El bono bobina. Las plegarias al Señor y la Virgen apuntarán a la hazaña por sobrevivir, antes que a un milagro de corto plazo. El zarandeo en la dirigencia por este rebobinar en el tiempo y la posible vuelta de los bonos. Las proyecciones en un contexto económico que se va complicando. Y lo que le quedará para administrar a la próxima gestión provincial. Por: Federico Pérez.

La posibilidad cierta que la mayoría de las transacciones en nuestra provincia comiencen a realizarse en bonos de cancelación u otras “cuasimonedas”, quedó flotando en la superestructura política y empresaria. Los problemas de liquidez en la economía gaucha apuntan a agudizar esta situación y catapultan la mencionada alternativa cuasimonetaria, dadas las previsiones sobre el dólar que maneja el gobierno nacional para 2020, la divisa en que está nominada más de ¾ de la deuda adquirida por Salta en 2016.

En el proyecto de Presupuesto que el macrismo presentará el próximo lunes ante el Congreso nacional, el cálculo oficial prevé un dólar a $ 75 hacia fines del año próximo. Es decir, de malas a peores en el horizonte provincial, un presagio suficiente para explicar el adelanto que en la semana que concluye dio el gobernador Juan Manuel Urtubey. Es decir, pavimentando el camino capaz de alivianarle el recorrido a una nueva emisión de bonos de cancelación.

La ecuación de solucionar a corto plazo un gran problema macro como es el de la liquidez se contrapone al traslado hacia el largo plazo, en la planificación para su futuro rescate, lo que manejan en sus proyecciones dirigentes de la política como del mundo empresario. Tal será la herencia U hacia el próximo gobierno provincial en caso de habilitarse la utilización de esta herramienta financiera, la cual retrotrae hasta las épocas de Roberto Romero, entre mediados y fines de la década del 80.  Habrá que reflotar a Virus, Enanitos Verdes y La Pirámide, ya que hacia ahí vamos.

La incógnita a despejar es igualmente la de corto plazo como la de mediano plazo, si se concentra la visión en que los pagos de haberes a la administración pública del último trimestre de 2019 se pusieron en riesgo, a lo que se agregarán los compromisos en dólares (u$s 300 millones) adquiridos tres años atrás y que vencen en 2024. En Salta, “ya se está viviendo la experiencia de la crisis de 2001, con chicos que no tuvieron posibilidad de alimentarse y hoy no tienen el nivel intelectual necesario”, advirtió esta semana el gobernador Urtubey.

Un san lunes

Mientras miles de salteños se agolpen frente a la Catedral, con la imagen de JMU escoltando al Santo protector de esta capital, el gobierno nacional terminará de delinear el anteproyecto de Presupuesto 2020. Ante los legisladores nacionales, el menú, habitualmente más benévolo de lo que la realidad económica concreta más adelante, el macrismo prevé este año una caída del PBI de 2,6 %. Un impacto demoledor en la recaudación que luego se coparticipa a las provincias.

A esta variable se refirió JMU, al indicar que en lo que fue de este mal año se sintió, traducida en baja recaudación, la caída en la actividad económica que en la letra del proyecto madre para la administración nacional ya marca un cierre de año para el olvido. Sobre este mal desempeño, el Gobernador gaucho cargó el contratiempo de la cesación de pagos, corralito financiero o “reperfilamiento” que anunció Balcarce 50 en la semana anterior.

Por ello, habilitó la posibilidad que las provincias afronten esta sequía con “cuasimonedas” o bonos como los de Cancelación de Deuda Provincial, habilitados por ley provincial 6228 del año 1984, o bien el pago parcial de salarios con Luncheon Checks en el 2° romerismo, ó puede que los Lecops del año 2001. Cualquiera sea el caso, la puesta en circulación de este instrumento de pagos supone a la vez una inyección -casi instantánea- para revitalizar las transacciones intraprovinciales, como al mismo tiempo notables obstáculos para las operaciones con otras provincias.

Por lo demás, la irrupción de esta herramienta hace prever un cálculo a la baja en el poder adquisitivo de los empleados dependientes de la administración provincial y las municipales, lo mismo que a los contratistas con el Estado. Y, por consiguiente, un mercado negro que se encargará de establecer la ecuación real del valor de esta cuasimoneda, al compararla con los “pesos argentinos”.

Advertencia o anuncio

El precandidato a gobernador por el Frente de Izquierda, Pablo López, resumió que lo de Urtubey al mencionar los bonos puede leerse “como un anuncio”, antes que a la manera de una “advertencia”. De todas maneras, adelantó en diálogo con Cuarto Poder que esta medida “será una desvalorización del salario”, acorde a lo que fue la instauración de este medio de pago en las décadas del 80 y los 90.

