El Ministerio de la Primera Infancia recayó en el ex Secretario de Hacienda de Miguel Isa: Carlos Abeleira. Un hombre apegado a la tecnología y las estadísticas, vinculado a Abel Albino de la Fundación CONIN, la que fuera la vedette en la asunción del nuevo ministro. (Rolando Motta)

No se lo conoce mucho pero quienes saben de él, califican a Carlos Abeleira como uno de esos funcionarios que, sin complejos, declara ser un técnico y una persona poca inclinada a los posicionamientos ideológicos. Vinculado desde principios de este siglo con el grupo de jóvenes tecnócratas que llegarían a dominar la finanzas de la provincia con Juan Carlos Romero; Carlos Abeleira compartía en el año 2004 una sociedad con el actual ministro de economía de la provincia, Carlos Parodi, en una empresa gastronómica denominada CRACK S.R.L. Se desempeñó en aquella gestión como Secretario de Ingresos Públicos y en agosto del 2007 estuvo al frente de la Secretaría de Recursos Energéticos que dependía del Ministerio de Hacienda y Obras Públicas, que tenía como cabeza visible por ese entonces a Javier David. En los considerandos de aquel decreto, ya se resaltaba ese perfil técnico propio del personal capaz de brindar asesoramiento en materia administrativa, técnico financiera, legal y tecnológica.

En el 2007 desembarcó en la Secretaría de Hacienda de la Municipalidad de Salta que conduce Miguel Isa, aunque todos lo asocian, hasta hoy, al entorno del ministro de economía de la provincia, Carlos Parodi. No sólo eso, las mismas fuentes aseguran que el fuerte del nuevo ministro de la Primera Infancia es su vinculación con organismos de crédito internacional como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo que beneficiaron al municipio en algunos de los programas implementados en la ciudad.

Uno de esos financiamientos se volcó en un proyecto del que no se puede decir que haya tenido un final feliz, porque sencillamente todavía no se sabe si ha tenido un final. Se trató del llamado Censo Social, en octubre de 2009, que anunciado estridentemente por el gobierno provincial y municipal, tenía por objetivo relevar las necesidades de los barrios. La idea original, en la capital salteña, era censar 65 barrios para determinar sus composiciones poblacionales, condiciones de infraestructura y necesidades sociales para así optimizar el diseño de políticas y el uso de los recursos para 32.000 hogares.

A fines del año 2013, sin embargo, el único informe que el gobierno hizo público fue uno de diciembre de 2009. En él había datos de sólo siete barrios (17 de octubre, Juan Manuel de Rosas, La Unión, 15 de septiembre, Tradición, Patricia Heitman y el Barrio Balneario) y cuyos resultados eran sombríos: 75% de la población sin acceso a cloacas (Barrio 15 de Septiembre 98%, Barrio Balneario 99%); 7% sin acceso al agua; 35% de las viviendas no se encontraban en terreno propio; 81% de las viviendas no se encontraban escrituradas; 66% de los trabajadores en negro; 65% de la población sin cobertura de salud; 32% de la población receptoras de viandas alimenticias; 9% de analfabetos.

Los datos de las carencias todavía no se modificado para bien de los vecinos, aunque lo peor de todo es que nadie sabe aún qué paso con la información de las otras zonas de la capital y tampoco de los supuestos relevamientos realizados en el 2012 en el municipio de Tartagal. Tampoco se sabe qué pasó con las etapas posteriores del Censo Social del que ya nadie sabe nada.

Abel como bandera

Además de su inclinación por la informática y las estadísticas, a Carlos Abeleira se lo identifica con Abel Albino, el fundador de la Fundación CONIN que en los últimos años acaparó la atención nacional e internacional por su lucha contra la desnutrición infantil. No sólo suelen coincidir en encuentros internacionales relacionados con la problemática, también Abeleira declara que hace más de cinco años trabaja junto al pediatra en todo lo que refiere a la primera infancia. La cercanía también se vio reflejada por la presencia del médico en el juramento del nuevo ministro. El miércoles, fue justamente Albino uno de los oradores principales y no escatimó esfuerzos por resaltar la iniciativa del gobierno provincial en la creación del Ministerio y la designación del propio Abeleira que, además, hizo suyas las consignas que Albino siempre suele destacar: alimentación, educación, cloaca y agua.

Se trata de cuatro variables de las cinco que Abel Albino suele mencionar cuando habla de la necesidad de iniciar una guerra contra la desnutrición infantil en el país y que acá resumimos: Estimular y alimentar al cerebro del niño adecuadamente en el primer año de vida y durante el embarazo y primer año; la educación es una semilla maravillosa que necesita un sustrato donde sembrarse y el sustrato ideal para sembrar educación es un cerebro intacto, estimulado y alimentado adecuadamente. Rescatar la opinión de quien fuera el Primer Ministro de Salud de la Argentina, el prestigioso médico de Santiago del Estero, Dr. Ramón Carrillo, quien decía: “los hongos, los virus y las bacterias como causas de enfermedad son pobres causas, comparadas con el daño tremendo que causa la falta de saneamiento ambiental”. Impulsar la provisión de agua potable y caliente, estrechamente relacionada con la higiene porque según Albino “es fácil ser limpio cuando uno tiene todas las comodidades, distinto es cuando se carece de estos elementos que también constituyen derechos humanos”. La única de las variables de Albino que Abeleira no mencionó en estas semanas fue la luz eléctrica.

Los ejes anunciados por Abeleira y la propia figura de Albino, efectivamente darán aire al Ministerio de la Primera Infancia en particular e incluso a una gestión gubernamenal a la que suele asociarse a la falta de objetivo claros y torpezas operativas. La misma que hasta ahora al menos, se ha caracterizado por no dar respuestas satisfactorias a ninguna de esas variables que para Abeleira y Albino son estratégicas para conseguir una infancia plena.