Nuevamente el vínculo entre Pablo López Viñals y la DEA cobró notoriedad. Enteresé sobre los pedidos del procurador de Juan Manuel Urtubey y las novedades sobre los servicios de la agencia estadounidenses. (Aníbal Roldan)
Las relaciones de Salta con la DEA se encuentran en un buen momento. El último indicio quedó de manifiesto en la puesta en funcionamiento de la Unidad Fiscal contra la Narcocriminalidad, organismo dependiente del Ministerio Público Fiscal. Pablo López Viñals celebró “esta nueva forma de trabajar (que) va a concentrar una toma de decisiones estratégicas en coordinación con las fiscalías descentralizadas que van a seguir teniendo intervención en la lucha contra el narcotráfico”, comentó el monje negro judicial U.
Cuando López Viñals hablaba ninguno de los presentes se asombraba por el fondo de la escena. El hombre destacaba el trabajo de la DEA en la provincia mientras detrás tenía la bandera EEUU. Al costado escuchaba el gobernador y el ministro de Seguridad. La imagen pintaba por completo la relación con los EEUU y se completaba el significado con la escucha atenta de la ministra Pamela Calletti, quien estaba al lado de Steven Genevish, jefe de la DEA Argentina.
Algunos periodistas al percatarse rápidamente se molestaron; otros, en cambio, señalaron que el vínculo entre EEUU, y en particular con la DEA, y López Viñals y Calletti es harto conocido. En rigor de verdad eso es así: ambos fueron quienes tejieron relaciones con ese organismo y luego planificaron paso a paso su vuelta. Lo hicieron poniendo especial énfasis en que ellos servirían a la lucha contra uno de los siete demonios que aquejan a la población y colocaron a la agencia estadounidense como un eje de preocupación del gobierno de Juan Manuel Urtubey.
Ningún detalle dejó librado al azar Pablo López Viñals. En la nueva unidad, que funcionara en Balcarce 388, colocó a un hombre de su extrema confianza: el fiscal Santiago López Soto, un tipo que viene desde hace mucho tiempo trabajando sobre el comercio de drogas en conjunto con la comisaría 4ta. Y como el radio de acción de esta nueva unidad fiscal se circunscribe a todo el Distrito Judicial Centro será para López Soto un territorio conocido.
Dos cosas llaman la atención: una es que un hombre de perfil bajo pero muy temido como López Viñals que no suele hablar con la prensa, haya reclamado en reiteradas oportunidades mayores recursos; la otra es un dato que no muchos se atreven a decir aunque es un nombre que ya varios pronunciaron: Ramiro Lucena.
El hombre no participó del evento y la importancia de no perder de vista su rastro radica en que se trata de un informante privado contratado especialmente para trabajar codo a codo con Pamela Calletti. Respecto a lo primero quedó claro que el poderoso Viñals se encuentra en campaña para conseguir más dinero. Así lo dejó claro. Sin mayor financiamiento será imposible derrotar al narcotráfico. Evidentemente busca engrosar la caja que maneja a su antojo.
Está claro que el gobierno de Urtubey está tomando con suma seriedad su relación con la DEA. Las facilidades que tienen los servicios de EEUU para moverse no sólo se relacionan con que la provincia les abrió las puertas para que lleven a cabo sus tareas. Su influencia es cada vez mayor y eso queda expuesto de manera cabal en el hecho de que ya conocen al dedillo las instalaciones del Sistema de Emergencias 9-1-1 de la Provincia, lugar donde, dicho sea de paso, funciona la vieja división de la D2. Por ahora, tanto los servicios extranjeros como los locales se mueven tranquilos, como peces en el agua.