Los viejos recursos del reunionismo fotogénico tuvieron lugar en una semana política atravesada por la asunción de nuevos funcionarios y apariciones en la TV nacional. Mientras el comandante del barco apuesta a la épica del federalismo escénico, las fichas empiezan a moverse del otro lado del tablero.
A casi un año del desenlace electoral, no es sencillo discernir si tales desplazamientos son de carácter real o meramente pirotécnicos. Pero la urgencia por encontrar al candidato que enfrente al gustavismo en 2023 corre para todo el arco opositor y nadie parece estar en condiciones de negarle un café a nadie.
Así parecen haberlo interpretado los partícipes de un extraño concierto que se repitió no menos de 3 veces en los últimos días, sólo que esta vez cambiaron el café por un modesto asado. Hablamos de una serie de citas gastronómicas en las que hubo convidados eventuales y otros de asistencia perfecta. Los que no dejan pasar ni un detalle apuntaron a que ese podría haber sido el motivo por el cual el Dr. Abel Cornejo habría estado buscando trajes de talla más amplia.
Claro que hubo quienes se mostraron asombrados por lo variopinto de semejante yunta, aunque a esta altura quede poco margen para la sorpresa. Para poner algo de contexto vale la pena remontarse algunas semanas atrás en el tiempo, puntualmente al escenario pre-renuncia del ministro de Seguridad y Justicia. Dicen que el ex-juez federal y procurador ofició de anfitrión en aquel convite del que formaron parte arribistas de toda índole, pero que el organizador habría sido el líder de una consultora famosa por no pegar un sólo resultado. Un hombre cercano al líder de Ahora Patria, Alfredo Olmedo, y que ostenta cierta experiencia en el arte de mandarla cambiada.
Entre los que tuvieron asistencia perfecta también estuvo un importante empresario radial y hotelero en cuya emisora tienen espacio casi todos los miembros del aquelarre, particularmente el mencionado Cornejo. A pesar de la presencia familiar en el gabinete, el siempre ubicuo empresario mediático parece dispuesto a convencer al ministro que un buen futuro le espera en el poder legislativo, nacional o provincial, eso se verá. Tal vez por eso, muchos de los presentes se vieron desconcertados ante la repentina marcha atrás del funcionario luego de su renuncia.
A las siguientes tertulias se fueron sumando otros comensales, muchos de perfil centroderechoso y hasta algún personaje menor traído de los pelos desde la autoproclamada «patria movilera». La presencia del radical Miguel Nanni sorprendió a pocos teniendo en cuenta la irrelevancia política en la que está sumido hace años. Algo similar ocurre con el cavernario Andrés Suriani, presente en uno de los últimos concilios.
Hacer ruido
En fecha patriótica y con pretensiones heroicas, el proyecto de frente transversal tuvo una nueva cumbre gastronómica en la que también dijeron presente otros comensales. El estruendoso Carlos Zapata, fue uno de ellos y no fueron pocos los que lo ubicaron en calidad de emisario de su jefe político, Juan Romero. Emiliano Estrada y Cristina Fiore tuvieron que soportar sus pésimos chistes, al igual que el renovado Juan Manuel Urtubey, que además llevó de invitado a su ex asesor Juampi Rodríguez.
Más de uno comparó el gesto con la estrategia guemesiana de «hacer ruido para desconcertar al enemigo». Los libros de historia cuentan que los gauchos de Güemes usaban sus guardamontes para simular un número superior al real por parte de los patriotas. La estrategia consistía en golpear con el talero los cueros para que el sonido en conjunto ejerza una acción psicológica desfavorable para el oponente. Con ínfulas patrióticas, pero con menos agudeza y decoro, los patriotas de nuestro tiempo también buscan hacer ruido para que el mensaje llegue al contrincante. Pero cómo dicen: ¿un árbol cayendo en el medio del bosque, realmente hace ruido?
El romerato presente
Con un techo indiscutible y un nivel de rechazo que se expande cada día, el bettinismo interpreta que ampliar el espectro de centroderecha en la Capital es fundamental para sobrevivir. En busca de ese espacio de no menos de 35 puntos irán también el biellismo y todas las variantes de Juntos por el Cambio. Catapultar ese espacio podría quedar en manos de más de uno: Alfredo Olmedo, Miguel Nanni, Martín Grande y hasta la propia Bettina. La premisa, según entiende el padre de la famiglia, es y será sumar.
Posiblemente eso justifique sus recientes declaraciones en pos de suspender las PASO de manera provisoria y reciclar la vieja ley de lemas. En el matutino familiar el senador propuso: «que cada frente electoral pueda tener más de un candidato en las categorías individuales como gobernador, intendentes y senadores, y que esos votos se sumen entre sí, siempre dentro del mismo frente electoral». ¿Una estrategia de ampliación o un reconocimiento tácito de la hostilidad creciente hacia el espacio que comanda?