas de sus heridas.
La Policía volvió a apalear a los integrantes de la comunidad diaguita calchaquí de Las Pailas, ubicada a unos 16 kilómetros de la población de Cachi. Héctor Fabián, segundo representante de la Comunidad y miembros del Pueblo Unión Diaguita, narró a El Nuevo Diario que los hechos se desarrollaron desde que ayer a las 6 quien dice ser titular registral de las tierras, Carlos Robles, quiso una vez más realizar obras dentro del territorio indígena, donde además está el cementerio de la comunidad. Lo que Robes trató de hacer fue poner un portón en el lugar, para impedir el paso de las comunidades. Para este objetivo, Robles se presentó con más de 10 policías escoltándolo, pese a que se conoce desde hace tiempo que al menos esta zona es un territorio en disputa por ser reclamado como originario. Al enterarse de los hechos, los miembros de la comunidad se acercaron hasta el lugar para evitar los trabajos que, según les dijeron (dado que no se mostró notificación alguna), contaba con el aval de la fiscal Gabriela González. Después de una discusión, los polis, que no son buenos argumentando, empezaron a tirar con balas de gomas y piedras y, ante ello, los originarios se defendieron con piedras. “Hubo uniformados masculinos que les pegaron a las mujeres”, sostuvo al matutino Héctor Fabián. Hubo heridos y diez detenidos. La Policía, informó ayer a Nuevo Diario que sólo tenían información que se habían hecho presentes porque “el propietario de las tierras”, quería realizar trabajos con maquinarias. Esto, dijeron, produjo la llegada de la Comunidad que hasta ayer, se quedaba en el lugar para evitar los trabajos. Tras la represión, referentes de unas 50 familias que componen la comunidad decidieron quedarse en el terreno en estado de asamblea permanente.