Una historia de 5 años llega a su fin. El presidente de los Gauchos de Güemes, Carlos Díez San Millán, concretó la venta de un predio para construir un salón de fiestas que en nada se parece a una pulpería. En el duelo jurídico que el caso originó se impone del titular de la entidad que también regentea una escuela de la tradición. (D.A.)

Vieja como el gaucho, la historia empezó en febrero de 2010 cuando algunos miembros de la tradicional institución impugnaron una asamblea convocada para marzo de aquel año y que debía autorizar la venta de una propiedad de 5 hectáreas en La Isla. Con el dinero de la operación se construiría una escuela de destrezas gauchescas en el predio que la Agrupación posee en Lomas de Medeiros. La iniciativa se frustró cuando algunos socios argumentaron que al predio de La Isla asistían chicos con síndrome de down y autismo para hacer equinoterapia, que el lugar fuera el preferido del gauchaje del interior y que las cifras de la venta se eran irrisorias.

Dos años después el presidente de la entidad, Carlos Diez San Millán, retomó la iniciativa. Rubricó un edicto en agosto de 2012 convocando a una asamblea general extraordinaria para el 9 de septiembre con el objetivo de “transferir a título oneroso el predio de propiedad de la Agrupación, sito en el Departamento Capital camino a la Isla, Ruta 26, Km 2, consistente en un lote de terreno, con todo lo en él edificado, plantado (…) al mejor postor con el único fin de destinar los fondos a la realización del salón de eventos y accesorios conforme a plano presentado con presupuesto, en el predio Lomas de Medeiros…”.

La ofensiva volvió a generar la reacción del gaucho de apellido más plebeyo -Víctor Hugo Campos-  que había encabezado la rebelión en febrero de 2010 y que en el 2012 volvió a poner el grito en el cielo. Empezó entonces una disputa gauchesca que aggiornándose a las características del siglo XXI, consistió en que los contendientes acumularan coraje para enfrentar judicialmente al adversario. La cuestión económica fue central en la disputa: Campos aseguraba que el predio de La Isla según los cálculos optimistas vale entre 12 y 15 millones de pesos mientras los cálculos pesimistas estiman un valor de entre 10 y 12 millones; Carlos Diez San Millán concretó la operación por precios más modestos.

Fue este último quien para salirse con la suya fue rodeando al adversario con su tropa tradicionalista en la que revisten algunos personajes poderosos. Y es que en la asamblea del 9 de septiembre de 2012 hizo aprobar la venta o permuta del predio, previo logro de cuatro condiciones impuestas por los socios: obtención de exención impositiva de la AFIP al impuesto a la ganancia; contar con un proyecto aprobado de las obras a realizar en Lomas de Medeiros; certificar que en este lugar había provisión de agua que Campos señalaba como inexistente; y cinco tasaciones de igual cantidad de firmas inmobiliarias.

La venta, finalmente, se concreto en septiembre de 2014. Según el boleto de compra-venta el “precio único, total y definitivo” fue de $5.994.252, monto que en vez de pagarse en efectivo se hará por medio de un conjunto de obras en el predio de Lomas de Medeiros y que en el plazo de un año debe incluir: un salón de fiestas de 1.263 mts2; un edificio de 162 mts2 que hará de depósito de forrajes, herrería, carpintería y guarda de herramientas; otra construcción de 182 mts2 que incluye casa habitación para un empleado; y finalmente y sobre la torre del tanque de agua una construcción que se asemeje a Finca la Cruz para darle un toque enteramente güemesiano al lugar.

Según el presidente de la institución y teniendo en cuenta que el metro cuadrado de construcción asciende a $6.000, la transacción comercial supondrían casi $11.000.000 a favor del gauchaje. La estimación aparece en el resumen de la Asamblea Ordinaria que la institución realizara el 7 de diciembre pasado, aunque a decir verdad la multiplicación de los 1.607 mts2 de construcción por los $6.000 de cada metro da por resultado $9.642.000. Cifra más cercana a la que aparece en el “contrato de locación de obras” firmada por Diez San Millán y los compradores del predio de La Isla. Según el mismo, estos últimos harán una obra por $9.990.420 para quedarse con el predio tasado en casi seis millones. La idea de cambiar predio por obras fue del socio y exministro de Educación de Urtubey: Leopoldo Van Cawlaert. El mismo que se hizo famoso por declarar que los alumnos de Salta eran “todos porros” o que el reparto de preservativos generaría un “revolcadero sexual” en la Salta gauchesca; aunque en la asamblea de septiembre de 2012 expuso que había que tener cuidado con la desvalorización del dinero y “que lo ideal sería el cambio por obra”.

Rodeo necesario

Es para bucear en algo que aquí mencionamos pero no desarrollamos: los poderosos aliados de Carlos Diez San Millán. Allí se encontraba el mismo Van Cawleart pero también el gobernador Urtubey que además de ser socio de la institución e impulsar durante sus gestiones medidas que favorecen al gauchaje bien, había designado a Diez San Millán (decreto 2.867 de septiembre de 2012) en un cargo político nivel 1 de la Secretaría de Ingresos Públicos del Ministerio de Economía, y también había otorgado subsidios por $627.000 para qué San Millán montara una escuelita de la tradición (Escuela Puesto) en el predio de Lomas de Medeiros.

