«Hemos hecho tanto que no puedo más que estar orgullosa. Siento que mi paso por la función pública verdaderamente aportó algo a mi país», dijo.

Pamela Ares ya no es más subsecretaria de Políticas de Inclusión. La noticia debe tener sin cuidado a esa inmensa mayoría que ignoraba la existencia de dicha cartera y la existencia misma de Ares; pero la situación no deja te tener ribetes interesantes.

Sobre todo, por la renuncia de Ares. La puesta en escena, con palabras, de ese adiós.

En su renuncia pública, destacó como parte de su tarea el diálogo social entre organizaciones empleadoras y las sindicales con el estado, los acuerdos para garantizar previsibilidad productiva y laboral, y los consensos para lograr un crecimiento con inclusión. Al respecto, sostuvo: “Gestamos políticas públicas inéditas para la prevención de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo; trabajamos en una agenda positiva con organizaciones empleadoras, grandes empresas, mediana y pequeñas.

«“Es ingrato enumerar porque siempre se cae en algún olvido; hemos hecho tanto que no puedo más que estar orgullosa. Siento que mi paso por la función pública verdaderamente aportó algo a mi país”, dijo la joven politóloga, que en la última elección fue candidata a senadora por Capital en el espacio kirchnerista.
Al final se puede leer: “Cierro una etapa sabiendo que he dado las discusiones políticas que he considerado necesarias en los marcos que consideré oportunos y eso, siempre, es a favor”.

La carta no explica el por qué de su renuncia. Ares tampoco habla de cómo la inflación galopante hundió a millones de trabajadores en la pobreza e indigencia (pese a tener un trabajo).