Residentes bolivianos piden casas del IPV. La xenofobia a full.

 Cómo era de esperar para estas tierras el tema explotó de inmediato en los medios. Basta ver los comentarios de los lectores en los medios gráficos y escuchar los mensajes de los oyentes en las radios locales.
Ciudadanos bolivianos, residentes en Salta pidieron casas del Estado. La queja de los paisanos hizo aflorar todo el sentimiento contenido, que ni el Milagro puede curar. El reclamo lo planteó Juan Carlos Durán, representante de un grupo de residentes bolivianos que viven en Salta.
Durán explicó que el IPV les pide como requisito ser Argentino o nacionalizado, «pero no queremos nacionalizarnos», dijo.  El referente de los residentes bolivianos dijo que tiene tres hijos argentinos, el mayor de 18 años y sostuvo que el proceso de nacionalización lleva 6 años y es burocrático.
Un argumento fundamental e irrebatible. Ni eso detuvo las respuestas en los medios. Las opiniones irreproducibles. A un conductor radial que consideraba viable el pedido, llegaron a decirle que apoya a los bolivianos, porque le gusta la droga que ellos traen.
Una explosión demasiado conocida en Salta. Tan patriotas los que opinaron, que ninguno recordó que Bolivia puso toda su fuerza aérea al servicio de la Argentina en Las Malvinas, mientras le declaraba la guerra a ese país europeo, en apoyo de la celeste y blanca. Pese a la proximidad geográfica, para muchos parece una vergüenza que salta y Jujuy sean las provincias con mayor cantidad proporcional de bolivianos residentes. Tanto que ni casa merecen, aunque sí pueden votar y pelear. Mientras tanto, los residentes bolivianos se reúnen en la Escuela del paraje Las Palmas, de Cerrillos.