Antes temprano que tarde, la experiencia permite presagiar que lo que termina sucediendo es una veloz pérdida real, ya que nadie “reconoce el bono por el valor que éste dice”.  En líneas generales, López encuadró esto como “el reconocimiento de la bancarrota en la que está el país, de la cual Urtubey ha sido parte”. Y rememoró que “él acompañó todas las políticas de ajuste de Macri, como el pago de la deuda” con los fondos buitres que habilitó el ulterior mega endeudamiento del macrismo.

En el contexto actual, el dirigente del FIT también cuestionó al mandatario provincial por haber puesto “en riesgo el aguinaldo, poniendo la plata de los empleados estatales en bonos para comprar deuda argentina que hoy están en cesación de pagos”. Y como agravante, López puntualizó que el 80 % de la deuda salteña se encuentra pactada en dólares y a una tasa de interés altísima: 9,1 %.

A este endeudamiento, la gestión U lo acordó “en medio del Brexit, cuando las tasas de interés se dispararon, entonces la situación en este plano de la provincia es absolutamente delicada”. Uno de los parámetros a los que apeló para graficar esta situación financiera de Salta fue que, a nivel nacional “no están en cuestión que se puedan pagar los vencimientos del año que viene, sino los de este año”.

Mientras que el supuesto Equilibrio Fiscal del cual hizo gala el Ejecutivo salteño al presentar el Presupuesto vigente se publicitó “negándole aumentos salariales a los empleados públicos y a los docentes”. De acuerdo a la evaluación del FIT, dicho ahorro se había guardado para el pago de deuda, el que ahora se agravará por el endeudamiento en dólares que hasta el 11 de agosto pasado era millonario y con la mega devaluación del día posterior se proyectó todavía más hacia arriba. “El equilibro fiscal se les fue al diablo”, alertó el representante de esta coalición.

 

Por lo pronto

La situación casi de estrangulamiento que vive el sector productivo prefigura un SOS, de acuerdo al que una cuasimoneda vendría a ser una especie de bálsamo. De este grupo, el empresario vitivinícola Fabián Banchío le dijo a Cuarto Poder que “todo lo que sea para generar circulante, bienvenido sea”.

Desde la perspectiva sectorial, explicó que la actualidad marca que “la economía está muy congelada, muy frenada, y hace falta movilizarla; cómo hay que hacerlo, no lo se, creo que ni los políticos ni los economistas saben qué hacer en estas situaciones”. En principio, Banchío estimó que “son medidas que sirven” y a cuento trajo la experiencia en la provincia de Córdoba, donde hace unos años atrás consiguió remar una situación recesiva por medio de los Cecor y los Cecop.

“Y, bueno, funcionaban, la gente los aceptaba y hasta algunos ganaban unas monedas con el vencimiento que al finalizar pagaban, junto a una tasa de interés”, rememoró el industrial oriundo de este distrito mediterráneo, hoy afincado en los Valles Calchaquíes. Con algún matiz, el economista Julio Moreno previó que “algunas provincias comiencen a financiarse con este mecanismo, habría que ver si hay una decisión política que les permita” hacerlo. En tal situación, el también legislador por el olmedismo evaluó como una opción “factible” y “válida”.

De todas formas, Moreno recordó que la experiencia de los años 80, durante el primer romerismo, fue “mala, porque aparte es inflacionaria”. Al respecto, advirtió que “por un lado, solucionás un problema y creás un problema macroeconómico, mucho más fuerte; lo que resolvés a corto plazo, lo agravás a futuro”.

En perspectiva, el legislador analizó que si bien Salta puede no ser significativa en el volumen nacional, aunque “si vos querés hacer una venta a otra provincia o comprar, no vas a poder hacerlo”. Al respecto, proyectó que “vas a tener que crear una operatoria bancaria para que podás pasar pesos salteños a ´pesos argentinos´, lo que genera mucho más burocracia”.

Ante la consulta específica de nuestro medio, respecto a la herencia para el próximo gobierno provincial Moreno se expresó de manera categórica: “Totalmente. Obviamente va a ser algo a solucionar en el próximo gobierno. Nosotros (NdeR: Frente Olmedo Gobernador) lo vemos con mucha preocupación, por la baja en la recaudación nacional y por estas cuasimonedas, que va a ser muy difícil revertir al intentar rescatarlas”.