La nueva denuncia contra el juez Bavio en el Senado parece no amenazar su puesto por respaldos poderosos. Entre ellos de quién sin poseer cargo en el gobierno suele hablarle al oído a Urtubey: Horacio Aguilar, el defensor de Pedro Blaquier hoy procesado por ayudar a la dictadura a desaparecer obreros jujeños. (R.M.)

A Julio Bavio no le va bien en el Senado de la Nación. A fines de 2012, la Cámara Alta rechazó el pliego que designaba al magistrado como juez subrogante. Los argumentos del senado giraron en dos aspectos centrales: las impugnaciones de terceros a Bavio por su cercanía con Urtubey y la influencia que sobre Bavio ejerce un monje negro de la Justicia como lo es Horacio Aguilar, quien además de ser asesor y amigo personal de Urtubey, fue juez federal de Salta y Jujuy y actualmente defiende a quien fuera dueño del ingenio Ledesma, Pedro Blaquier, acusado de colaborar con la dictadura en los denominados Apagones de Ledesma donde desaparecieron obreros jujeños en julio de 1976.

Aquella vez, la comisión que evaluó el pliego de Bavio informó que recibió dos impugnaciones. Una de Víctor Hugo Belmont y otra de Jorge Nelson Montoya. La primera puntualizaba “a) falta de independencia del Dr. Bavio por su estrecha relación personal y profesional con el Dr. Aguilar e irregularidad en su designación como juez subrogante”. Con respecto a la relación de Bavio con Aguilar, la Comisión usó palabras de inequívoca interpretación: “se cuestiona que el Dr. Bavio no es independiente por el ascendiente moral que ejerce el Dr. Aguilar, quien a su vez es amigo personal y asesor del Señor Gobernador”.

Acá es donde dejamos de hablar de Bavio para hablar de quién parece mover piezas para respaldar al juez cuestionado: Horacio Aguilar. Sobre la amistad entre él y Urtubey, hay que decir que empezó en Buenos Aires cuando compartían departamento durante la época de estudiantes. Desde entonces ese nexo se mantiene intacto y se consolidó con acuerdos contractuales una vez que Urtubey llegó al gobierno. En abril del 2009, el decreto 1.261 estableció que “Estudios Aguilar” asesoraría al Grand Bourg por un costo de $8.000 mensuales más IVA. La provincia, además, se comprometía a costear gastos de viajes y alojamiento cuando Aguilar o sus socios de estudio viajaran a otras provincias o al exterior. Los decretos 1.443/10 y 1.048/11 prorrogaron, por los año 2010 y 2011 respectivamente, el vínculo entre las partes. La relación finalizó por abril de 2012 cuando Aguilar ya asumía la defensa de Pedro Blaquier y era denunciado por los organismos de DDHH jujeños.

Sin embargo, el vínculo no se cortó. Y es que la persona que se quedó con la prestación del servicio fue Julián Marcelo Aguilar que no sólo era asociado al Estudio de Horacio Aguilar sino también su hermano. Las características fueron las mismas que las firmadas con Horacio: asesorar al Grand Bourg en “asuntos relacionados con el Derecho Federal y demás cuestiones vinculadas a la Justicia, Seguridad y Derechos Humanos” o “ampliar el objeto del presente contrato, para la prestación de los servicios de asesoramiento jurídico sobre otras cuestiones no previstas en el presente”. El Boletín Oficial, confirma que ese vínculo se mantuvo en el 2012 y el 2013 por medio de los decretos 1785 y 1397 respectivamente, aunque el “Consultor”  era ya Julián Marcelo Aguilar.

La influencia de Horacio en la mesa chica de Urtubey trasciende contratos de este tipo. Al menos Eduardo Sylvester, actual ministro de Gobierno, proviene de la riñonada del poderoso letrado. En el año 2005 Sylvester se convirtió en Secretario de 1ª Instancia del Juzgado de 2ª de Jujuy que comandaba Aguilar; se desempeñó en el cargo hasta el año 2006 mientras en el 2007 se convirtió en Secretario de Cámara de la Cámara de Federal de Apelaciones de Salta cuando Aguilar ya era Juez Federal. En este caso, Sylvester ocupó el cargo hasta el año 2009. La relación entre ambos era tan estrecha que maestro y discípulo fueron socios fundadores de la Fundación para el estudio del Derecho en el Noroeste Argentino -FEDENOA- de la que Aguilar fue un gran impulsor para seguir vinculado con profesionales de Salta y Jujuy.

En ese 2009, Sylvester pegó el salto desde la justicia federal al gobierno de Salta y se convirtió en Director Ejecutivo de la Agencia Antidrogas de la provincia. Fue el año donde la relación entre Aguilar y el Grand Bourg dejó de depender sólo de la amistad para formalizarse con un contrato de asesoría. Sylvester, mientas tanto, se convertía en secretario de Seguridad y luego en ministro del área, haciendo eje en un plan millonario: la ampliación del sistema 911 y el nuevo método de monitoreo que incorporará 1.100 cámaras de seguridad. Un programa que costó 54 millones de dólares a la provincia y terminó ejecutando su actual reemplazante en el ministerio de seguridad, Alejandro Cornejo D`Andrea. Eduardo Sylvester, mientras tanto, se convirtió en el ministro del área más política de cualquier gobierno.

Por el poder de personas como Aguilar, puede que Julio Bavio siga ocupando el lugar que ocupa a pesar de las impugnaciones y denuncias que llegan al senado de la nación.