Madres de victimas de Trata le escribieron una carta a Jimena Barón tras su nuevo afiche en donde simula ser “trabajadora” sexual.

 

«Dadas las recientes manifestaciones públicas de Jimena Barón al respecto de un tema que necesariamente nos atraviesa, sentimos la necesidad de expresar nuestra postura al respecto.
Parece fácil pronunciarse holgadamente y sin más en favor de lo que se da en denominar «trabajo sexual». ¿Quién no estaría a favor de la liberación, del empoderamiento femenino, del libre albedrío que desde hace siglos nos viene siendo negado a las mujeres? ¿Qué más cercano a la causa feminista que defender asiduamente nuestra liberación, nuestro poder de elegir?
Pero lamentablemente la realidad no es tan sencilla. No es sencilla en absoluto. De hecho, es muy compleja, y, aunque nos gustaría no saberlo, lo sabemos. En primera persona. El sistema prostituyente funda sus bases en un entramado oscuro, perverso y poderoso que lejos está de nuestros sueños de libertad y emancipación feministas. Lo sabemos, lo conocemos bien, porque ése es el entramado que se llevó a nuestras hijas. Lo sabemos, porque esa realidad compleja es la responsable de que hoy muchas pibas falten de sus casas, porque entendemos lo que es tener que poner la mesa y colocar un plato menos al momento de la comida.
Ojalá todas las personas en situación de prostitución hubieran podido elgir. Ojalá todxs quienes la ejercen estuvieran allí por su propia voluntad, nada más que por su propia voluntad, trabajando por y para sí mismxs. Pero detrás de ese acto muchas veces vendido por los mismos reclutadores como acción empoderante existe la explotación. Existen personas poderosas especialmente interesadas en su fomento, en convertir en mercancía cuantos más cuerpos sea posible, en transformar en objeto comprable y sometido a la satisfacción masculina a un cuerpo que nunca, nunca se enriquecerá ni progresará como le es dicho. Son los proxenetas quienes se enriquecen. Son los policías, los jueces involucrados con su férrea complicidad. Es el patriarcado, de la mano del capital, el único que crece a costa de la venta de nuestras hijas.
Tenemos que decirlo. Lamentablemente, Jimena, el sistema prostituyente poco tiene que ver con mujeres decidiendo sobre sus propios cuerpos. De hecho, se parece mucho más a las caras de nuestras hijas en esos carteles encabezados por la palabra «desaparecida».
Te invitamos, de todo corazón, a que te acerques. A que nos contactes, a que charles con las madres. A que conozcas lo que es la trata de personas y la realidad que trae consigo el sistema prostituyente”.