Ante la situación que se vive en Salta en cuanto a los índices de desnutrición, desde el ISEPCI planean largar con una investigación orientada a construir datos epidemiológicos de base que permitan la detección precoz de malnutrición y el control de procesos de crecimiento y desarrollo en niños. (Gonzalo Teruel)
“La desnutrición debe incorporarse definitivamente a la agenda de los salteños. No es un invento periodístico. Es una realidad dolorosa que a veces se olvida o, lo que es peor, se considera natural”, dijo, sin ponerse colorado, Juan Manuel Urtubey en su discurso ante la Asamblea Legislativa el pasado 1 de abril. El gobernador reconoció la existencia de la problemática y puso el tema en agenda pero no agregó ningún dato concreto al respecto.
Tal vez por esa falta de datos sobre la nutrición -y desnutrición- en la provincia, o por los evidentes síntomas de deterioro de la economía nacional y provincial, el Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana presentó una estrategia que ya desarrolla en el conurbano bonaerense para identificar situaciones de vulnerabilidad nutricional en niños, niñas y adolescentes de Salta.
“El objetivo es poner en marcha en la provincia el Indicador Barrial de Salud Nutricional: una investigación participativa, orientada a construir datos epidemiológicos de base que permitan la detección precoz de malnutrición y el control de procesos de crecimiento y desarrollo en niños, niñas y adolescentes de 0 a 19 años”, explicó el referente del ISEPCI, Gustavo Farquharson.
En el mismo sentido se expresó Laura Lonatti, coordinadora nacional del Indicador Barrial de Salud Nutricional. “Si se considera que gran parte de la población vive en situación de pobreza, claramente tenemos sectores importantes en situaciones de riesgo, por lo que en contextos de agravamiento de la situación económica como el que estamos atravesando, es cuando más necesarias son este tipo de iniciativas, para visibilizar y plantear que el Estado tiene la obligación indelegable de dar respuestas ante las problemáticas alimentarias y sanitarias de los sectores más vulnerables”, aseguró la investigadora.
El objetivo del ISEPCI es estadístico y también político: mensurar el estado nutricional de los menores en los barrios de la capital provincial para impulsar y, en consecuencia, exigir políticas públicas.
La dramática realidad bonaerense
Entre marzo y abril, el ISEPCI dio continuidad a sus 4 relevamientos semestrales realizados en 2012 y 2013 y examinó a casi 4 mil chicos de entre 1 y 19 años en una veintena de partidos bonaerenses. Allí evaluó la relación peso/altura, talla/edad, y peso/edad.
El dato más relevante y preocupante surge de la primera categoría evaluada. El 44% presenta malnutrición en alguna de sus variantes: 20% con sobrepeso, 10% con obesidad, 7% con riesgo de bajo peso, y otro 7% con bajo peso. En el conurbano bonaerense -Laferrere, González Catán, Isidro Casanova, Morón, Hurlingham, Ituzaingo, Lomas de Zamora, Avellaneda, San Isidro, José C. Paz, Malvinas Argentinas, entre otras localidades- 4 de cada 10 chicos tiene problemas alimentarios en relación a su peso y altura.
El coeficiente talla/edad arrojó un 17% de malnutrición con un pico de 30% en la franja de 0 a 2 años. El porcentual de dificultades nutricionales supera también el 40% en relación al peso/edad: el 12% presenta riesgo de bajo peso, el 8% bajo peso, el 18% sobrepeso y el 4% obesidad.
Un desafío para Salta
El gobernador Urtubey habló de desnutrición al inaugurar las sesiones de la Legislatura. Antes había creado la secretaría de Nutrición y Alimentación Saludable a cargo de la ex diputada Cristina Lobo pero al momento no se conocen datos estadísticos ciertos que direccionen las políticas públicas en la materia.
“En Salta nadie oculta la desnutrición”, asegura Lobo cada vez que un informe periodístico desnuda la situación alimentaria en el interior provincial como cuando el año pasado Jorge Lanata y su programa “Periodismo para Todos” visitaron el chaco salteño. En aquella oportunidad, la funcionaria consideró que no era más que “un informe extemporáneo, que falsea la verdad y que no ayuda en nada al trabajo arduo que se hace desde la provincia”. Las cifras presentadas por el gobierno entonces fueron increíbles. Sobre la cantidad de muertos por desnutrición infantil en el año, Lobo explicó que “se deben considerar a niños con menos de 1 año, y que en Salta se tienen registrados tan sólo 2 casos” y puntualizó que la provincia tenía “bajo vigilancia nutricional a 22 mil niños menores de 1 año y a 91 mil niños de 1 a 5 años”.
Ante esa falta de datos certeros y conscientes de las dificultades económicas que enfrenta la provincia, Farquharson planteó los desafíos que encara el ISEPCI. “La nuestra es una intervención política y por eso queremos relevar las barriadas donde desde hace años trabajamos con merenderos y comedores del Movimiento Barrios de Pie”, indicó y adelantó que antes de fin de año estará concluida la tarea de campo con la primera medición y la sistematización de los datos.
A por los datos
El Indicador Barrial de Salud Nutricional es una investigación participativa, orientada a construir datos epidemiológicos de base que permitan la detección precoz de malnutrición y el control de procesos de crecimiento y desarrollo en niños, niñas y adolescentes de 0 a 19 años en barrios populares, donde las organizaciones sostienen diferentes acciones territoriales: comedores, merenderos, círculos infantiles o postas sanitarias.
La antropometría utilizada permitirá la realización de estudios para el seguimiento individual del crecimiento del niño/a y adolescente, la detección precoz de situaciones de vulnerabilidad y riesgo para su tratamiento y la evaluación de la situación nutricional de una población. Se eligió evaluar como indicadores nutricionales al peso/edad y talla/edad.
“El objetivo del trabajo es interpelar, poner en discusión, y proponer estrategias de intervención, para modificar la realidad de inequidad social; reafirmando que la seguridad alimentaria es un derecho elemental básico, y la cobertura en salud una prioridad”, indicó Gustavo Farquarson, responsable del ISEPCI en Salta.