El papá de la secretaria de Cultura está con sangre en el ojo.

La oposición en Salta es tan minúscula, que cada tanto hay pequeños chispazos dentro del mismo oficialismo.

Esto pasa, por ejemplo, cuando alguien se pierde de un negocio. Al menos ese es el caso del diputado Enrique Sansone, que cada vez que su Corralón pierde una licitación, anda con sangre en el ojo, en modo furia.

Esa furia se traduce, generalmente, en un poco de diarrea verbal y, sobre todo, en pedidos de informes. Ahora el diputado Saencista presentó un proyecto para que el Ministerio de Economía y Servicios Públicos informe en el plazo de 10 días todo lo referido a la ayuda alimentaria. “Debemos realizar el seguimiento de las empresas concesionarias responsables de las entregas y no se puede admitir que se haga política con el hambre y la comida”, dijo Sansone.

El dueño del Corralón anda enojado porque quería venderles adoquines a los municipios del interior y quedó fuera. Lo mismo pasó, meses atrás, con la venta de cemento.
El diputado no se conforma con que el gobierno provincial mantiene a su hija, Sabrina, como Secretaria de Cultura, pese a todos los dolores de cabeza que la ineptitud de esta funcionaria genera.