“Estamos ante una emergencia sanitaria, climática y de biodiversidad. Más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades”, señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
La conservación de bosques juega un rol clave en la mitigación del cambio climático. Sólo los sectores Agricultura, Ganadería, Silvicultura y Otros Usos de la Tierra representan el 37% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del país.
En ese sentido, la organización ambientalista estimó que las emisiones por deforestación en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco durante 2020 fueron de 20 millones de toneladas de CO2 equivalente. Este valor es comparable con la emisión producida por casi 4,5 millones de vehículos en circulación durante un año.
“Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes e incendios forestales; y los responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es clara la complicidad de funcionarios. Frente a esta grave situación, necesitamos que en forma urgente se prohíban y penalicen los desmontes y los incendios forestales”, afirmó Giardini.
Cerca del 80% de los desmontes se concentran en el norte del país. Las principales causas de la pérdida de bosques nativos son el avance de la frontera agropecuaria (para ganadería y soja transgénica) y los incendios forestales, como los que sufrió la provincia de Jujuy el año pasado.
“Es muy preocupante que el gobierno de Salta en apenas un mes esté por aprobar desmontes por más de 28 mil hectáreas, una superficie superior a todo lo que se desmontó el año pasado en esa provincia”, advirtió Giardini.