Piden reforzar la seguridad en clínicas privadas

 

Luego de que se conociera que una familia que ingresó al país en plena pandemia, proveniente de Tarija, Bolivia, amenazó con matar y violar a una médica salteña, la Asociación de Clínicas y Sanatorios de esta provincia respaldó la denuncia de esta profesional, y pidió al Gobierno que asigne agentes policiales para que protejan a los médicos en las guardias en el marco del operativo de protección civil por el coronavirus. (Ulises de Salta)

 

Por lo pronto, la familia tarijeña –denunciada públicamente por las amenazas– recibió con rabia la noticia a través de los medios de comunicación locales, pues evidentemente no esperaban que el incidente acontecido el 16 de mayo trascendiera públicamente.

 

Sin embargo, y según pudo saber Cuarto Poder, más allá de disparar nuevas advertencias entre sus allegados, aún nada han dicho los agresores que pueda exculparlos de semejante acto de cobardía temeraria: agredir a una mujer, en una guardia médica, mientras atendía pacientes en medio del brote por coronavirus que golpea al norte.

 

«La Asociación elevó una nota al Ministerio de Salud en la que le solicitamos que interceda ante el Ministerio de Seguridad para que la Policía ponga guardias en los sanatorios por estos casos», informaron a la prensa este jueves desde la institución.

 

Sobre aquel día de mayo y al hablar de la familia tarijeña, la doctora amenazada –dueña de una clínica en Salta– dijo a la prensa: «Llegaron al hospital San Bernardo a las tres de la mañana, en dos autos sin patentes. Cuando allí les preguntaron sus nombres y lugar de procedencia, el personal administrativo alertó a la policía. Pero la familia Martínez se fugó. Los buscaron en los domicilios declarados, pero no estaban allí. A las ocho de la mañana se presentaron en mi clínica».

 

«En esta situación, no podíamos dejar a la paciente en la calle. Decidí recibirla con el protocolo, porque no sabíamos si tenía coronavirus, pero venía de un lugar con circulación comunitaria. La recibí y le prohibí el ingreso a sus familiares, que debían ir a cuarentena obligatoria. Fue en este momento que comenzó la agresión. Frente a otras personas que esperaban para ser atendidas, una mujer y dos hombres de la familia Martínez comenzaron a gritar que yo le había negado el ingreso a la paciente, que habían averiguado mi dirección», agregó la médica.

 

«Dijeron que me iban a violar, que me iban a encontrar muerta. Ellos pusieron en riesgo a la población de esta provincia y violaron la restricción de ingreso de personas provenientes de zonas de riesgo. A mí no me importa si son de Bolivia o de la Argentina, sino el control epidemiológico. Se atendió con el protocolo correspondiente y se realizó el estudio. Pero yo no sé si me van a esperar afuera de mi casa», aseguró la doctora. Y luego dijo: «¿Hasta qué punto puedo trabajar tranquila? Soy mujer y no es necesario que me amenacen de violación. Decían que tenían amigos en la Gendarmería y que me iban a matar por haberles negado la atención; que me cuidara, que conocían mi casa, mi auto».