El maestro Felipe Izcaray coronará su estadía en Salta este año dirigiendo un concierto de la Orquesta Juvenil Mozart. Lo hará el lunes 3 de agosto a las 21.30, en el Teatro Provincial de Salta con entrada gratuita.
Se trata además, de la orquesta juvenil a la cual el maestro Izcaray y su esposa Norma Pinto contribuyeron a establecer a través de Fundartis, como apoyo a la iniciativa que impulsó la música y docente Delia Raquel “Kelly” Wayar cuando Izcaray y Pinto residían en Salta.
En una oportunidad la Orquesta Mozart actuó junto a la Orquesta Sinfónica de Salta interpretando la Sinfonía No. 9 “Nuevo Mundo” de Dvorak.
El maestro Izcaray ha expresado su agradecimiento a Kelly Wayar y el maestro Martín D’Elía por la invitación a dirigir esta orquesta que goza de su profundo afecto, y ha asumido la preparación de este concierto con mucho entusiasmo, mientras también realiza los ensayos con la Sinfónica de Salta.
El programa elegido por Izcaray para este concierto consta de tres obras: La Fuga con Pajarillo para cuerdas del venezolano Aldemaro Romero, la Suite Nº 1 de Peer Gynt de Edward Grieg y la Sinfonía Nº 8 de Beethoven.
Fuga con pajarillo.
El nombre del maestro Aldemaro Romero (1928-2006) es de obligatoria mención cuando analizamos la trayectoria y desarrollo de la música popular venezolana. Nacido en Valencia en 1928, Romero fue excelente pianista de jazz, arreglista, director y compositor. Su entrenamiento lo tuvo al lado de grandes músicos populares de América Latina: su padre Rafael Romero, Machito, Miguelito Valdés, Terig Tucci y Luis Alfonzo Larrain. Hizo historia con los discos grabados con su recordada orquesta de salón, sobre todo la serie Dinner in Caracas grabada para la RCA International. Realizó una propuesta rítmico-armónica a la que denominó Onda Nueva, trasladando elementos del jazz al joropo venezolano, al que complementó con interesantes elementos instrumentales. Grabó en Londres su Oratorio a Bolívar, y fundó y dirigió la Orquesta Filarmónica de Caracas entre 1979 y 1984. De sus composiciones de gran formato destacan Canto a España, El ballet Manuela, la Obertura Gitana y la más reciente etapa creativa del maestro, una serie conciertos para distintos instrumentos con acompañamiento de orquesta. La Fuga con Pajarillo es el movimiento inicial de la «Suite Venezolana» que compuso el maestro Romero para orquesta de cuerdas a comienzos de la década de los 70. Esa suite fue grabada por la English Chamber Orchestra bajo la dirección del autor, pero fue la Fuga con Pajarillo la que adquirió una inusitada popularidad entre las orquestas venezolanas. El maestro Romero realizó en el año 2003 una versión para gran orquesta de esta atractiva obra, perfecta combinación del contrapunto bachiano con el natural espíritu de variación-ostinato, al estilo chacona, del pajarillo llanero.
Peer Gynt: Suite no. 1, opus 46
En enero de 1874 el gran dramaturgo noruego Henryk Ibsen encargó a Grieg la composición de la música incidental para su nueva obra dramática Peer Gynt, la cual describe las aventuras de un indómito y atrevido héroe. El estreno de la obra, ya musicalizada, se realizó el 24 de febrero de 1876 en Cristiania, con gran éxito de público y crítica. En los años siguientes Grieg revisó la orquestación y reordenó la obra en dos suites, ambas estrenadas en Leipzig en 1888 y 1893 respectivamente. La primera suite consta de cuatro movimientos: La mañana, descriptiva y muy pastoril; La muerte de Ase, la madre de Peer Gynt, en un andante doloroso confiado a la cuerda; La danza de Anitra, una grácil danza en tiempo de mazurca, y En el palacio del Rey de la Montaña, que evoca en tiempo de marcha el momento en que los trolls, ogros de la montaña, atacan a Peer Gynt.
Sinfonía Nº 8 en fa mayor, op. 93
Beethoven era un hombre de muchas facetas: a ratos, gentil y a ratos violento. Un hombre de poderosos conflictos internos. Estas distintas caras se reflejan en la diversidad de carácter de algunas de sus composiciones. La Sinfonía Nº 8 fue comenzada casi al mismo tiempo que la dramática séptima sinfonía. A fines de mayo de 1812, sin haber aún revisado la partitura de la séptima, Beethoven concentró sus energías en el trabajo de la octava, cuyo manuscrito final lee: octubre 1812, en Linz al lado del Danubio. El éxito de la octava sinfonía tardó más en concretarse que el de la explosiva séptima. La recepción inicial fue un tanto apática, motivo por el cual un amigo preguntó al maestro que porqué creía él que los aplausos habían sido menores para esta sinfonía, luego del éxito de la séptima, a lo que Beethoven contestó: “Eso es porque ésta es mucho mejor….”. Beethoven tuvo a esta sinfonía entre sus composiciones más apreciadas.