Luego de la confirmación, a principios de semana, del primer caso de un salteño con coronavirus, se intensificaron medidas para evitar la propagación de la enfermedad a nivel provincial. La gestión municipal tuvo un lento gradualismo en el firmeza de sus disposiciones pese a ser un polo turístico.  ¿Qué hizo la intendenta y sus funcionarios?  Fabián B.

Cuando la municipalidad decidió comenzar un operativo de desinfección de la vía pública para prevenir la proliferación del coronavirus Covid-19, ya habían pasado dos días de la detección del primer caso positivo.

El jueves por la noche recién, con el virus entre nosotros, bajo las órdenes del pro activo Aroldo Tonini, un camión cisterna empezó a recorrer algunos lugares de concentración de personas, como hospitales o supermercados, desinfectando veredas y calles. Fue la primera medida de higiene para la ciudad que tomó la intendencia.

La falta de un rumbo firme en la semana fue notable. El sábado, las disposiciones municipales tuvieron varios puntos poco claros y quedaron simplemente en un mero enunciado para quedar bien,  lejos de una política que atienda la verdadera preocupación por prevenir la propagación del coronavirus en una ciudad turística.

Los dueños de los restaurantes, confiterías, bares, supuestamente, debían reducir en un 50% la admisión y permanencia de público en lugares cerrados, garantizando, además, que exista una distancia mínima de un metro y medio entre las mesas instaladas tanto en los espacios cerrados como abiertos.

Sin embargo, el fin de semana pasado en la zona turística del Corredor Balcarce, nada de eso ocurrió. Los locales estaban llenos de «turistas», sin control alguno para que se cumplan las medidas anunciadas. “Nadie entendía cómo se implementaba ningún protocolo y quedó a criterio de los negocios, por eso fue un día normal”, comentó un dueño de una peña folclórica de la zona.

El lunes por la mañana el mercado COFRUTOS estuvo repleto de gente. El martes y miércoles el movimiento en el centro comercial de zona sur fue prácticamente igual. El jueves reaccionó la municipalidad y mando a controlar. Hasta entonces  Bettina se había limitado a subir un vídeo en su cuenta oficial de Instagram anunciando el cese de las actividades en el Centro Cívico Municipal y la atención por medio de canales alternativos. En tanto, el gobierno de la ciudad mediante una publicidad donde actuaban sus propios empleados, te proponían quedarte en casa. Eso era el trabajo “a pleno” del municipio.

Mientras, la realidad los llevaba puestos: ningún tipo de presencia en los barrios, tampoco se avanzaban en medidas orientadas a hacer en términos económicos, más leves las consecuencias de las familias y comerciantes locales, que como consecuencia del aislamiento social, naturalmente, perderían sus ingresos, y a la vez necesitan servicios de la municipalidad. Un leve alivio como la eximición del pago de impuestos municipales recién el viernes empezó recién a regir.

La intendenta por su parte no se mostró en la prensa. Entró en cuarentena mediática y ni siquiera las redes sociales del Gobierno de la Ciudad estuvieron muy dinámicas: durante periodos de 10 largas horas las cuentas oficiales no publicaron nada, en un momento donde la información precisa y de organismos gubernamentales es crucial para evitar confusiones. En tanto, a diferencia de los funcionarios provinciales, los municipales brillaron por su ausencia ante la prensa.

¿Cómo intervino la municipalidad en los distintos puntos de la ciudad? Nadie se enteró. Quizás porque solo había para mostrar un spot publicitario donde actuaban sus propios empleados. Quizás, simplemente porque no les importó más que cumplir y no hay un sentido de la responsabilidad para ponerse a la cabeza de tamaña crisis. Como fuese, lo cierto es que el gobierno municipal mostró indiferencia.

 

 

“El descacharrado comienza por casa”

 

En noviembre de 2018, el laboratorio de bromatología de la Municipalidad, por una pérdida de gas, fue escenario de una espectacular explosión que retumbó al menos 20 cuadras a la redonda del Centro Cívico Municipal.

Hasta el día de hoy hay restos de artefactos que volaron por el aire aquella vez en el laboratorio ubicado en la parte derecha de la playa de estacionamiento, al lado del Tribunal de Faltas.

A la vista de todos,  el foco infeccioso se encuentra aunque los propios funcionarios no lo hayan notado.

 

El cierre de las fronteras y el parate económico va a afectar al turismo. Eso es una de la preocupaciones que tiene Racedo Aragan en su cabeza.

El coordinador que luego de llegar de Estados Unidos entró en cuarentena, en declaraciones a la prensa reconoció que el impacto del conoravirus  a nivel mundial será muy fuerte. “Hay empresas que van a quedar en el camino, hay mucho costo”, declaró.

De ser así, su experiencia y eficacia en el rubro quedaría para ser aprovechada por la ciudad en otra oportunidad, ya que la crisis recién empieza.