La política de seguridad de la provincia continúa en manos inexpertas pese a los errores de grueso calibre que viene sumando su máximo responsable. Casos no muy lejanos: el ya histórico papelón de los homenajes en honor al General Güemes, o la actuación policial en la muerte de Matías Ruiz, siguen poniendo en evidencia al funcionario más controvertido de la administración provincial.
Durante la madrugada de este domingo en un sector del parque San Martín, un joven fue agredido con un arma blanca y falleció antes de poder ser asistido. Sobre el hecho hay dos versiones. Una, da cuenta que la pelea se dio por diferencias respecto a la ocupación de puestos en el parque San Martín, en donde estarían involucrados funcionarios municipales y personas extranjeras.
La segunda versión, da cuenta de problemas personales entre dos familias, cuyo resultado fue la muerte del hijo de una puestera de nombre Alex Nahuel Vilte Martinez, quien se desempeñaba como cadete de una peña folklórica. El sospechado del asesinato y aprendido por los Investigadores del CIF, es el ciudadano venezolano Rafael Lujanik Falcón.
La intervención y nuevo fracaso del ministro de “Seguridad”, consiste en que la trifulca que desencadenó en el hecho de sangre, tuvo la intervención en dos ocasiones de la las fuerzas de seguridad. Los hombres de Juan Manuel Pulleiro estuvieron en contacto esa misma noche en dos oportunidades con ambos bandos, pero nada hicieron para «prevenir» lo que luego sucedería: un joven de tan solo 22 años degollado en plena vía pública.
Ni qué hablar sobre la inacción del Ministro de Seguridad, que tampoco supo prever la reacción de los puesteros del Parque, tras el asesinato del joven: la bronca expresada en una protesta y la quema del puesto del supuesto asesino, ante la mirada atónita de los ocupantes del único patrullero que se dispuso en la zona.
El caso,hace rememorar otro que casualmente tuvo su escenario en el Parque San Martín, donde el joven Matías Ruiz murió luego de correr desnudo por el lugar en un hecho confuso Según palabras de la fiscal interviniente en la causa, la policía interceptó y demoró a la víctima “con una actuación exagerada para el contexto en el que se desarrollaban los sucesos”. Como toda respuesta de Pulleiro a lo acontecido, no se le ocurrió mejor idea que disponer que que todos los patrulleros de la Policía, lleven una manta ( no es chiste) para cuando se presenten este tipo de casos donde tengan que abrigar a una persona.
A estas alturas, ya sobran ejemplos de la inacción del ministro al que todos dan por “ido”, pero por razones inexplicables, sigue atornillado en su cargo.