Días de soledad y reflexión son los que vive el intendente de Tartagal y principal espada del Partido de la Victoria, Sergio Leavy. Con un gobernador ausente y ministros ocupados en otras cosas, el intendente de Tartagal sufre. (Gonzalo Teruel)   

Con Juan Manuel Urtubey más ocupado en sostener la gobernabilidad de Mauricio Macri y proyectar su figura a nivel nacional  que en conducir la provincia y frente a los ministros Carlos Parodi y Juan Pablo Rodríguez (además de Sebastián Gomeza) que no le prestan mayor atención, el Oso piensa cómo administrar su municipio en tiempos de dineros escasos y, sobre todo, cómo insertarse en el nuevo escenario político nacional y provincial.

Por lo pronto y pese a la incomodidad que le genera el reposicionamiento “a la derecha” de Urtubey, de ningún modo va a enfrentarse con el gobierno provincial. Pero igual algún mensaje envió en los últimos días. “Ningún municipio está con la situación acomodada” dijo para exponer el evidente problema de las administraciones comunales ante la falta de recursos y la parálisis económica.

Pícaro, por las dudas, responsabilizó al gobierno nacional y exculpó al provincial cuando planteó que “estamos huérfanos, tenemos obras paradas como la reparación del Ramal C15 o el tramo Pichanal – Salvador Mazza”. Eso sí, cruzó al interventor de Coronel Moldes, Rodolfo Antonelli, que aventuró va a “levantar el municipio sin depender de la coparticipación”. “No tiene conocimiento: Coronel Moldes no supera los $100 mil mensuales de recaudación” dijo Leavy y aseguró que “la realidad demuestra que no hay municipios que puedan solventarse en su totalidad por sus propios ingresos”.

La semana pasada enfrentó un momento difícil cuando en una triste remake de la década del 90 el grupo Quebracho cortó la Ruta Nacional 34 y tomó 2 camiones cisternas cargados con combustible para reclamar que se reanuden obras públicas. Entonces, recordó que el exministro del Interior, Florencio Randazzo, dejó obras licitadas por casi $240 millones pero que “ninguna comenzó”. “Nunca tuvimos un problema de esta naturaleza pero ahora se paralizó la obra pública” lamentó y rápido tomó contacto con funcionarios provinciales y, además, se mostró junto al senador Andrés Zottos, un viejo adversario político en el Departamento San Martín.

Pero como ni la presencia de Quebracho ni sus lamentos en la prensa por la falta de recursos conmovieron al Grand Bourg, sin mayor alegría aceptó esta semana un contacto nacional. Recibió al ministro de Defensa, Julio Martínez, en su recorrida por el norte del país para monitorear el funcionamiento de los radares en Chaco y Salta. En propio territorio, el intendente y la comitiva integrada por funcionarios civiles y militares presenciaron un ejercicio de simulacro con aviones Pucará y luego supervisaron los radares instalados en esa zona. “Estuvimos recorriendo Resistencia y Tartagal para ver la situación de los radares, las capacidades que tenemos y su funcionamiento. Tenemos mucho por trabajar, ese es el camino y la indicación que nos dio el presidente, y es lo que nosotros haremos” dijo en declaraciones de rigor y sin ningún anuncio el radical Martínez. Para el Oso, sin embargo, la visita no es poca cosa y constituye su primer contacto con un funcionario del nuevo gobierno nacional. Lamenta no tener ya un contacto en Buenos Aires como el exdiputado José Vilariño que pueda conseguirle ayudas y agilizarle trámites pero no se desespera porque es consciente de la importancia que su trabajo político y de contención social en el norte salteño tiene para cualquier proyecto que quiera encarar Urtubey.

Con Zottos, y con muchos dirigentes del PJ, coincide en que en el futuro no será fácil sostener el frente electoral sin la figura aglutinante de Juan Manuel Urtubey pero espera hasta el año próximo para dar esa discusión. Ahora sólo exhibe credenciales y asegura que en Tartagal “finalizamos casi todas las obras del Fondo de Reparación Histórica” cosa que los otros intendentes de la zona no pueden decir.

Piensa y piensa, por ahora, como capear el temporal económico y político que la llegada de Mauricio Macri al gobierno significa para el postergado norte salteño.