Los objetivos de la escuela incluyen entre otras cosas “brindar al gaucho algunas técnicas de manejo animal, sencillas para que puedan mejorar la productividad de sus rodeos…”, “enseñar técnicas de conservación de alimentos, utilizadas en el campo que fueron perdiéndose por la aparición de nuevas prácticas”, “estimular la aplicación de nuevas tecnologías apropiadas que permitirán, sin romper con las tradiciones, hacer más eficientes los sistemas de producción para adaptarlos a los requerimientos del hombre de campo actual”, o  “favorecer el arraigo poblacional en las zonas rurales”. Por aquel entonces hubo un problema sensible para gauchos que abandonaron el nomadismo para volverse sedentarios: la escuela carecía de agua por lo cual los aprendices tomaban las clases en la exquisita sede de la avenida Uruguay al 700 de nuestra ciudad.

La dependencia que la institución posee de los subsidios estatales genera de cuando en cuando algunos sablazos dialécticos. Es lo que aparece en el ya citado resumen de la asamblea ordinaria: el gaucho Jorge Gianella pidió la palabra y manifestó su preocupación por la ineficiencia en la generación de recursos y la dependencia de los subsidios. La reacción de Carlos Diez San Millán fue inmediata y propia del gaucho cantor que retratara Domingo Sarmiento en su libro “Facundo”. Y es que ejecutó un letal ataque dialectico que en vez de rememorar a los héroes gauchos de la independencia o la catástrofe sufrida por Facundo Quiroga, le recordó a Gianella que él también (Gianella) era parte de este sistema que tiene “paladar de bebida fina y bolsillo de bebida cola” (sic) dejando en claro que ninguno de los presentes era casto en eso de ser parte de una agrupación cuya pompa depende de los apellidos, pero fundamentalmente del dinero del Estado. Diez San Millán también dijo “que el proyecto en marcha apunta la generación de recursos”. Se refería al salón de fiestas que se construirá en Lomas de Medeiros cuyo costo es de $7.827.147 según el presupuesto de obra y que, por supuesto, en nada se parecerá a las pulperías del siglo XIX a donde el gaucho iba en busca del licor que encendería la imaginación que según Sarmiento, en los gauchos montoneros estaba siempre adormecida.

Fin de rodeo

La reacción de Víctor Hugo Campos no se hizo esperar. Y aunque la patriada cada vez parece ser más solitaria, impuso en octubre de 2014 una cautelar que en nombre de los intereses “patrimoniales de la institución” fue registrada por la Dirección General de Inmuebles que en la Cedula Parcelaria que registró el boleto de compra venta incluyó también una Anotación de Litis. La figura entorpece la operación y obligó a la Agrupación, a través del abogado David Orozco, a declarar irregular la cautelar y exigir a la Justicia que se levante la misma. Finalmente, el abogado solicitó se ordene caución REAL de Campos para satisfacer los daños que la interrupción de la operación pudiese generar. Traducido: si los gauchos pierden, enjuiciarán civilmente a Campos para reparar los daños.

La disputa es intensa y a cada impugnación de Campos sigue la respuesta de la agrupación. Cuando el primero dice que la venta no fue autorizada por la asamblea, la segunda asegura que es mentira y que el mismo Campos participó de ella; al denunciar que el predio de Lomas de Medeiros carece de conexión de agua, la agrupación jura que sí tiene conexión y que la falta de agua es común a todos los usuarios por simple escasez; si el primero dice que la venta es por poco precio, la segunda retruca que Campos presentó una tasación de un martillero no adherido a la Cámara de Corredores de Comercio. La última de las impugnaciones junto a otra que niega que los compradores posean una constructora como asegura la agrupación tradicionalista, atraviesan todo el litigio. Lo último efectivamente es así. Los hermanos Jorge, Diego y Simón Yobi aparecen como socios gerentes de METALNOR ECOMET SRL que no es una constructora sino  “el mayor operador activo en el Norte Argentino dedicado a recolectar, seleccionar, acondicionar y procesar metales y chatarra”, tal como informa el sitio oficial de la firma.

Puede que aquí radique en parte el motivo central del conflicto. Después de todo, la recolección y acondicionamiento de metales y chatarras requiere de muchas hectáreas y el predio de La Isla posee unas cuantas. Tierras que antes hacían las veces de una campaña rural en miniatura donde hombre recios domesticaban bestias salvajes, otros buscaban conocer los secretos del monte y los pequeñuelos aprendían a ensillar caballos mientras los parroquianos mayores practicaban algunos juegos que atemperaran los espíritus supuestamente indómitos. Simulacro de vida gauchesca que ahora se desliza aún más hacia otras costumbres bien ilustradas por un salón de fiestas para hombres y mujeres de alta alcurnia y pretéritos laureles.