Salta vuelve a ser noticia nacional por la corrupción en pleno aislamiento obligatorio.

Luego del informe de Lanata sobre el robo de caños del gasoducto NEA, el repudio generalizado colmó las redes a lo largo de todo el país. Comentarios varios de periodistas del conurbano y de otras provincias pusieron el foco no solo en el repudio al desarme de una obra que beneficiaría a muchos salteños sino que se quedó en la corrupción que esta vez fue difícil taparla con un dedo.

El tema en cuestión es que si cualquier ciudadano argentino deseaba ir a ver por ejemplo a su tía- abuela de Salta a Quilmes, el aislamiento obligatorio por la pandemia del coronavirus y las restricciones emitidas iban a impedir por todos los medios que algún realizara ese trayecto. Cuestión que no sucedió cuando decidieron trasladar (leáse robar) los caños desde Aguaray a la empresa CoMarfil SA, de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires.