Es lo que describió Mónica, mamá de Paola al pedir una condena ejemplar para los acusados. Uno de los abogados de la familia de Santiago Zambrani, René Gómez, quien ya defendió a otro femicida había declarado que “la violencia de género es una cagada”. (Andrea Sztychmasjter)

La historia vuelve a repetirse en Salta, donde los familiares son quienes insisten en la búsqueda. “Si yo no salía a buscar a mi hija, nadie la buscaba”, mencionó a este semanario Mónica, madre de Paola al recordar los primeros momentos tras enterarse que su hija estaba desaparecida. Paola Álvarez (21), madre de una pequeña, fue vista por última vez el vienes 5 de mayo de 2017. El sábado 6, Mónica se acercó hasta la comisaría de barrio Sanidad, donde primeramente no quisieron tomarle la denuncia: “Su hija es grande, seguro ya va a volver”, le dijeron. Según señaló la madre, la mandaron a su casa para que diera aviso a través del Sistema de Emergencias 911. Entonces salió de allí y se dirigió hasta barrio Solidaridad, donde sí le tomaron la denuncia y recabaron todos los datos que la mujer tenía. El peregrinaje de los familiares también se ha vuelto moneda corriente en estas tierras.

Antes de desaparecer, Paola estaba terminando el secundario en el Bachillerato Salteño para Adultos N° 7169, era la hermana mayor y lo único que quería era hacer todo lo posible para brindarle un buen futuro a su pequeña hija. La familia de Paola desmintió que Santiago Zambrani, el principal acusado, fuera novio de la joven. “A mí me lo presentó una vez cuando él la trajo en el remis porque ella se había ido de viaje, me dijo que eran amigos y si hubiesen tenido una relación ella me habría contado”, relató la madre que describió que se habían conocido por amigos en común. 

Mónica emprendió una búsqueda solitaria en un primer momento cuando tuvo que salir a pegar carteles por toda la ciudad. “Cuando regresaba a mi casa no sabía qué decirles a los hermanos. No sabía cómo decirles que no la había encontrado”, mencionó. Las palabras de la madre resuenan con el dolor propio de quien sabe que nunca más volverá a ver a su hija y que aun así debe juntar fuerzas para continuar su vida, cuidando de sus otros hijos y de su nieta. 

Que la Justicia haga lo suyo

Con el acompañamiento de diferentes organizaciones sociales en la puerta de Ciudad Judicial, esta semana comenzó el juicio contra Santiago Alfredo Zambrani (36) por homicidio doblemente calificado en perjuicio de Paola Mariana Álvarez, y contra Amelia Inés Huergo (60) y Alfredo Francisco Zambrani (60), acusados de ser partícipes secundarios del delito de homicidio doblemente calificado. 55 testigos fueron citados a declarar en el juicio que se prevé se extenderá hasta los primeros días de mayo, cuando se cumplan 2 años de ultima vez que Paola fuera vista con vida.

Zambrani y sus padres desistieron de declarar. Ante esto, los fiscales solicitaron que se diera lectura efectiva a las declaraciones que los tres imputados brindaron durante la etapa investigativa. Santiago Zambrani declaró en tres oportunidades, su madre lo hizo dos veces y su padre solo una vez.

La defensa de Santiago Zambrani está a cargo de Ana Cortez y Gabriela Arellano, en tanto que René Gómez y Andrea Godoy tienen a su cargo la defensa de Amelia Inés Huergo y Alfredo Francisco Zambrani. 

Como abogado es un buen machirulo

En noviembre del año pasado, después de escuchar la sentencia de diez años de prisión para Luis Alejandro Ríos por intento de femicidio, su abogado defensor René Gómez dijo que no estaba de acuerdo con la resolución y que “la violencia de género es una cagada”.

Con estas declaraciones René Gómez, con un abultado curriculum en el poder judicial y en otros puestos del poder ejecutivo y legislativo, se ha convertido junto a Santiago Pedroza y Daniel Luna en letrados representantes del machismo jurídico más recalcitrante de esta provincia. 

Gómez además fue apoderado del PJ del distrito Salta. Incluso fue  uno de los procesados y detenidos por supuesta complicidad con el narcotráfico en la causa contra el juez federal Raúl Reynoso. Defensor de Luis Alejandro Ríos de 25 años, quien resultó condenado a la pena mínima de diez años de prisión por resultar autor material y penalmente responsable del delito de  homicidio doblemente calificado por la relación de pareja preexistente y por violencia de género en grado de tentativa, en perjuicio de su ex pareja y madre de su hijo.

Gómez, luego de escuchar junto a su defendido la sentencia quiso justificarlo diciendo que existió violencia entre ambas partes y que en definitiva: “la violencia de género es una cagada, hablando claramente”.

105 días de búsqueda

“Su mamá ocultó todo, escondió y cubrió a su hijo. Creo que está enferma pero aun así yo estuve 105 días sin saber qué le había pasado a mi hija, buscándola por todos lados”, retrató Mónica al referirse a lo que espera del proceso judicial que se lleva a cabo contra Zambrani y sus padres. “Espero que la justicia dé una condena ejemplificadora porque yo a mi hija no la voy a tener más pero para que nunca más a ninguna chica le pase”, describió la madre que no pudo contener las lágrimas al recordar que su nieta no volverá a tener nunca más a su mamá.

A diferencia de otros casos en donde la desidia estatal es prominente, Mónica señaló que sintió el acompañamiento de parte del Ministerio de Derechos Humanos y del Observatorio de Violencia contra las mujeres, al igual que las organizaciones sociales y de mujeres que están apoyándola en este momento. Además cuenta con la defensa de las abogadas del Instituto de género, Josefina Arancibia y Gloria Cruz quienes solicitaron que la causa cambie de caratula de homicidio a femicidio luego que se corroborara que el cuerpo hallado en la ruta era el de Paola. Según la información oficial a partir de gestiones realizadas por el fiscal Ramiro Ramos Ossorio ante la Unidad de Búsqueda de Personas Extraviadas del Ministerio de Seguridad de la Nación, se tramitó la llegada de un grupo de canes especializados y de drones que lograron finalmente dar con el hallazgo del cuerpo.

En la última audiencia realizada esta semana uno de los testigos aseguró que Zambrani además de remisero se dedicaba a la comercialización de estupefacientes. En sus dichos, también refirió conocer que el principal acusado le había solicitado a una amiga en común una pastilla de clonazepan para “enfiestarse” y que en forma posterior, le habría revelado a esta mujer que “se había mandado una macana”.