Por una lado el Gerente del Hospital el Milagro, por el otro los doce médicos que renunciaron al servicio de emergencias. Él dice, como Fito, que todo es una cuestión de actitud. Ellos aseguran que el hospital se viene abajo, y no simbólicamente. Así no pueden trabajar.

“El 90% de los médicos de la Guardia vamos a renunciar. Ya tenemos la renuncia firmada y el viernes la presentamos”, mencionó hace un par de días uno de los médicos que, al igual a los otros, labura desde hace más de 15 años en el Hospital del Milagro y en todo ese tiempo el edificio lo único que hizo es deteriorarse, al punto que los cielorrasos se viene abajo, las instalaciones eléctricas son un desastre y hasta de vez en cuando alguna sección se prende fuego.

Los médicos renunciantes afirmaron que su decisión obedece, además de a las pésimas condiciones edilicias, a la negativa de incorporación de otro profesional más al área de emergencias. “Llevamos 20 años pidiendo un médico más para la Guardia. Somos dos por día y cuando tenés 100 pacientes en toda la noche que llegan de urgencia, hay que atender a los que ya están internados y encima a los adictos cuando les agarra un ataque, es un verdadero problema y un fuerte desgaste para nosotros”, reconoció uno de los galenos.

Por su parte, el gerente del hospital, Álvaro Goyret, respondió a la noticia de la renuncia colectiva aduciendo que, palabras más, palabras menos, son todos unos viejos que se sienten privilegiados y por ende no desean trabajar a la par de los jóvenes profesionales. “Muchos piensan que debe ser una política de Recursos Humanos el evitar que existan médicos de avanzada edad en las Guardias”, señaló el genente.

Respecto a las denuncias por el pésimo estado de las instalaciones dijo que se tiene planeado comenzar las refacciones a mediados de año. Mientras tanto habrá que seguir esquivando cascotes que caen del techo.