La excoach de Bailando por un sueño sigue sin agarrarle la mano a la Secretaría de Cultura. Parece haberse propuesto, además, la destrucción de espacios necesarios. El Ministro de Educación, Matías Cánepa, permanece ajeno a la debacle, como si no tuviera alguna responsabilidad.
Por Lucas Sorrentino
Si bien cuando se conoció el nombramiento de una coach de Marcelo Tinellicomo Secretaria de Cultura no se generó ninguna expectativa, lo cierto es que Sabrina Sansone se las arregló para dar una sorpresa: si bien resultó ser previsiblemente mediocre, nadie hubiera vaticinado su ahínco por destruir lo poco que funciona bien.
Sin un logro que pueda mencionar, sin una medida de la que pueda jactarse, Sabrina arrancó su tercer año de mandato con una sola idea en mente: la demolición.
La pandemia fue, por un lado, la excusa perfecta: su incapacidad de reacción estuvo al mismo nivel que el de otras áreas. Solo se vislumbró su inoperancia cuando los pocos trabajadores de la cultura de Salta que viven de sus espectáculos solicitaron una ayuda y ella, además de no darles nada, se burló de sus protestas. El 6 de septiembre de 2020 Sansone publicó una historia de Instagram, con una imagen de Barack Obama y una frase que reza: “El que trabaja con su propio esfuerzo come y vive tranquilo con cualquier gobierno y vota con libertad el vago siempre reclama!”. Esa fue la respuesta de Sansone a la desesperación de los artistas. La frase, no está de más señalarlo, jamás fue pronunciada por Obama, era una fake, que meses antes también había intentado reproducir en campaña el excandidato a gobernador de Salta y exdiputado, Alfredo Olmedo.
En las últimas semanas se agudizó o se hizo explícito que Sabrina Sansone busca desmantelar la Orquesta Sinfónica, el Coro y el Ballet. Cuando Sansone se hizo eco y respaldó las declaraciones de Federico Posadas en contra de tener una orquesta estable, algunos pensaron que no fue más que un acto reflejo poco pensado, que no haría más eco. En realidad Sansone sólo explicitó -puso las cartas sobre la mesa- un plan que ya viene desarrollando con bastante éxito: nunca subestimen el poder de destrucción de una persona inútil cuando sostiene la lapicera y tiene el poder de decisión. Sansone todavía no demolió la Orquesta Sinfónica, pero ya se cargó al Departamento vocal y coral de Salta.
La corauta Romina Andrea fue una de las voces que dio detalles sobre la precariedad de estos artistas. “En estos últimos dos años hemos trabajado con muchísima precariedad, hemos sufrido mucho maltrato y destrato por parte de la Secretaría de Cultura” dijo la corauta y señaló que han teniendo que cantar bajo la lluvia, en horarios nocturnos, en salas prestadas, con la cancelación sin previo aviso conciertos que venían trabajando durante meses y sin ningún apoyo por parte de Cultura. “Y a todo esto, sumamos que fue despedido nuestro director que es con quién hemos trabajando durante todo este tiempo. Eso fue la gota que colmó el vaso”, sostuvo.
“Al no tener un director nosotros quedamos en la nada” manifestó y aseguró que considerando que el departamento vocal y coral fue creado por el decreto 2400/23, “para poder anularlo se debe hacer también por decreto por una cuestión legal. Eso nunca se realizó simplemente nosotros dejamos de existir de forma física. Por estamos reclamando: formar parte del organigrama del Instituto de Música y Danza”.
En diciembre de 2020, trabajadoras de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil hicieron el mismo reclamo: denunciaron despidos sin motivo, maltratos, gente nombrada a dedo. Una de esas personas nombradas a dedo fue Carolina Pineda. No cualquier cargo: el de directora. Sin concursar. Por un decreto de Matías Cánepa del 18 de Marzo de ese año (al Ministro de Educación sólo le interesa la cultura cuando puede hacer algo de nepotismo). Las integrantes de la Orquesta denunciaron que le permitieron a Pineda conservar el cargo de músico estable que tiene en la Orquesta Sinfónica de Salta desde el 2010, nombrada por el decreto 2078/10. Pineda acumulaba dos trabajos en el mismo organismo, cobrando dos sueldos al mismo tiempo, que sumaban, entonces, más de $ 160.000 por mes. Pineda fue denunciada por el violencia laboral cuando comenzó a maltratar y perseguir a estas trabajadoras con acciones como sacarles su escritorio y sus cosas de la oficina y ponerlas en el patio.
Esto viene pasando hace rato.
Esta semana se sumó al reclamo Víctor Hugo Morales. No lo hizo por K, ni para ponerle palos en la rueda a una gestión que de todos modos no funciona. Lo hizo porque ama la música. Morales repudió el despido del director del Departamento Vocal y Coral de Salta, el maestro Luciano Garay, a quien rajaron por mail. El relator remarcó que le “da mucha pena lo que sucede” porque a Garay es un “enorme cantante” y a él le debe “momentos maravillosos como espectador”. Para Morales, siempre se está a tiempo de resolver “cuestiones que defienden algo tan valioso como la Cultura, en este caso de la provincia de Salta”. Víctor Hugo implora a Sabrina Sansone que tenga en cuenta que “sería una pena tirar por la borda 10 años de trabajo como los que ya ha aportado Luciano Garay, al que conozco de primera mano y se lo quilates que alcanza como hombre de la música”.
Sansone respondió con fotos pile. Su instagram fue eso esta semana. Tampoco Matías Cánepa abrió la boca, como si la secretaría no estuviera bajo su órbita.
Los salteños nos merecemos algo mejor.