Así definió el Indio Godoy al enojo del PO por la negativa de la Cámara a llamar a una sesión extraordinaria por el caso del diputado D`Auria. “Hacen bulla con pedidos que desconocen todos las lógicas institucionales y al no lograr nada escupen sospechas con argumentos frívolos propio de los programas chimenteros de verano».
Todo empezó con un pedido del PO al presidente de la Cámara de Diputados el lunes 30 de diciembre para que convocase a una sesión extraordinaria. El objetivo de Claudio del Pla era pedir, en esa sesión, que se conforme una comisión investigadora por el caso del diputado D’Auría en cuya camioneta la gendarmería secuestró (a mediados de diciembre) 120 gramos de estupefacientes de una manera que genero la denuncia del propio D´Auria contra la Gendarmería porque las sustancias fueron encontradas luego de dos requisas en las que no se halló nada hasta que el “hallazgo” se dio en el puesto que la gendarmería posee en Chachapoyas, en una parte del tanque de nafta altamente visible para cualquier requisa anterior y mientras el dueño de la camioneta no se hallaba en ella aunque sí había autorizado que el rodado fuera al lugar a pedido de los gendarmes.
Santiago Godoy, sin embargo, declaro a este medio que su negativa a llamar a una sesión extraordinaria “no obedece a que yo abone la tesis de D´Auria como dice el PO, sino a otras cuestiones. En primer lugar porque el pedido del PO fue realizado sin tener en cuenta los procedimientos establecidos. No se trata de que yo me niegue a convocar a una sesión extraordinaria, sino de que los diputados del PO no terminan de darse cuenta que están dentro de una institución que se rige por lo establecido en la Constitución Provincial y el propio reglamento de la Cámara. El artículo 112 de la Constitución Provincial establece el procedimiento para esta situación. Allí se dice que el Presidente de la Cámara no está facultado para esta convocatoria, sino que la deben pedir la tercera parte de los miembros de una de las Cámaras (en el caso de Diputados deben ser por lo menos 20) y elevar al Poder Ejecutivo para que éste convoque. Si el Ejecutivo no convoca lo debe requerir también un tercio de la otra Cámara, o sea un tercio de Diputados y un tercio del Senado, entonces recién la pueden y deben convocar los Presidentes de ambas Cámaras”.
A continuación, el presidente de la Cámara de Diputados invoco una segunda cuestión. “También plantean que no existe la voluntad política de investigar el caso D’Auría. Otra vez están equivocados. Otro artículo de la Constitución salteña, el 115, establece que la facultad investigadora del cuerpo no puede interferir el ejercicio de las atribuciones que integran la zona de reserva de los otros poderes, ni afectar los derechos y garantías consagrados en la Constitución. El caso del diputado D´Auria está siendo investigado por la Justicia Federal y por lo tanto estamos esperando la resolución del Juez para poder actuar en consecuencia y hasta tanto somos informados, dentro de lo que permite el secreto de sumario, de la marcha de la investigación, lo que es inmediatamente comunicado a los demás legisladores que lo soliciten, tal como le consta a Claudio Del Plá, a quien personalmente le transmití las novedades brindadas por el magistrado”.
Finalmente, Godoy trató de explicar el porqué de la estridencia trotskista de calificar de intento de encubrimiento la no convocatoria a una sesión extraordinaria de la siguiente manera. “Si la imputación hacia mi persona la hicieron por simple ignorancia a las normas espero que pidan disculpas, aunque a mí me parece que estamos ante una nueva maniobra del PO para posicionarse como eternas víctimas de un sistema democrático y de derecho del que se valieron para llegar a posiciones de poder, pero del que siempre reniegan. Después de todo, la denuncia por la denuncia misma es una marca registrada de un grupo de diputados que incapaces de diseñar formas de intervención política que tengan en cuenta los mecanismos de la democracia, apelan a lógicas que ellos dicen aborrecer pero que parece que han aprendido a usar con una velocidad asombrosa: la de la opereta política, esa busca afectar el prestigio de las personas y de las instituciones con el objetivo de lograr una ventaja mezquina y chiquita. Lo peor de todo es que ahora lo están haciendo con argumentos que no se diferencian en nada de los programas chimenteros de verano en donde todo es bajas calorías, superficial y liviano”