La Nación de ayer volvió a referirse a Urtubey. Lo presentó como el precandidato presidencial más diferente de las figuras oficiales y señalan a Rodolfo Urtubey y a Pablo Kosiner como operadores en el Congreso Nacional. En otras notas, ese medio destaca la lista de presidenciales en la que Urtu no aparece.

La cierta simpatía de La Nación con el mandatario salteño radica en que lo ve como el potencial candidato oficial que no es incondicionalmente cristinista, con posturas matizadas y cierta distancia del armado tradicional de una candidatura. Para definirlo, uso las palabras que Rodolfo Urtubey utiliza en los medios radiales saleteños: la «opción federalista» frente a las cartas «centralistas» que representan, según sus palabras, Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa. A la hora de ilustrar su estrategia electoral, La Nación manifiesta que “Urtubey juega a un proceso de instalación «sutil», con apariciones puntuales en el escenario nacional. Esa táctica es objetada en sectores del PJ, que le reprochan no haber arrancado antes a sumar apoyos. Él retruca que en 2007 ganó con toda la estructura partidaria en contra (…) ¿Cómo imagina su camino a 2015? En su entorno, creen que, como primer escalón, deberá mostrar un contundente triunfo electoral en su territorio. Las elecciones para renovar la gobernación están previstas para abril, la primaria, y mayo, la general, según la modificación que se aprobó en noviembre del año pasado a la ley electoral provincial. Con ese cronograma, Urtubey podría ponerse a prueba y en caso de una victoria arrastrar el efecto para posicionarse en el tablero nacional, una maniobra con riesgo de ser objetada por «testimonial». Deberá, además, remontar la magra cosecha de los comicios legislativos pasados, cuando el Partido Obrero dio un hachazo en la capital provincial”.

En su mapa de relaciones, rescata la sintonía con los mandatarios del Norte; el sanjuanino José Luis Gioja suele dedicarle tantos elogios como a Scioli, y, en la Casa Rosada, enlazó buen trato con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. En el Congreso, ofician como comunicantes su hermano Rodolfo, en la Cámara alta, y Pablo Kosiner, en Diputados. Descartan que su vínculo con Massa termine en alguna alianza política.

La lectura de toda la sección política de ese medio muestra, sin embargo, lo poco instalado que se encuentra Urtubey en la mesa chica del oficialismo. Y es que aun cuando el entorno de Cristina Kirchner, avanza en un paso táctico que busca romper el «cerco» que reduce a dos el número de opciones con chance concreta (Daniel Scioli y Sergio Massa), entre la ronda de aspirantes que se anotaron durante el verano para la pelea 2015 no aparece el mandatario salteño. Y es que en la lista elaborada por LA NACION está Scioli, el ministro del interior Florencio Randazzo y el Jefe de Gabinete Jorge Capitanich. Por si esto fuera poco, en otra de las notas publicadas ayer por ese medio (Sergio Uribarri: en carrera de la mano de Cirstina) se destaca que el gobernador entrerriano que mide muy poco en las encuestas pero más que Urtubey, cuanta con la simpatía de la presidenta de la nación y que cuenta con un canal de dialogo en la Casa Rosada de mucho peso: el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, quien es de máxima confianza de la Presidenta.

Por el lado de la oposición ese medio ubica a Sergio Massa, Mauricio Macri, Julio Cobos y, aunque menos instalado, el socialista Hermes Binner.