O todos se equivocan, o alguno miente o nadie sabe nada. Una cosa dice el jefe de Gabinete otra dice la ministra de Producción y Trabajo y al parecer las cosas no están claras en la mesa chica del gobierno. Mientras pasan los días el enredo de versiones sobre la venta del San Isidro acrecienta una atmósfera de confusión.
Al ser consultada sobre los posibles compradores del Ingenio San Isidro, Paula Bibini excluyó a la firma Sofía como uno de los posibles empresarios. “Es un grupo tucumano”, dijo la super ministra desechando una de las versiones que habían hecho circular desde el gobierno, sin embargo no precisó el nombre del grupo que se haría cargo de la producción en la planta industrial.
Fernando Yarade días atrás afirmó lo contrario. Equivocándose o no, luego de la reunión con el ministro Jorge Triaca anunció que la firma de capitales bolivianos era la que se encontraba negociando con el grupo Gloria. El diputado German Ralle del departamento Güemes en declaraciones radiales coincidió con lo dicho por el jefe de Gabinete. Así las cosas, la situación alrededor del San Isidro, continuó en las últimas horas en una absoluta confusión.
“Es un tema que viene demorado”, definió Bibini y, demostrando que se encuentra a cargo de un problema que la incómoda, expreso: “esperemos que ellos (Grupo Gloria) salgan a comunicar como vienen las negociaciones”.
Además, informó que el miércoles, el mismo día que los trabajadores anunciaron una marcha al Grand Bourg, viajará a Campo Santo para reunirse con representantes de los trabajadores
El pedido empresarial: bajar la conflictividad
A la hora de responder sobre el tema, el gobernador tampoco dio precisiones al respecto pero sí dejó claro que su gobierno impulsa la inversión. Y enfatizó sobre un punto: Urtubey pidió que “bajen los niveles de conflictividad”.
“Tenemos que ser prácticos”, planteó el mandatario y recalcó: “una persona va a venir a invertir decenas de millones de dólares en un emprendimiento, donde no tiene condiciones de paz social, eso no va a funcionar”, dijo.
El gobernador, en un golpe por elevación a Mariano Cuenca, consideró que el sindicato del San Isidro también “es responsable de la situación”. En ese sentido les advirtió que “aplaquen los ánimos”.
Ralle, por su parte, caracterizó que la intención de fondo es jugar con los tiempos hasta que el termine el mandato de la actual dirección del sindicato y así sacar de la cabeza del mismo a Cuenca. Esto sería aproximadamente en 4 meses.
Como si estuviéramos en tiempos convulsos, en el cordón industrial de Córdoba, JM Urtubey reclamó al sindicalismo que no sea revoltoso y mantenga una “actitud responsable”.