Repaso de las intervenciones que hizo la salteña Cristina Fiore en las jornadas del Plenario de comisiones y cómo sigue el debate de la IVE que se lleva a cabo en el Senado de la Nación y que se votará el próximo 8 de agosto. (Andrea Sztychmasjter)
Sentada en la primera fila del Salón de las provincias, la senadora salteña Cristina Fiore se dedicó a escuchar atentamente las exposiciones de distintos profesionales a favor y en contra de la IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), que finalmente será votada el próximo 8 de agosto, después de pasar por las comisiones de Salud (Mario Fiad), de Justicia y Asuntos Penales (Pedro Guastavino) y de Asuntos Constitucionales (Dalmacio Mera). La salteña que ya cantó su voto por la negativa se encuentra militando activamente junto a grupos católicos la no aprobación de la ley. Se encuentra del lado de los “celestes”, como ella misma los nombró.
La semana pasada luego de que el médico y secretario de Salud rosarino, Leandro Caruana, contara la experiencia positiva de esa ciudad sobre el uso de misoprostol en el primer nivel de atención, no sólo en los hospitales sino también en los centros de salud y cómo con su implementación hubo una disminución drástica de las complicaciones por aborto, la senadora Fiore le consultó al doctor si el misoprostol y la mifepristona son procedimientos invasivos. La respuesta del médico fue contundente. “En estos cinco años no hemos tenido complicaciones con esta droga, significa que es una utilización segura. Estamos hablando de centros de salud que acompañan y se responsabilizan, no estamos hablando de un trámite administrativo”, señaló en referencia al acompañamiento médico que deben tener las personas gestantes por parte del sistema de salud público.
Fiore se encuentra militando activamente junto a grupos católicos la no aprobación de la ley. Se encuentra del lado de los “celestes”, como ella misma los nombró.
Al hablar la reconocida jurista mendocina y ex miembro de la Corte Suprema de Justica de Mendoza, Aida Kemelmajer, la letrada defendió la constitucionalidad del proyecto de ley para la interrupción voluntaria del embarazo y llamó a los detractores de la norma “fundamentalistas de los derechos del feto”.
La senadora Fiore entonces le consultó sobre dos cuestiones: 1) sobre los requerimientos de menores de 16 años que manteniendo una relación consentida acudan a solicitar una IVE: “¿El médico que debe hacer? ¿Requiere la presencia de un representante legal o basta con la voluntad manifestada de la adolescente?”. 2) con relación al artículo 10 del proyecto, el cual habla de las personas con capacidad restringida, la senadora le consultó sobre el concepto de “allegado”.
La especialista en Bioética, en la primera pregunta, respondió sobre la responsabilidades médicas de informar a las personas gestantes, esencialmente en casos de menores, todos los derechos que debe brindar el sistema de salud desde una mirada transdiciplinar. Respecto a la segunda pregunta, sobre el “allegado”, señaló que forma parte de la sociología y la vida cotidiana, “sabemos quién es un allegado”, le respondió: “una persona de extrema confianza”.
Durante las jornadas, la senadora salteña se mostró muy atenta a las exposiciones realizadas y justamente quiso indagar a aquellxs oradorxs que estuvieron a favor de la ley, en varias de sus intervenciones con preguntas y apreciaciones e interpretaciones personales, se percibió un abuso de redundancias, incluso preguntas que retroceden en tiempo y espacio. Fiel a su discurso jurídico quiso apuntar contra la constitucionalidad de la ley en debate a través de un uso exagerado de tecnicismos legales y retórica retocada como les gusta emplear a no pocxs abogadxs, incluso apelando a tratados internacionales.
En su intervención, el coordinador del Programa de Salud Integral en la Adolescencia del ministerio de Salud de la Nación, Juan Carlos Escobar, en el Salón Arturo Illia, se explayó principalmente en lo referente a “los embarazos en menores de 15 años”, consignando que “la mayoría de ellos” son producto de “abuso sexual por violencia familiar”, además evaluó que no se puede “obligar a una niña adolescente, que no ha terminado de crecer, de llevar a término un embarazo forzado porque es una violación a sus derechos humanos”.
El profesional médico describió que además en esa franja horaria se incrementa la muerte materna y se dificultan los desarrollos educativos y sociales de las menores, habló también de las responsabilidades del sistema médico-policial. En su alocución dijo: “Como varón cis… quiero interpelar a los otros varones” y se refirió al respeto a la autonomía femenina y los resabios del privilegio masculino en la omisión de los procesos de salud sexual y cuidado de hijxs.
Inmediatamente después de su intervención, Fiore le consultó “simplemente una aclaración” qué cargo poseía y desde qué “carácter” estaba hablando. Interrumpiéndolo, la senadora le espetó: “¿O sea su opinión es la opinión del gobierno?”, “sí” le respondió el médico.
Cómo sigue
Según un conteo detallado de Activa el congreso, actualmente 27 senadorxs votarían a favor de la ley, 31 en contra; 13 se encuentran indecisos o no han expresado todavía su voto y habría 1 abstención. Las comisiones de Salud, de Justicia y Asuntos Penales y de Asuntos Constitucionales decidieron reunirse todos los martes a partir de las 14 y los miércoles a partir de las 10 para escuchar a lxs expositorxs hasta el 31 de julio, para firmar dictamen el 1 de agosto.
El reglamento del Senado es más diplomático que el de Diputados, impide por ejemplo el uso de los pañuelos y tampoco se da a lugar a manifestaciones tras escuchar los discursos, ya sean aplausos o abucheos. En las jornadas se vio sin embargo a unx que otrx representante de la Cámara Alta llevar el histórico símbolo de lucha de la Campaña Nacional por el derecho al Aborto Legal, seguro y gratuito prendido a alguna cartera o bolso. (Otra excepción fue la oradora Daiana Asquini, del Partido Piquetero, quien llevó en su muñeca el pañuelo verde).
Un dato importante a tener en cuenta en caso de que el proyecto sufriera modificaciones en el Senado, es que éste debería regresar a la Cámara de Diputados, donde los legisladores pueden aceptar los cambios, o insistir en la versión original, con la misma mayoría con la que se aprobaron los cambios en la Cámara Alta, en este caso, la mitad más uno de los presentes. Esta tercera opción sería para algunxs una forma más de dilatar el tema.