Hay una constante en el expediente High Luck Group: pone tan nerviosos a los funcionarios y operadores actuales, de ambos lados del mostrador, como a los que estuvieron en sendas posiciones hasta diciembre de 2019. Incluso, la gestión capitalina a cargo de Bettina Romero debería rever la licencia de conductora que aún mantiene la ex ministra de Producción del gobierno U, Graciela Pinal de Cid.
En medio de esta fisión de nervios como es el caso de la petrolera china, la ex funcionaria casi protagoniza un accidente vial el jueves 30, a las 17:15 horas, cuando a bordo de su Renault Clío plateado, por poco no llegó a perder el control y estamparse contra autos estacionados en calle Pueyrredón al 400. Un periodista de “Cuarto Poder” fue testigo directo de este incidente, advertido por Pinal de Cid como una escena vinculada al caso High Luck, y de ahí sus titubeos al volante.
Los movimientos zigzagueantes al abrocharse el cinturón de seguridad, como las posteriores maniobras de viraje que por poco la desgracian con su aseguradora, grafican el presente para una prórroga solicitada por la compañía china en cuanto a la explotación de hidrocarburos en una zona caliente: los departamentos San Martín y Rivadavia. Los dos distritos hoy marcados en rojo por la situación socioeconómica y las muertes por desnutrición.
El Cruze del Rubicón
Esta cuasi intervención callejera en un Chevrolet Cruze, con su Clío plateado, ensayada el jueves último, no es el primer traspié que Pinal de Cid tuvo con el expediente de una firma, cuyo extendido concepto en la gestión Urtubey era la de “unos truchos”. Tal vez por esta razón, en el archivo oficial solamente queda un rastro de aquellos cuatro encuentros que la ex ministra de Producción mantuvo con los ejecutivos de High Luck Group, el de septiembre de 2019.
Habitué de las ceremonias del té, el principal representante de HGL, John Tang logró introducir al ritual con esta infusión a las dos últimas titulares de Producción durante la gestión precedente: Pinal de Cid y su antecesora, Paula Bibini. Ambas mutaron de aquel concepto sostenido antes de tales encuentros con el gerente oriental a la condescendencia de recibirlo en reiteradas oportunidades, y al día de hoy emitiendo plegarias en mandarín por la extensión del permiso para operar en suelo salteño.
La constante, hacia el final de la gestión Urtubey, como en los albores de la administración Sáenz es el remilgo de los encumbrados funcionarios provinciales a rubricar una autorización extraordinaria para High Luck. De esto la va el pedido del recurso jerárquico pretendido por Tang, pese a la notable flojera de papeles -incumplimientos contractuales y ambientales-, pero con una tribuna y una barra brava cada vez más nutrida.