Esta semana se conocieron licitaciones de la Provincia para la exploración y explotación hidrocarburífera. Las regalías son ínfimas, el impacto ambiental es nivel francking y el esquema fiscal se cocina a paladar de inversores extranjeros. (Libertad Flores)

Ya el año pasado informábamos que la provincia, con la excusa de “reactivar todo el polo petrolero” de la Cuenca Noroeste, mantenía sendas reuniones con EE.UU. A fines de septiembre del año pasado, el director general de Hidrocarburos de la Provincia, Jorge Guantay, mantuvo una reunión con funcionarios de la Oficina de Petróleo y Gas Natural, dependiente del Departamento de Energía de ese país, en la que les presentó los proyectos relacionados con nuevas áreas de exploración y explotación en Salta.

En aquella oportunidad Guantay interiorizaba a los representantes de la Oficina Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) sobre los proyectos de ley que el gobernador Juan Urtubey impulsaba y que según informaban “contienen una importante serie de incentivos impositivos para futuras inversiones en el sector”.

El objetivo de la provincia era finalmente informarles que diferenciarían a la Cuenca Noroeste con un precio de US$ 7,50/mbtu para todo nuevo gas. Según los registros, la superficie neta de la Cuenca es de 4590 mil acres, ubicada en la zona norte del país y posee aproximadamente el 1% del total de reservas probadas de petróleo y el 8 % de sus reservas de gas. La cuenca Noroeste comprende principalmente espacios de provincias como Jujuy, Salta, aunque también incluye porciones de territorio de Tucumán, Santiago del Estero y Formosa.

La Cuenca Noroeste tiene 4590 mil acres y posee aproximadamente el 1% del total de reservas probadas de petróleo del país y el 8 % de sus reservas de gas.

La semana pasada informábamos, finalmente, lo que el gobernador ya había anunciado el año pasado en función a los incentivos para la inversión y la baja de alícuotas de las regalías petroleras. A través del decreto 744/18, el Ministerio de Economía oficializó los nuevos porcentajes de regalías petrolíferas y gasíferas correspondientes a los departamentos productores de la provincia.

De la mano de la ministra de Producción, Paula Bibini, se anunció que Salta preparaba la licitación de áreas hidrocarburíferas en yacimientos convencionales y no convencionales, cuya extensión alcanza los 61.000 kilómetros cuadrados. El llamado a licitación para la Cuenca finalmente se oficializó esta semana.

En notas anteriores también informamos que la nueva ley de promoción para la generación de empleo no apunta a garantizar mejoras en la calidad de vida de la población, por el contrario, busca favorecer las condiciones de explotación de los recursos naturales a inversores extranjeros. Esto quedó en evidencia la semana pasada, cuando mediante un proyecto de declaración, la Cámara de Diputados solicitó al Poder Ejecutivo provincial garantizar a los municipios salteños que pertenecen a zonas productoras de gas la conexión al servicio de red de gas natural domiciliario. Principalmente porque existen importantes sectores de la población que no disponen de gas natural, a pesar de que la provincia es una de las principales cuencas gasíferas de la Argentina, y de las que mayor volumen aporta al resto del país, es decir, que aproximadamente del total producido sólo se consume un 10 % y se distribuye el 90% restante.

El diputado provincial Manuel Pailler manifestaba en la ocasión que se está viviendo una injusticia con los departamentos productores de gas. “La localidad de Coronel Cornejo es un claro ejemplo de la injusticia que viven este tipo de localidades”, aseguró el legislador. Por su parte, el diputado Dionel Ávalos comentó que el 50% de los salteños no tiene gas natural, cuando al ser uno de los principales productores del país, las localidades de la provincia deberían tener un 100% de cobertura.

Fracking en Salta

Lo que se observa, sin embargo, no es nada nuevo: el pase libre de inversiones empresariales extranjeras, quienes explotando los recursos naturales locales objetan que generarán fuentes de trabajo y dejarán una importante cantidad de dinero en las arcas provinciales, alentando supuestamente el desarrollo regional. Como ejemplo se puede ver el paradigmático caso de Austin Powder y la instalación de la planta de amonio en cercanías de las localidades El Tunal y El Galpón.

Pero lo novedoso ahora, en cambio, es aquello que no nombran y tiene que ver con el impacto socioambiental a corto y largo plazo que generarán estos “incentivos” para la inversión y la baja de alícuotas de las regalías petroleras.

La fractura hidráulica, más conocida por su término anglosajón fracking, es una técnica de extracción de gas y petróleo de yacimientos no convencionales, generalmente de formaciones de esquistos (shale), arenas compactas (tight sands) y mantos de carbón (coalbed methane). Estas formaciones geológicas se ubican a varios miles de metros de profundidad y para acceder a ellas se debe perforar hasta la formación que alberga los hidrocarburos, empleando una técnica de perforación mixta. En primer lugar, se perfora verticalmente y luego se continúa de forma horizontal, a lo largo de varios kilómetros.

Los yacimientos no convencionales donde se utiliza el fracking son formaciones poco permeables y compactas, en las que los hidrocarburos se encuentran dispersos. Para liberarlos se debe fracturar la roca inyectando millones de litros de agua a alta presión (98%), mezclada con arena y una serie de aditivos químicos (2%); la cantidad de litros varía en función de la cantidad de fracturas que se realicen por pozo. Esto posibilita que los hidrocarburos asciendan a la superficie junto con parte de la mezcla inyectada, denominada reflujo (se recupera una cantidad que varía entre un 9 y un 35%). El resto queda en el subsuelo.

Ya en 2012, el Gobierno de la Provincia, a través del Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable, convocaba a licitación pública nacional e internacional para el otorgamiento de permisos de exploración y eventual concesión de explotación de hidrocarburos en distintas áreas de la provincia. De 20 áreas, se licitaron primero las de Ocultar, Pizarro y Matorras. “Las tres primeras áreas que estamos licitando surgen por la iniciativa privada de dos empresas Tripetrol Petroleum SA y Petrolera San José SRL”, indicaba el secretario de Energía, Flavio Aguilera. No sólo eso, por decreto 1406/12 se declaraba de interés público el proyecto de iniciativa privada presentado por estas empresas. El año pasado, el Gobierno provincial otorgó la extensión del plazo del primer período de exploración de las áreas hidrocarburíferas señaladas.

Según expertos, la técnica utilizada para estas y otras explotaciones en zonas no convenciones es el fracking y en Salta ya se emplea. Lo confirmó también el propio secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Salta y Jujuy, Sebastián Barrios, al asegurar que los pozos de petróleo y gas en el norte salteño están casi agotados. “Lo que buscamos es que se empiecen a hacer proyectos de petróleo no convencional, petróleo y gas no convencional”, perforaciones como las que se hacen en el yacimiento Vaca Muerta, y agregaba: “Porque los yacimientos que tenemos en la zona son maduros, todo lo que se hace es para mantener la producción. Entonces si nosotros queremos que la producción levante, ya tenemos que salir a buscar otro tipo de yacimientos y para buscar estos yacimientos tenemos que buscar otro tipo de proyecto o de perforaciones”, indicó.

En la fractura hidráulica no sólo se emplean millones de litros de agua, sino que también se producen altas emisiones de gases de efecto invernadero por la cantidad de camiones destinados al traslado de arenas y de agua. En 37 municipios de Entre Ríos y posteriormente en partidos de Buenos Aires, Rio Negro, Neuquén, Chubut y Mendoza han logrado oficialmente prohibir el empleo de esta técnica yanqui. Entre otras de las consecuencias de usarla, existe el peligro de provocar movimientos sísmicos.