Por primera vez desde el fin del cepo, el macrismo echó manos de las reservas para disciplinar al dólar. El BCRA vendió US$ 41,3 millones para contener el precio, que había llegado a $ 15,16 a nivel mayorista.
El Gobierno puso finalmente en marcha ayer la anunciada política de flotación sucia que se había abstenido de aplicar desde el desarme del cepo hasta aquí, al invertir el Banco Central (BCRA) 41,3 millones de dólares de las reservas para bajarle la fiebre al dólar y advertirle al mercado que su precio no necesariamente tiene una dirección única en la plaza local.
La aparición del ente que comanda Federico Sturzenegger en la plaza cambiaria se produjo cuando la marcada tendencia a la devaluación que venía mostrando el peso en las últimas semanas había comenzado a acelerarse en un mercado que desde anteayer (una vez que el precio mayorista del dólar superó los $ 15) había comenzado a manejarse más desinhibidamente.
La intervención oficial llegó poco antes de las 14, cuando el precio del billete para operaciones mayoristas había alcanzado los $ 15,16.
Y tuvo efecto inmediato: en minutos derrumbó esa cotización hasta los $ 15,0250 (ver gráfico) antes de registrar un leve rebote final, que dejaría el cierre en esa plaza a $ 15,06, es decir, aún 0,6% por encima del cierre previo.
A nivel minorista, el billete, que había llegado a ofrecerse para la venta a $ 15,30 en bancos y casas de cambio céntricas, retrocedió hasta cerrar a un promedio de $ 15,24, acompañando el repliegue final del mayorista, pero marcando a la vez un nuevo máximo nominal.
En el mercado se interpretó que la aparición oficial respondió a la necesidad de dar la esperada «señal» de precio. El único antecedente en la materia, el mercado liberalizado, se había registrado precisamente el primer día de operaciones sin cepo, cuando el ente había ofrecido vender a $ 14,75, aunque sin encontrar compradores en aquella oportunidad.
«El mensaje es claro: el Gobierno no quiere un dólar arriba de $ 15 antes de que cierren las paritarias clave. No es casual que la primera intervención haya llegado un día después de una reunión de gabinete y en la que fue evidente la creciente inquietud por la inflación», interpretó convencido un operador. «Me parece que la idea del BCRA era aplazar esta decisión lo máximo posible, pero la inflación, que es un tema que empieza a preocupar cada vez más, lo obligó a salir», coincidió el economista de Cesur, Amílcar Collante.
Pero en el BCRA tienen otra mirada. «Buscamos darle volatilidad a una plaza que se había acostumbrado a moverse en una sola dirección, ignorando incluso la conducta de la divisa en otros mercados», apuntó una fuente de la entidad. Aludía así a un fenómeno apuntado por LA NACION anteayer: que el dólar mantenía y acentuaba su tendencia al alza en la plaza doméstica aun cuando un cambio de enfoque en la evaluación de la Reserva Federal de EE.UU. lo había comenzado a debilitar nuevamente en el resto de los mercados.
Así, la disociación que mostró en los últimos días la plaza local del resto de los mercados que lo que decidió al BCRA a intervenir.
«Era el único que podía frenar la suba del dólar y lo hizo al fin porque tiene el poder y las armas para bajar la especulación sobre la divisa», evaluó Fernando Izzo, de la corredora ABC, antes de considerar la tendencia alcista «lógica» por el «desbalance estructural que suele mostrar el mercado en estos meses».
«La fuerte suba inicial del billete, que rondaba el 1%, sumada al arrastre de las alzas anteriores, amenazaba espiralizar el aumento, potenciando efectos negativos sobre el resto de las variables económicas», juzgó por su parte Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio, justificando la movida oficial.
La intervención significó la primera pérdida de reservas del BCRA generada por operaciones para influir sobre el valor del tipo de cambio desde la salida del cepo y llegó en un mes en que éstas caen casi US$ 800 millones (cerraron en US$ 29.276 millones ayer). Hasta aquí , en lo que va del año, sólo había realizado compras puntuales que habían sumado 264 millones a ese activo
Y el efecto que tuvo en la cotización se trasladó a los mercados de futuros de la divisa, que negociaron el contrato a vencer a fin de mes por debajo de los $ 15 y con retrocesos del 0,1% promedio, mostrando una expectativa de estabilización para los próximos días.
Emitirán dos bonos en pesos
El Gobierno anunció ayer que la semana próxima ofrecerá al mercado dos bonos en pesos, con ajustes de tasa Badlar, por hasta 40.000 millones y a vencer en 2 y 4 años. Se trata del Bonar 18, que pagará un margen de 275 puntos sobre la tasa Badlar (lo que supondría rendimientos finales del 28,2% anual), y otro a vencer en 2020 con un sobremargen de 325 puntos por encima de la tasa (28,7% final a valores actuales). Las emisiones se harán el jueves y buscan no sólo acercarle recursos al fisco, sino también ayudar al BCRA en su batalla contra la sobreoferta monetaria heredada.
Fuente: La Nación