La visita de Carlos Parodi a la cámara de senadores fue intrascendente por su contenido pero relevante por su forma. En esta nota entienda el porqué de los cuidadosos pasos de unos de los hombres más fuerte del gobierno “U”. (Aníbal Roldan)
Con camisa rosa pero sin corbata; con saco negro y la barba candado prolijamente arreglada, llegó Carlos Parodi pasadas las 10:30 del miércoles 19. Se lo notaba relajado, metido en su rutina. Ya los periodistas esperaban su llegada desde media hora antes y apenas puso un pie en la legislatura se abalanzaron sobre él. Breves, sin detalles ni complejidades, fueron las declaraciones de uno de los hombres más fuertes del gobierno antes de ingresar al palacio legislativo.
Siendo precisos, sus dichos sólo llenaron el aire de los movileros que por automatismo sostenían el celular sin preocuparse demasiado por tirar una pregunta que llegara a incomodar al jefe de gabinete. De cualquier manera, un día antes, Parodi ya había dicho todo lo que tenía para decir en el programa televisivo de Mario Peña donde incluso dejó abierta la posibilidad de ser candidato el próximo año. Y lo que pretendía en ese momento no era soltar declaraciones con algún impacto sino más bien cumplir con la formalidad de atender a la prensa como paso previo a su arribo a la sala de Presidencia.
Idéntica fue su actitud luego. Parodi habló pausadamente, con un ritmo inversamente proporcional al de funcionarios como Calletti o Costello, utilizando un lenguaje llano y un volumen, con silencios de por medio y un power point para complementar su intervención. Lo que explicó de contexto era conocido: atravesamos una etapa económica “delicada”, con un notable déficit fiscal y una caída general de la actividad.
En ese sentido, repitió lo manifestado en el informe que realizó antes de que se tome el empréstito, cuando aseguró que la Provincia tiene un agujero fiscal de 1.500 millones de pesos. “Nuestro nivel de recaudación está muy por debajo del gasto”, aseguró. Tal como viene reconociendo, dijo que no llegarán inversiones y que el Estado será el principal sostenedor de la actividad por lo menos hasta principios del 2017. “No esperamos que vengan grandes inversiones, el crecimiento vendrá de la obra pública, luego por las lluvias seguramente caerá y en marzo tenemos todas las expectativas”, señaló.
El jefe de gabinete resaltó el dialogo que mantienen con Nación y destacó el convenio que el Gobierno de Salta firmó con el Estado Nacional para el envío de dos mil millones de pesos destinados a la construcción de viviendas en el departamento de Rivadavia. Fue evidente el destaque sobre ese punto. Y no pudo evadir hacer mención a la pobreza que existe en dicha zona: la calificó como “extrema”, precisó que en Rivadavia más del 50% de sus habitantes tiene sus necesidades básicas insatisfechas y que Salta se encuentra con Formosa en la cabecera de las provincias con NBI. “El hambre es sólo un síntoma de la pobreza extrema”, analizó.
Luego, hizo mención al uso del dinero que llegó de los préstamos tomados por la provincia, más precisamente sobre el 20% que fue acordado en las comisiones departamentales y subrayó que es utilizado principalmente en materia de salud y educación. Y al ser consultado por la senadora Cerrano sobre el 80% restante, no otorgó precisiones más que señalar que la gestión lo maneja en función de la “estrategia” de gobierno aunque negó que sea utilizado en gastos corrientes.
Quizás el mayor sincericidio, fue la confirmación de que una parte del dinero se lo mueve en el mercado financiero mediante la utilización de letras y plazos fijos. Esa metodología fue presentada como algo natural en estos casos.
Antes de finalizar con una notable cautela, habló sobre las reuniones con los gremios. El funcionario en ningún momento utilizó la palabra paritaria ni se atrevió a soltar cifras. Lo que sí dijo fue que el panorama económico no ha cambiado razón por la cual no es posible un gran aumento para el “bono de fin de año”.
La información que brindó fue tan general que si no hubieran salido de su boca carecería de total interés y no calificaría como noticia. Resulta llamativo el favor que le realizaron los senadores quienes tuvieron intervenciones chatas llenas de consultas extremadamente particulares como el estado de obra del baño de una escuela de tal localidad o cuestiones insignificantes, con la sola excepción de la senadora Cerrano quien realizó un extenso cuestionario. Sin embargo todo fue sorteado por un Parodi, que sin despeinar su larga cabellera, cumplió con el trámite del día. Sí, así fue: sólo un trámite de rutina. Después de todo, para qué profundizar sobre economía…